Miércoles, 25 de diciembre de 2024

Religión en Libertad

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Ricardo Gómez Rojí (2)

por Victor in vínculis

7 de noviembre de 1931
ABC recoge al día siguiente la agresión sufrida por don Ricardo junto a otro sacerdote. Aun siendo canónigo de la Catedral de Burgos nuestro protagonista estaba adscrito a la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles en Madrid. Se encontraba domiciliado en el nº 143 de la calle Fuencarral.
Esta mañana, próximamente a las ocho y cuarto, cuando salía de mi domicilio, acompañado de D. Máximo Palacio, sacerdote también para oficiar la misa, en el portal de la casa había apostados dos hombres y dos mujeres, y al vernos salir a los sacerdotes, comenzaron a insultarnos y a hacerse señas y signos que corroboraban los insultos. El Sr. Gómez Rojí se adelantó para reprocharles su conducta, y entonces uno de ellos dio al sacerdote varios puñetazos en el pecho. El Sr. Gómez Rojí llamó la atención de los que presenciaban la escena, para que dieran aviso de lo ocurrido a la autoridad, y una de las mujeres que con los hombres estaban cogió de un brazo al agresor, e insultando también a ambos sacerdotes, desaparecieron. Como los individuos y las mujeres parecen ser conocidos de la barriada, la Policía hace gestiones para su captura.
 
Narrado por María de los Reyes Gómez
            En un librito publicado en Burgos a los tres años de su martirio (15 de agosto de 1939) y titulado “Homenaje de amistad”. El episodio narrado por ABC, cinco años antes de su martirio anunciaban lo que iba a suceder.

Detalles de su muerte
El último día que salió de casa a celebrar el Santo Sacrifico, fue el 19 de julio de 1936. Desde ese día nos hablaba con frecuencia de cuando fueran por él para conducirle al martirio, y nos decía, con gran serenidad, que si le mataban por ser sacerdote, moría resignado.
-Después de todo, decía, ya he vivido 54 años.
Por eso, cuando el día 20 de julio, la vecindad se arremolinó pidiendo que fusilaran al cura, lejos de inmutarse, nos consolaba diciendo:
-No tengáis miedo. Siempre se dice más de lo que se hace.
Pasó el día 20 lleno de zozobras, y pasó también el 21, pero el 22 de julio, a la una y media de la madrugada, se presentaron en casa dos policías, dos guardias de asalto y dos milicianos. Al salir él mismo a abrir, dijo:
-Estamos perdido.
Grande fue el peligro de aquella noche, pero, al fin, pudimos conseguir que se quedara en casa. Seguramente que la Santísima Virgen, de la que siempre fue devotísimo, quiso aplazar la muerte hasta el día de su gloriosa Asunción a los cielos.
Amaneció el 15 de agosto, fiesta titular de la Catedral de Burgos. Don Ricardo se levantó e inmediatamente se puso a rezar el Breviario. Después habló con nosotros un poco sobre la festividad del día y seguidamente hizo su meditación. En ésta estaba cuando llamaron a la puerta, y al darle cuenta de que era la autoridad, contestó serenamente:
-Abre, ¿qué vamos a hacer?
Efectivamente, eran los milicianos y al preguntarle si era él don Ricardo G. Rojí, solo dijo:
-Yo soy.
Hicieron un registro y se lo llevaron diciendo, que a la hora, lo volverían.
-Dicen que es para una hora, pero en estos casos no se sabe lo que será, nos dijo al despedirse.
Ya no le volvimos a ver más. Nos llamó por teléfono dos veces. En su conversión no hizo más que consolarnos. Se le preguntó que dónde estaba y contestó que no podía decirlo. La última vez que telefoneó (diez y media de la noche), nos dijo que iban a salir a hacer una diligencia.
¿Qué diligencia sería ésta? Ya nos lo figuramos entonces, y después lo vimos confirmado. En la partida de defunción se lee que murió el 15 de agosto de 1936, con el cráneo destrozado, y que se le enterró el día 17 en el pueblo de Hortaleza.
Se dice que fue fusilado junto con varios sacerdotes y seminaristas en Madrid, el 15 de agosto de 1936, como posible reacción a la editorial del diario socialista-anarquista “Solidaridad Obrera” de ese día, en que se daba la siguiente consigna:
Hay que extirpar a esa gente. La Iglesia ha de ser arrancada de cuajo de nuestro suelo”.
 
