Mi despedida de internet. Explico por qué
Copyright de la imagen Nicolás Núñez, L.C. |
Tras unos días fuera de Roma, del 20 de julio al 20 de agosto de 2014 estaré realizando mis ejercicios espirituales de mes. Suponen un especial periodo de silencio en lo que lo único que se vuelve importante es la oración que, en términos actuales, equivale a conectarse a la wifi de la fe para mantenerse en permanente estado de comunicación con Dios. O en otras palabras: que voy a dedicar 30 días a chatear, whatsappear, postear, "compartir", dar "me gusta" o tuitear, con Dios; en ese contexto de recogimiento propio del retiro espiritual.
El motivo de que refiera un evento de mi vida personal tiene una razón: comprensiblemente durante este periodo no escribiré para prensa, no actualizaré los blogs ni los diferentes sitios de redes sociales en los que estoy registrado. He dejado programados algunos post en mis fanspage pero es algo mecánico.
Desde un punto de vista profesional me ayuda recordar lo que Benedicto XVI refería a propósito del binomio comunicación-silencio y que yo voy a buscar aplicar, con la gracia de Dios, también a mi realidad de comunicador (mensaje para la jornada mundial de las comunicaciones sociales de 2012):
El silencio es parte integrante de la comunicación y sin él no existen palabras con densidad de contenido. En el silencio escuchamos y nos conocemos mejor a nosotros mismos; nace y se profundiza el pensamiento, comprendemos con mayor claridad lo que queremos decir o lo que esperamos del otro; elegimos cómo expresarnos
Esto, ciertamente, está a un nivel humano. Siendo religioso también me ayudan esas otras palabras de Benedicto XVI cuando más adelante, en el mismo texto, dice:
Si Dios habla al hombre también en el silencio, el hombre igualmente descubre en el silencio la posibilidad de hablar con Dios y de Dios.
Y subraya también el gran papa emérito:
Aprender a comunicar quiere decir aprender a escuchar, a contemplar, además de hablar, y esto es especialmente importante para los agentes de la evangelización: silencio y palabra son elementos esenciales e integrantes de la acción comunicativa de la Iglesia, para un renovado anuncio de Cristo en el mundo contemporáneo.
Voy pues con gran ilusión a este encuentro cara a cara con Dios. Estos fragmentos citados son también una luz para este tiempo de retiro del que espero salir todavía más renovado y lleno de la gracia de Dios para seguir adelante en mi vida religiosa. Les llevo en el corazón y sepan que rezaré y me sacrificaré por ustedes, mis lectores. Qué hermoso es darse cuenta que Dios quería estar disponible y por eso puso una red de telefonía móvil gratuita a nuestro alcance: ¡es la oración y todos podemos usarla! En estos próximos días yo seré un usuario premier.
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