Adictos a la mediocridad, o la parábola de los talentos
- Me he prohibido a mi mismo no escribir artículos como forma de catarsis ante cualquier tipo de desengaño, enfado, o simple rabieta , de esas que a veces provocan las contrariedades de la vida.
Así que me he cortado una de las principales fuentes de inspiración que tenemos algunos blogeros ( supongo ).
Es que escribir en " negativo " no construye. Tengo esa sensación al leer ciertos post : "Este se ha sacado la bilis que lleva dentro - pienso para mi - y nos la ha tirado encima a los lectores ".
En fin, esto que digo no es el motivo por el que escribo, pero es válida la aclaración, porque el tema de mi post esta vez, pudiera sonar a lo anteriormente citado.
Me decía una persona, miembro del equipo de una pastoral evangelizadora, ante mi propuesta de que hicieran unos cambios que podrían mejorar su labor: ¿ Para qué hacer cambios ? Así hemos funcionado durante 10 años, y a la gente le gusta lo que hacemos.
Contundente respuesta. Pero, me atrevo a hacer una sencilla reflexión : ¿ Las cosas deben seguir haciéndose porque siempre se han hecho así ? Y el hecho de que a la gente " le guste ", o nadie se queje... ¿ esa es garantía suficiente de que las cosas están bien hechas ?
En la parábola de los talentos, el Señor recrimina a aquel " siervo conservador " que - consciente de que su Señor es celoso, y cosecha donde no ha sembrado - le devuelve a su Señor, como resultado de su trabajo, exactamente el mismo número de monedas recibidas. Supongo que el razonamiento de este empleado sería también el de " hacer las cosas como siempre se han hecho", no arriesgar.
Pero el Señor de este " correcto " empleado lejos de felicitarlo por su " ortodoxia" le recrimina el no haber sido más " atrevido " el no haber arriesgado . Le quita las monedas que le entregó y se las da a quien se ha atrevido más, para que las multiplique.
Buen ejemplo para poner en práctica en nuestras pastorales..."conservadoras " .