Siete años y medio de cárcel… ¡¡¡por tocar el piano!!!

            En algún lugar de España, una chica -y por cierto, también sus padres, considerados cómplices, responsables subsidiarios o alguna otra bonita figura jurídica-, está siendo juzgada por tocar el piano en su casa, algo que ha molestado a una vecina, que es la que la ha denunciado.

 

            Se enfrenta la chica (y los padres), escuchen Vds.... ¡¡¡a una pena de siete años y medio de cárcel!!! Pero esperen, que no es todo: además de ello a… ¡¡¡11.000 euros de multa o indemnización!!! y a… ¡¡¡inhabilitación para volver a tocar el piano!!!

 

            Por cierto, todavía no les he dicho los delitos de los que se acusa a la muchacha, que son: delito contra el medio ambiente, lesiones psíquicas y… ¡¡¡contaminación acústica!!! Wolfang Amadeus Mozart convertido en... ¡¡¡contaminación acústica!!! Wagner (pinche aquí para conocerlo todo sobre el más eximio compositor del s. XIX), Verdi (pinche aquí para conocerlo todo sobre el compositor de Aida), cuyos bicentenarios hemos cumplido estos días, convertidos en... ¡¡¡delito contra el medio ambiente!!! La Marcha Radetzsky (pinche aquí para conocerlo todo sobre la marcha con la que abrimos cada año) convertida en... ¡¡¡peligroso armamento de la guerra psicológica!!!
 

 

            La verdad es que yo ya no sé qué pensar sobre este país. No sé si estamos locos de solemnidad, no sé si somos idiotas… probablemente, después de todo, la cosa tenga que ver con la maldita envidia que lo emponzoña todo en esta España de nuestras penas y de nuestras alegrías, envidia de todo aquel que intenta prosperar, envidia de todo aquel que trabaja duro para ser el mejor, envidia de todo aquel que intenta triunfar, envidia de todo aquel que intenta ser, simplemente, diferente…

 

 

            Perdona Laia. En nombre de España, en nombre de nuestros comunes compatriotas españoles, en nombre de tanto idiota y de tanto envidioso que anda por ahí suelto... perdona. No sé si decir aquello de “porque no saben lo que hacen” (Lc. 23, 34), o por el contrario, porque lo saben demasiado bien. Siento mucho la pesadilla por la que estás pasando, esa sí, de las que dejan secuelas psicológicas. Ojalá salgas de ésta y seas un día una virtuosa reconocida del maravilloso instrumento con el que te conviertes, gracias a tu talento, en portavoz de los ángeles, y que de quien te ha denunciado apenas se sepa que era una anónima vecina que, corroída por la envidia, intentó sin conseguirlo arruinarte tu carrera.
 
            Que tengas mucha suerte Laia, y que sigas haciéndonos disfrutar de tu manera de interpretar Chopin, Mozart, Wagner, Verdi y todo cuanto se te ponga entre las teclas.

 

 

  

            ^©L.A.

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