Del día en que la Iglesia excomulgó a los comunistas
por En cuerpo y alma
El decreto pertenece a la que entonces era conocida como Congregación del Santo Oficio, y hoy se llama Congregación para la Doctrina de la Fe. Lleva fecha de 1 de julio de 1949, corren los tiempos del Papa Pío XII. La Guerra Mundial había terminado cuatro años antes y la Unión Soviética expandía su poderío y su ideología maléfica y alienante por casi la mitad del suelo europeo, mientras ponía los cimientos para su próxima expansión por América, Asia y Africa. En la Iglesia, era secretario de la Congregación, que hoy se llamaría prefecto, Francesco Marchetti Selvaggiani.
Difundido entonces por la Radio del Vaticano y publicado en España con algún retraso (la fotografía pertenece a la edición del 15 de julio), por ABC, su texto en español reza como sigue:
“A esta Suprema Sagrada Congregación le ha sido preguntado lo siguiente:
Primero: ¿Es lícito inscribirse en los partidos comunistas o favorecerlos?
Los eminentísimos y reverendísimos padres que tienen su cargo la defensa de lo que ataca a la fe y a las costumbres, habiendo escuchado el voto de los reverendísimos consultores,, decretaron en sesión plenaria en cuarto lugar que se debía responder “no”, porque el comunismo es materialista y anticristiano, y sus jefes, aunque de palabra digan algunas veces que ellos no combaten la religión, sin embargo de hecho o con la doctrina, o con las obras, se muestran enemigos de Dios, de la verdadera religión y de la Iglesia de Jesucristo.
Segundo: ¿Es lícito publicar, propagar o leer libros, periódicos, diarios, folletos, etc. que favorezcan la doctrina y las actividades comunistas o escribir en ellos?
Contestación de la Congregación del Santo Oficio: No, como cosa que está prohibida por el derecho mismo.
Tercero: ¿Pueden ser admitidos a la recepción de los santos sacramentos aquellos fieles que conscientes y libremente hayan realizado aquellos actos de los que hablan los números 1 y 2?
Contestación de la Congregación del Santo Oficio: No, de acuerdo con los principios ordinarios sobre la anulación de los Santos Sacramentos a quien no itene las disposiciones necesarias para recibirlos.
Cuarto: los fieles que profesan la doctrina comunista y principalmente los que la defienden y propagan, ¿incurren ipso facto en la excomunión reservada especialmente a la Sede Apostólica, como apóstatas de la fe católica?
Contestación de la Congregación del Santo Oficio: Si”.
Y bien amigos, sin mucho más por hoy, me despido una vez más de Vds. deseándoles, como siempre, que hagan mucho bien y que no reciban menos. Mañana seguimos.
©L.A.
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