Pensamiento Alavés
El diario vespertino Pensamiento Alavés fue continuación de El Heraldo Alavés, inaugurado en 1901 y cerrado por motivos políticos. Publica su primer ejemplar el 13 de diciembre de 1932. Al desaparecer en 1940 “La Libertad”, alcanzó el monopolio periodístico en Álava. Esta noticia apareció publicada el 21 de abril de 1939 y, a su vez, la toma de “La Gaceta” de Madrid.
Tomamos de “La Gaceta de Madrid” del 29 de agosto de 1936 la noticia oficial de la muerte del M. I. Sr. D. Ricardo Gómez Rojí, canónigo de Burgos:
“Colmenar Viejo. El Sr. Juez de Instrucción accidental de este partido, en providencia de hoy, dictada en el sumario que se tramita en este Juzgado con el número 381 del año actual, por muerte al parecer, de Ricardo Gómez Rojí, hallado entre el kilómetro 7 y 8 de la carretera que conduce de Madrid al pueblo de Hortaleza; representa tener unos 55 años de edad, alto, fuerte, moreno, pelo muy corto, con algunas canas, vestía traje marrón a rayas. Camisa a rayas, zapatos negros y calcetines del mismo color, y registrado que fue, se le encontró un carnet de la Federación de la Prensa Española que dice: carnet de identidad, número 381 a favor del federado activo don Ricardo Gómez Rojí, socio de la Asociación de la Prensa de Burgos, Barcelona 1 de noviembre de 1936; (esta fecha debe estar equivocada). En el ángulo superior izquierdo una fotografía de un hombre vestido de cura, que indudablemente es el muerto. Debajo de la fotografía hay una firma que dice: Ricardo Gómez Rojí. Debajo, tres firmas: una del Presidente de la entidad federada, Julio Díez Montero; otra del Alcalde de la Alcaldía Constitucional de Burgos, firma ilegible, y otra del Presidente de la Federación, firma ilegible. Hay tres sellos: uno de ellos es ilegible; otro de la Alcaldía Constitucional de Burgos, y el tercero, de la Federación de la Prensa de España en Barcelona. Un estuche con gafas, una caja de café aspirina, con varias cosas dentro, un reloj marca Chronometre, tres cajas de hojadelata pequeñas con diferentes pastillas, una navajilla, unas tijeras, en una carterita un rosario negro y 2 pesetas con 50 céntimos, un pañuelo con las iniciales R.G. He acordado, instruir por medio del presente, del artículo 109 de la Ley de enjuiciamiento criminal, al pariente o parientes más próximo del interfecto, en ignorado paradero. Colmenar Viejo, 22 de agosto de 1936”. Es copia.
Descanse en paz el M. I. Sr. Don Ricardo Gómez Rojí, sacerdote dignísimo, teólogo esclarecido, orador elocuente, escritor y polemista, amante de las glorias de Burgos que tantas veces enalteció, figura destacada del Excmo. Cabildo Metropolitano y mártir de la furia clerical marxista”.


 
EN EL ACTA DE DEFUNCIÓN (nº 0154943/01) DEL REGISTRO CIVIL DE HORTALEZA, puede leerse:
“…vestía traje marrón a rayas. Camisa a rayas, calcetines del mismo color (negros), se le encontró un carnet a nombre de Ricardo Gómez Rojí, socio de la Asociación de la Prensa de Burgos, en el ángulo izquierdo una fotografía del muerto vestido de cura, encontrando además varios objetos diferentes”.
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