De la emperatriz española que quiso ser monja
por En cuerpo y alma
Otro de esos personajes gigantescos de los siglos de oro españoles, cuando la tierra española era el yunque en el que se forjaba el mejor acero del mundo, tantos de los cuales han tenido a bien visitarnos en esta columna.
María Habsburgo o de Austria nace en Madrid el 21 de junio de 1528, hija mayor del Emperador Carlos V, Carlos I de España, y de la Emperatriz Isabel, hija a su vez del Rey Manuel I de Portugal.
María de Austria. Antonio Moro. |
María crece entre las ciudades de Toledo y Valladolid, en una situación que cabe definir como de orfandad, ausente su padre, el Emperador, en las guerras europeas de religión, y muerta su madre el 1 de mayo de 1539 a la temprana edad de treinta y cinco años, embarazada como estaba del que habría sido su sexto hijo, cuando María apenas tiene diez años. Quizás por ello, María mantendrá una situación de particular complicidad con sus dos hermanos supervivientes, el que luego será Felipe II de España, y Juana, reina de Portugal y reina regente de España (no se prive Vd. de conocerlo todo sobre este interesante personaje de la historia de España, única mujer jesuíta de la historia)
Por orden de su padre, como era lo normal en la casa de Austria, María casa con su primo Maximiliano II, hijo de Fernando, el hermano español de Carlos V, a quien da la friolera de quince hijos en diecinueve años: Ana, que casará con su tío Felipe II, hermano de su madre; Fernando, muerto con un año de edad; Rodolfo, que será Emperador como Rodolfo II; Ernesto, gobernador de Austria; Isabel, que casará con Carlos IX de Francia; María, que muere con un año de edad; Matías, que ceñirá el cetro imperial a la muerte su hermano; Maximiliano, pretendiente al trono polaco y gobernador de Austria; Alberto, Arzobispo de Toledo, empleo al que renunciará para casar con su prima Isabel Clara Eugenia, hija de Felipe II, y convertirse en rey de los Países Bajos; Wenceslao, gran prior de la Orden de Malta; Federico, muerto con un año de edad; María, muerta con menos de un año; Carlos, muerto con un año de edad; Margarita, que profesará con ella en las Descalzas Reales; y Leonor que muere con doce años de edad.
En resumen, dos emperadores; un rey de los Países Bajos; dos reinas, una de España y otra de Francia; dos gobernadores de Austria y un prior de la Orden de Malta. Dudo que haya mujer en la historia con semejante descendencia. Y ello, amén de dos hijos muertos niños, cuatro hijos muertos con un año de edad o menos, y una monja.
Regente de España junto con su marido en muchos momentos de ausencia del Emperador, en 1552 se instala en Viena. En 1563, la muerte del Emperador Fernando el 25 de julio de 1564 convierte a su marido Maximiliano en Emperador del Sacro Imperio y Rey de Hungría y de Bohemia, y a ella en emperatriz y reina, unos tronos en los que se sentará algo más de nueve años hasta que el 12 de octubre de 1572 muere Maximiliano.
María de Austria. Convento Descalzas Reales. |
María vuelve a España, retirándose con su hija Margarita al madrileño convento de las Descalzas Reales de Madrid, fundado en 1559 por su hermana menor, Juana de Austria, la jesuita que fue reina de España, muerta en 1573 –mucho antes por lo tanto del retorno de su hermana-, en el que residirá nada menos que veintiún años.
María no tomará los hábitos –sí lo hará su hija Margarita- pero acepta y adopta como propio el régimen de la comunidad. El 22 de abril de 1602, de acuerdo con el Concejo de la Villa y los frailes de Atocha, hizo una sonada fiesta para intentar disuadir a su sobrino, el Rey de España Felipe III, de trasladar la corte a Valladolid, y aunque la misma fue fastuosa y duró hasta tres días, el objetivo no se pudo conseguir.
La Emperatriz María de Austria muere el 26 de febrero de 1603, casi como si de una monja se tratara, a la avanzada edad de ochenta y cuatro años, nada usual en el época en la que le tocó vivir, después de haber sobrevivido a todos sus hermanos, y a Felipe II nada menos que cinco años, siendo enterrada al pie del altar de la Oración del Huerto, en el claustro bajo, con una simple lápida. Felipe III trasladó trasladará luego el cadáver a un lujoso sepulcro en el coro de la iglesia. Ardiente admiradora como su hermana, de la obra de Ignacio de Loyola, a la Compañía de Jesús lega el Colegio de Madrid y la práctica totalidad de sus posesiones.
©L.A.
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