Me preocupa el futuro de España
por Un obispo opina
No es que piense que con el cambio de rey, vayamos a vivir mejor o peor de cómo estamos viviendo, porque creo que seguiremos más o menos viviendo igual.
Supongo que la economía va a ir mejorando. Pero vivir mejor o peor no es cuestión sólo de la economía. Hay a otros valores de los que depende también el futuro. No sé quién dijo hace tiempo que España iba a ser como otra Suiza, pero le contestaron: sí, sí, pero ¿dónde están los suizos? Y aquí es donde veo yo el problema.
Supongamos que, por medio de las reformas que se puedan ir haciendo, mejora la economía, desciende el paro, hay trabajo y vamos mejorando.
Pero si creemos que viviremos mejor y seguimos sacrificando a niños todavía en el seno de sus madres,
si seguimos equiparando la unión de hombre con hombre y de mujer con mujer, con el matrimonio entre un hombre y una mujer, si seguimos permitiendo que los homosexuales puedan adoptar niños, si seguimos avanzando en la supresión, por la eutanasia, de los ancianos y de los enfermos terminales porque suponen una carga económica para las familias y para el Estado,
si seguimos con la corrupción por todos lados y a todos los niveles, si seguimos con las diferencias escandalosas de los sueldos, si seguimos considerando la política no para servir sino para medrar, si seguimos marginando la fe de la vida familiar y social, si seguimos sin contar con Dios ni con los valores religiosos y morales, si seguimos despreciando a la iglesia y a las confesiones religiosas,
si seguimos minimizando la formación religiosa en los centros escolares, si seguimos confundiendo libertad con hacer lo que me plazca… ¿Creen Uds. que nuestra sociedad será una sociedad de progreso?
Sí, es cierto que irá progresando, pero ¿hacia dónde? ¿Hacia la ley de la selva?
No es que vea positiva la creación de un partido confesional católico ni de otras confesiones porque iríamos a luchas religiosas. Creo más bien que los católicos, sea cual sea el partido al que puedan pertenecer, deben actuar como católicos, es decir fieles a la doctrina y a la moral de la iglesia a la que pertenecen. Deben buscar el bien común sin importarles lo que piensen otros compañeros o dirigentes de su partido; sencillamente, deben dar la cara ante cuestiones en que esté en juego el bien común. Que no se sometan a las directrices del partido cuando no estén en sintonía con los grandes principios morales, sino que sigan el dictamen de su conciencia católica, digan lo que digan y hagan lo que hagan sus dirigentes políticos. La fe para el cristiano es lo que debe dirigir su vida.
También es de notar algo que realmente me preocupa de cara a nuestro futuro. Veo como dos puntos clave para nuestra vida social como son, nada menos, que la vida y la familia. En nuestra legislación, ni la vida está considerada como el primer valor del ser humano, ni la familia ocupa un lugar clave en la estructura de nuestra sociedad.
No sé por qué ni en base a qué, las formaciones, llamemos de izquierdas, legalizaron algo totalmente absurdo como es la supresión de vidas humanas mientras se están gestando en el seno de las madres. Me pregunto: ¿es posible que haya animales en peligro de desaparición, con una protección muy superior a la protección de una vida humana? Por ejemplo, si alguien destruye unos huevos de águila real que se están incubando, es castigado severamente; sin embargo, se destruye una vida humana que se está gestando en el seno de la madre, y ésta es atendida gratis por la Seguridad Social.
Y en cuanto a la destrucción de la familia, pensemos que en nuestras leyes se la está equiparando a cualquier unión homosexual. Y si la única razón que se da es que somos libres y hay que respetar la libertad, ¿también habría que respetar como familia la unión en grupo de varios hombres y mujeres? ¿No somos adultos, -dicen- y libres para hacer lo que queramos? Pero otra cosa muy distinta es darles a estas uniones la categoría de matrimonio. También es un fallo que en los centros escolares públicos no se les dé seriamente una formación moral y religiosa de acuerdo con las creencias de los padres, y más, cuando ellos lo piden; y más también, cuando está en la Constitución.
Pero lo curioso es que cuando el gobierno anterior promulgaba leyes absurdas en cuanto al respeto a la vida humana o en cuanto a la línea educativa, al tomar el relevo político el gobierno actual, no mueven un dedo para cambiar esa legislación que nos ha venido del anterior. Realmente es curioso que después de dos años de estar gobernándonos, no hayan cambiado la legislación en estos puntos cruciales y básicos. Y dan la impresión de querer reformar estas leyes, pero como pidiendo perdón y sin decidirse a ello de una vez por todas.
Y me pregunto ¿es que en el partido en el poder hay miembros importantes que defienden la permanencia de esas leyes, o es que no se atreven a cambiarlas por temor de ser acusados de ser instrumentos en manos de los obispos o de extrema derecha o de no ser progresistas etc?
Y no es que esté optando por un partido confesional; estoy hablando del bien común que debe ser buscado por cualquier partido, tanto desde el gobierno como desde la oposición. Lo cierto es también que he captado cierto desencanto en mucha gente y esto se paga en futuras elecciones. No es sólo la economía lo que hay que mejorar, sino que hay que cambiar ciertas leyes inhumanas e injustas por no estar en función del bien común.
Alguien ha dicho que en lo referente a la enseñanza de la Religión, la Ley Wert es más profundamente anticatólica y va más lejos en su lucha antirreligiosa que la peor de las leyes socialistas sobre Educación. Ya es decir.
Yo no sé qué haré a la hora de votar, pero sí sé que si no se corrigen esas leyes sobre la vida, la familia y la educación, muchos de los que antes votaron P.P. no lo van a votar. No soy profeta, pero pienso que de mayoría absoluta, nada. Al tiempo.
