¿Por qué Dios ya no actúa?
Llevamos ya varios artículos comentando el tema de los carismas, una realidad siempre presente en la vida de los fieles cristianos, pero que quizá ahora está tomando más fuerza y más consciencia en
Un testimonio reciente de este enfrentamiento entre la mentalidad racionalista y la mentalidad católica, dentro de la misma Iglesia, nos lo ofrece el caso del San Pío de Pietrelcina. Aquél pobre fraile vivía numerosos carismas, que se le daban sin que los pidiera, como el don de los estigmas. Pero la reacción de muchos, incluso de la jerarquía, fue de sospecha, incredulidad, desprecio, rechazo; acusaciones de falsedad, impostura, histeria, autoglorificación; censuras, prohibiciones, enclaustramientos, incomunicación. Clamoroso resultó el caso de Gemelli, que no sólo ocupaba un "alto cargo" en
Pero el enemigo lo sabe. Ha visto cómo muchos han caído en el escepticismo respecto de la ciencia, y se han vuelto al emocionalismo supersticioso. La ciencia se presentó como la nueva religión, y sin embargo, se han mostrado sus límites, y muchos han dejado de creer ciegamente en ella, como antes se hacía. Esto se ve en un campo tan concreto como es el de la medicina. Hubo un tiempo en que se creyó que la ciencia conseguiría curarlo todo, que podría prologar la vida de lo hombres tanto como quisieran, y crear un ejército de hombres arios genéticamente perfectos… Y sin embargo, la medicina nunca ha sido tan consciente de sus incapacidades como hoy. Enfermedades como el cáncer, el SIDA, u otras llamadas “enfermedades raras” desafían la omnipotencia cientificista. Las depresiones campan a sus anchas en nuestro mundo, cuyos farmacéuticos llaman con urgencia la atención sobre que el producto más vendido en las farmacias son los antidepresivos (seguidos de los anticonceptivos. ¿Casualidad…?). Esto ha hecho que muchos se vuelvan a las “terapias alternativas”, “terapias energéticas”, y otras pseudociencias y pseudoterapias, con sus propios pseudofármacos y sus pseudorituales. Flores de Bach, Reiki, Meditación Transcendental, Control Mental, viajes astrales, Ninjitsu (de cuyo carácter satánico he tenido conocimiento hace poco), terapias regresivas, implantación de recuerdos… Cada vez hay más horóscopos, quiromantes, péndulos, hechizos, “trabajos”, tiendas de magia, brujería, hechicería, curanderos… La gran sociedad racionalista se vuelca poco a poco en la superstición. Y el enemigo se aprovecha de ello. Burlándose de las oraciones de sanación cristianas, ha ideado las nuevas terapias energéticas donde un Maestro invoca a las “energías del universo” a las que canaliza a través de su cuerpo, y con la imposición de sus manos transmite esa energía al cuerpo del enfermo, sanando su enfermedad. Y todo revestido de pseudocientificismo. Mientras esperaba para unas pruebas de alergia en un hospital tan prestigioso como el Puerta de Hierro, entraron dos personas ofreciendo terapias de Reiki y de meditación transcendental, dignamente acreditados por el hospital que les había dado permiso para ofrecer estas falsas terapias pseudocientíficas a los incautos pacientes que podrían caer así, bajo capa de seriedad médica, en las garras de Satán. Él ha urdido esta burla, esta falsificación de la oración de sanación, para confundir al mundo, de modo que no acuda a
Pero Dios es más grande, más fuerte, más listo. Y sigue obrando con sencillez. Es más, hace que toda esta nueva superstición contribuya a su plan de amor, ya que muchos que caen en las garras del enemigo a través de estas trampas, acaban volviéndose al Dios Liberador, que rompe las cadenas con que los hijos de Dios son entrampados, y da la libertad a sus hijos muy amados, que ven el poder de Dios y aclaman sus victorias. Y por eso sigue derramando sus carismas. Y seguirá haciéndolo. Digan lo que digan, piensen lo que piensen, Dios seguirá actuando. Y lo hará con poder. Porque está Vivo, y actúa. Vivo en su Iglesia por la fuerza de su Espíritu, que reparte sus dones a cada uno según quiere. Los carismas son un desafío para todos, pero ante todo son un signo del poder de Dios y una verificación de su presencia y de su victoria; un signo que Él mismo quiso que acompañara a la evangelización para dar eficacia a las palabras de los anunciadores, de quienes se dijo que han de evangelizar con “obras y palabras intrínsecamente unidas”. No sólo palabras, sino también obras. Muchos piensan que esas obras se refieren a las obras de caridad… Quizá no han leído bien el Evangelio, en el que Jesucristo envía a sus discípulos con poder de sanar, liberar e incluso resucitar (Mt 10), y que asevera que las señales que acompañarán a los apóstoles serán justamente las carismáticas, señalando a propósito que “ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando
Muchos preguntan: ¿Por qué hoy ya no hay carismas? ¿Por qué Dios no cura hoy como hacía antes? Leemos en el libro de los Hechos que Dios obraba múltiples prodigios a través de los discípulos; los Padres de
Por eso Dios nos llama a orar con fe, sin condiciones, creyendo sin más que Él puede actuar y va a actuar, porque así lo ha prometido: "Tened fe en Dios. Yo os aseguro que quien diga a este monte: "Quítate y arrójate al mar" y no vacile en su corazón sino que crea que va a suceder lo que dice, lo obtendrá. Por eso os digo: todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis" (Mc 11, 22 - 24). Así hemos de orar.
Termino con una pequeña lista de cosas que han sido ideadas por Satanás para entrar en las personas que se acercan a la superstición buscando sanación, y que suponen una exposición directa a su influencia: Reiki, terapias energéticas, magia, hechicería, curandería, hechizos, maleficios, terapias regresivas, viajes astrales, Nueva Era, piedras energéticas, amuletos, ídolos, invocaciones a dioses antiguos o energías de la naturaleza, santería, vudú, adivinación, médiums, ouija, espiritismo, tarot, quiromancia, péndulo, etc.
Dos realidades dudosas, de las que no tengo certeza de que causen una influencia, pero conozco personas con experiencias que hacen pensar que sí pueden suponer un acceso, son las flores de Bach y el Yoga.