De la singular Margarita, hija de Tomás Moro, la inglesa más sabia de su época
por En cuerpo y alma
Cuando hace unos días glosábamos la figura del simpar político inglés Tomás Moro (pinche aquí si desea conocerlo mejor), tuvimos ocasión de mencionar en un par de ocasiones la figura de su hija Margarita, sin ni siquiera sospechar que no se trató de cualquier persona, sino bien al contrario, de una de las mujeres más singulares y sabias de la historia inglesa.
Margaret More, Margarita Moro, Margaret Roper por su nombre de casada, “Meg” para su padre que la adoraba, es la mayor de los cuatro hijos de Tomás Moro, la propia Margarita más Isabel, Cecilia y Juan, habidos los cuatro con su primera mujer, Juana Colt.
Nacida en 1505, recibirá una educación esmerada como no le era dado recibir a ninguna mujer en su época, la cual le permitió dominar el latín y el griego. Una más de las manifestaciones del espíritu humanista y progresista de su padre Tomás Moro. Erasmo de Rotterdam que la apreció mucho, la llama “orgullo de Inglaterra”, y de hecho será ella quien traduzca su “Precatio Dominica” al inglés, lo que la convierte en la primera mujer inglesa en publicar la traducción de una obra. Sabemos también por las cartas de su padre que componía poemas, si bien ninguno nos ha llegado. Y conocemos las cartas con las que ella retribuía las de su padre desde la Torre de Londres, que dan fe de la altura moral e intelectual de su autora. Amén de ello, por la casa de Margarita pasarán personas muy encumbradas de su época a requerir su consejo.
Margarita casará en 1521 con William Roper, personaje igualmente singular, muy apreciado por su suegro Tomás Moro, hasta el punto de que será Roper el que escriba la primera biografía del santo veinte años después de su muerte. Con él tendrá largas disputas sobre cuestiones religiosas, ya que en una época de su vida William contemporizará con las doctrinas luteranas, aunque terminará retornado al catolicismo, algo en lo que, sin duda, debemos ver también el influjo intelectual de la propia Margarita. Ambos esposos tendrán cinco hijos.
Margarita será la compañera insustituible de su padre en prisión, así como la destinataria principal de las cartas que éste escribe desde la Torre de Londres. Es también quien rescata la cabeza de su padre expuesta durante un mes en el Puente de Londres para público escarnio, salvándola de ser arrojada al río y dándole cristiana sepultura, permitiendo así que en 1824 fuera hallada en el panteón de los Roper, custodiada en una caja de plomo en la tumba de su yerno, William Roper.
Margarita morirá muy joven, con apenas 39 años, en 1544, lo que como en tantos otros casos, nos permite preguntarnos con fundamento qué otras realizaciones habríamos podido recibir de su persona de haberle premiado la Providencia con una vida algo más larga.
Que hagan mucho bien y que no reciban menos
©L.A.
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