Desandar lo ya andado
Esto nos es imposible..., cuando se trata del camino de nuestra vida y sin embargo a pesar de ser imposible desandar lo ya andado, son o somos muchos los que miramos para atrás y perdemos un tiempo precioso, cavilando y especulando, la mayoría de las veces íntimamente y otras en conversaciones con los demás, lo que pudo ser y no fue. Cómo pudo haber sido nuestra vida si… no hubiese hecho esto o aquello.
Generalmente siempre especulamos en sentido positivo pensando o diciendo las metas de triunfo que pudimos alcanzar aunque también hay, quien especula pensando que todo pudo ser peor, de lo que ha sido. Es decir en definitiva nadie esta contentó con el resultado. Y nos olvidamos que nosotros hemos sido dueño y señores de nuestras vidas, que hemos tenido en todo momento, un Dios que continuamente nos ha estado amando y tratando de encausarnos hacia el amor a Él. Que muchas cosas que nos han sucedido y que las estimamos malas, fueron oportunidades que desperdiciamos de alcanzar un mayor mérito a los ojos del Señor.
Para seguir escribiendo sobre este tema, como siempre ocurre o debe de ocurrir, en todo lo que hacemos, es necesario que tengamos en cuenta, que tenemos cuerpo y alma, que es como decir materia y espíritu y que cuando miramos hacia atrás, generalmente solo miramos lo que pudo ser o no ser nuestra vida, pero solo en el aspecto material, y casi nunca en el aspecto espiritual. Solo en la medida en que se envejece y en cuerpo aminora su presión sobre nuestra alma, y poco a poco, uno se va acercando más al Señor. Y es entonces, cuando se suele mirar hacia atrás pensando solo en nuestra alma, en las oportunidades espirituales que perdimos, en las ofensas que recibimos y en las ofensas que cometimos.
Cierto es que en muchos casos, hay almas que a trancas y a barrancas, se han mantenido en la gracia y amistad con el Señor, todas sus ofensas, el Señor, las tiene perdonadas, por las múltiples confesiones que haya realizado, pero no olvidemos que toda ofensa aunque este redimida en el sacramento de la confesión o penitencia, nos ha creado en nuestra alma un reato de culpa, una mancha que habrá de ser lavada o purificada en el purgatorio. Pero es importante también saber que la compunción de nuestros pecados ayuda a purificarnos ya aquí en este mundo.
Sobre la compunción el parágrafo 1431 de nuestro Catecismo nos dice: “La penitencia interior es una reorientación radical de toda la vida, un retorno, una conversión a Dios con todo nuestro corazón, una ruptura con el pecado, una aversión del mal, con repugnancia hacia las malas acciones que hemos cometido. Al mismo tiempo, comprende el deseo y la resolución de cambiar de vida con la esperanza de la misericordia divina y la confianza en la ayuda de su gracia. Esta conversión del corazón va acompañada de dolor y tristeza saludables que los Padres llamaron "animi cruciatus" (aflicción del espíritu), "compunctio cordis" (arrepentimiento del corazón) (cf Cc. de Trento: DS 1676 - 1678; 1705; Catech. R. 2 5, 4)”.
En el Kempis se puede leer: “La compunción o remordimiento y el arrepentimiento, son una llave que abren la puerta para descubrir muchos bienes espirituales, que pueden malograrse tan pronto como actúen la dejadez y la soltura de la vida relajada”. Y también: “Busca un lugar apartado, gusta estar a solas contigo mismo, evita la conversación insustancial y eleva a Dios una plegaria fervorosa para que te mantenga en un estado de compunción y de pureza de conciencia”.
Para Tomás Mertón “La compunción es, simplemente, un reconocimiento de nuestra indigencia y frialdad, así como de nuestra necesidad de Dios. Supone la fe, el pesar, la humildad y, sobre todo, la esperanza en la misericordia de Dios. Para un hombre sin compunción, la oración es un trámite frío en el que uno se centra en sí mismo, pero para quien tiene aquel sentimiento, la oración es un acto vivo que le pone cara con cara con Dios en una relación de yo-tu que no es imaginaria sino real espiritual y personal; y el fundamento de esta realidad es el sentimiento de nuestra necesidad de Dios, junto con la fe en su amor por nosotros”.
Para el obispo Fulton Sheen, el remordimiento es: Es el negativo de la presencia de Dios en el alma, así como la gracia es su presencia positiva. El remordimiento es algo incompleto porque es una insatisfacción propia, divorciada de Dios; más puede tornarse arrepentimiento y luego esperanza, en el momento en que el alma se vuelve hacia Dios y pide ayuda…. Pero una vez que se entra en relación con Dios, la miseria del remordimiento se transforma en arrepentimiento del pecado.
Nosotros no somos siempre conscientes, ni nos damos cuenta, de que en materia de pecado, el demonio es muy sutil y siempre está maquinando para alejarnos de Dios. La compunción perseverante de de nuestras pasadas ofensas, le molestan mucho a él pues es una barrera que tiene que salvar para actuar más eficazmente. La compunción siempre genera en el alma un fuerte amor al Señor. No es lo mismo confesarse y enterar nuestros remordimientos que mirar para atrás acordándose uno de sus propias ofensas al Señor y teniendo compunción no olvidaremos que fuimos pecadores y que de ahora en adelante aunque lo sigamos siendo, siempre será con menor intensidad de la que desgraciadamente teníamos antes.
La mártir carmelita descalza Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein) escribía: “Una vez que Dios ha librado al alma de sus pecados y fealdades, “nunca más le da en cara con ellos ni por ello le deja de hacer más mercedes”. Pero al alma no le conviene olvidar sus pecados primeros. De esta manera no se volverá presumida, tendrá siempre materia de agradecer y podrá confiar, más y más, para más recibir”.
Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.
Otras glosas o libros del autor relacionados con este tema.
- Libro. CONOCIMIENTO DE DIOS.- www.readontime.com/isbn=9788461179107
- Libro. MILAGROS EN LA EUCARISTÍA.- www.readontime.com/isbn=9788461179091
- Libro. RELACIONARSE CON DIOS.- www.readontime.com/isbn=v
- Libro. ASEVERACIONES DEL SEÑOR.- http://www.readontime.com/ROT/dagosola/aseveraciones-del-senor_9788461557097.html
- 360d.- El Éxodo israelita y el nuestro 22-05-11
- 409d.- Seguir el camino 28-08-11
- 507d.- Valor divino de lo humano 11-03-12
- 540x.- Camino de salvación 16-05-12
- 542d.- Errores humanos frente al Señor 20-05-12
- 548v.- Nuestro camino espiritual 01-06-12
- 563d.- Y yo… ¿Dónde me encuentro? 01-07-12
- 705x.- Ser como aves 10-04-13
- 714d.- Caminos convergentes 28-04-13
- 516j.- Libro de instrucciones 29-03-12
- 825v.- Entre dos fuegos 06-12-13
- 158m.- Camino, Verdad y vida 13-04-10
- 704l.- Sin pasar por el purgatorio 08-04-13
- 395d.- ¿Dónde me encuentro ahora? 31-07-11
- 589x.- Saber dónde nos encontramos 22-08-12
La fecha que figura a continuación de cada glosa, es la de su publicación en la revista ReL, en la cual se puede leer la glosa de que se trate.
Si se desea acceder a más glosas relacionadas con este tema u otros temas espirituales, existe un archivo Excel con una clasificada alfabética de temas, tratados en cada una de las glosas publicadas. Solicitar el archivo a: juandelcarmelo@gmail.com