José Gea
Supongo que la economía va a ir mejorando. Pero vivir mejor o peor no es cuestión sólo de la economía. Hay a otros valores de los que depende también el futuro. No sé quién dijo hace tiempo que España iba a ser como otra Suiza, pero le contestaron: sí, sí, pero ¿dónde están los suizos? Y aquí es donde veo yo el problema.
Supongamos que, por medio de las reformas que se puedan ir haciendo, mejora la economía, desciende el paro, hay trabajo y vamos mejorando.
Pero si creemos que viviremos mejor y seguimos sacrificando a niños todavía en el seno de sus madres,
si seguimos equiparando la unión de hombre con hombre y de mujer con mujer, con el matrimonio entre un hombre y una mujer, si seguimos permitiendo que los homosexuales puedan adoptar niños, si seguimos avanzando en la supresión, por la eutanasia, de los ancianos y de los enfermos terminales porque suponen una carga económica para las familias y para el Estado,
si seguimos con la corrupción por todos lados y a todos los niveles, si seguimos con las diferencias escandalosas de los sueldos, si seguimos considerando la política no para servir sino para medrar, si seguimos marginando la fe de la vida familiar y social, si seguimos sin contar con Dios ni con los valores religiosos y morales, si seguimos despreciando a la iglesia y a las confesiones religiosas,
si seguimos minimizando la formación religiosa en los centros escolares, si seguimos confundiendo libertad con hacer lo que me plazca… ¿Creen Uds. que nuestra sociedad será una sociedad de progreso?
Sí, es cierto que irá progresando, pero ¿hacia dónde? ¿Hacia la ley de la selva?
No es que vea positiva la creación de un partido confesional católico ni de otras confesiones porque iríamos a luchas religiosas. Creo más bien que los católicos, sea cual sea el partido al que puedan pertenecer, deben actuar como católicos, es decir fieles a la doctrina y a la moral de la iglesia a la que pertenecen. Deben buscar el bien común sin importarles lo que piensen otros compañeros o dirigentes de su partido; sencillamente, deben dar la cara ante cuestiones en que esté en juego el bien común. Que no se sometan a las directrices del partido cuando no estén en sintonía con los grandes principios morales, sino que sigan el dictamen de su conciencia católica, digan lo que digan y hagan lo que hagan sus dirigentes políticos. La fe para el cristiano es lo que debe dirigir su vida.
También es de notar algo que realmente me preocupa de cara a nuestro futuro. Veo como dos puntos clave para nuestra vida social como son, nada menos, que la vida y la familia. En nuestra legislación, ni la vida está considerada como el primer valor del ser humano, ni la familia ocupa un lugar clave en la estructura de nuestra sociedad.
No sé por qué ni en base a qué, las formaciones, llamemos de izquierdas, legalizaron algo totalmente absurdo como es la supresión de vidas humanas mientras se están gestando en el seno de las madres. Me pregunto: ¿es posible que haya animales en peligro de desaparición, con una protección muy superior a la protección de una vida humana? Por ejemplo, si alguien destruye unos huevos de águila real que se están incubando, es castigado severamente; sin embargo, se destruye una vida humana que se está gestando en el seno de la madre, y ésta es atendida gratis por la Seguridad Social.
Y en cuanto a la destrucción de la familia, pensemos que en nuestras leyes se la está equiparando a cualquier unión homosexual. Y si la única razón que se da es que somos libres y hay que respetar la libertad, ¿también habría que respetar como familia la unión en grupo de varios hombres y mujeres? ¿No somos adultos, -dicen- y libres para hacer lo que queramos? Pero otra cosa muy distinta es darles a estas uniones la categoría de matrimonio. También es un fallo que en los centros escolares públicos no se les dé seriamente una formación moral y religiosa de acuerdo con las creencias de los padres, y más, cuando ellos lo piden; y más también, cuando está en la Constitución.
Pero lo curioso es que cuando el gobierno anterior promulgaba leyes absurdas en cuanto al respeto a la vida humana o en cuanto a la línea educativa, al tomar el relevo político el gobierno actual, no mueven un dedo para cambiar esa legislación que nos ha venido del anterior. Realmente es curioso que después de dos años de estar gobernándonos, no hayan cambiado la legislación en estos puntos cruciales y básicos. Y dan la impresión de querer reformar estas leyes, pero como pidiendo perdón y sin decidirse a ello de una vez por todas.
Y me pregunto ¿es que en el partido en el poder hay miembros importantes que defienden la permanencia de esas leyes, o es que no se atreven a cambiarlas por temor de ser acusados de ser instrumentos en manos de los obispos o de extrema derecha o de no ser progresistas etc?
Y no es que esté optando por un partido confesional; estoy hablando del bien común que debe ser buscado por cualquier partido, tanto desde el gobierno como desde la oposición. Lo cierto es también que he captado cierto desencanto en mucha gente y esto se paga en futuras elecciones. No es sólo la economía lo que hay que mejorar, sino que hay que cambiar ciertas leyes inhumanas e injustas por no estar en función del bien común.
Alguien ha dicho que en lo referente a la enseñanza de la Religión, la Ley Wert es más profundamente anticatólica y va más lejos en su lucha antirreligiosa que la peor de las leyes socialistas sobre Educación. Ya es decir.
Yo no sé qué haré a la hora de votar, pero sí sé que si no se corrigen esas leyes sobre la vida, la familia y la educación, muchos de los que antes votaron P.P. no lo van a votar. No soy profeta, pero pienso que de mayoría absoluta, nada. Al tiempo.
José Gea
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