Deseos de conocer más a Dios

            Me dices…, siento en mí ser una necesidad que satisfacer, es un vivo deseo de conocer más a Dios, de saber quién es Él, de saber que desea de mí, que piensa Él de mí que espera de mí. En definitiva una serie de cuestiones, para las que ya me gustaría saber algo más sobre ellas. Desearía que Él me hablarse y me aclarase todas estas interrogantes que tengo. Y yo le contesto, esto es lo que a muchas personas nos les gustaría vivir, el adquirir un mayor conocimiento de Dios, pues a todos los que amamos al Señor, nos impulsa el deseo de amarle aún más de lo que ahora lo amamos, y esa es una clara señal, de que Él vive en lo íntimo de nuestra alma, en el corazón de nuestra alma y quiere que sea ahí, a donde miremos y donde le encontremos.

            Pues bien yo voy a tratar de contestarte a todo lo que me planteas apoyándome en el loco amor que le tengo al Señor y en la corta experiencia que tengo de mi relación con El, porque todas estas inquietudes todos los que amamos las tenemos, pero es de reconocer que en la medida en que aumenta en uno o una, el amor al Señor, se van aclarando muchas dudas y cuestiones del inicio, pero se van abriendo nuevas puertas  en las moradas de ese inacabable castillo, que es el amor de una persona hacia Dios, tal como nos explica Santa Teresa de Jesús.

            La respuesta a todas tus interrogantes que te repito, no eres el único que las tiene, porque somos todos los que el fuego de la zarza de su amor como a Moisés, le sucedió en el Horeb. Esa ansia que nos crea ese fuego de amor que se siente, nunca la vas a calmar en esta vida, tú tienes lo mismo que lo que todos  tenemos, y esto solo se pueden solucionar con una mágica palabra, que se llama Amor, ante todo amarle  y será entonces cuando que abrirán las puestas de todas las habitaciones y salas de ese castillo donde mentalmente nos encontramos y las luces de tu mente irán cada vez brillando con más fuerza y poco a poco, iras viviendo con mucha más claridad y comprendiendo lo que ahora te resulta incomprensible.

            Todo esto se realiza por medio de la palabra Amor, esta es la palabra mágica de toda nuestra vida espiritual. Porque nuestra vida espiritual solo tiene un objetivo que es el de relacionarse con Dios. San Juan evangelista, extracta toda nuestra vida espiritual en el Amor al decirnos que: Dios es amor y solo amor. “Y nosotros hemos conocido y creído en el amor que Dios nos tiene. Dios es amor, y el que vive en amor permanece en Dios, y Dios en É1”. (1Jn 4,16). Fíjate bien lector que San Juan, no nos dice que Dios es un Ser supremo que tiene amor, que el amor es uno de sus atributos. ¡No! Nos dice que Dios es el propio atributo, que Él es el Amor, que Él es Amor y solo Amor. Que la esencia de Dios es el Amor y nada más que Amor, que Él mismo que es el propio amor, que te espera y que continuamente está llamando a tu puerta para donare su Amor.

            Santo Tomás superando las tesis escolásticas, no utiliza el término “atributo” sino los de “títulos” o “condiciones”, ya que para él, término atributo, la existencia previa de un ser o unos seres a los que les adjudica o atribuye las cualidades que son propias de él. Y conforme a esta doctrina, tomista, Dios no tiene atributos sino que Él mismo, De todos los atributos o condiciones divinas, destaca Santo Tomás la que denomina “constitutivo formal” o condición o atributo fundamental, que para Santo Tomás, es el ser subsistente: es decir, el existir Dios por sí mismo, existir como consecuencia de su propia esencia y no de algo exterior. Este es el rasgo que más separa a Dios del resto de seres, pues en éstos la existencia es un añadido a su esencia, por lo que no tienen una existencia necesaria sino dependiente de la voluntad divina.

            En la vida de nuestra alma el Amor es lo esencial. Parangonando una frase evangélica, te podría decir aquí que: Tú dedícate a poner amor hacia Él y todo lo demás lo recibirás por añadidura. Y aquí tienes ya una primera respuesta a las cuestiones que me plateas, porque Dios no espera de ti otra cosa que amor que es lo único que tú puedes darle, porque Él lo tiene todo y no necesita nada de ti ni de mí, solo necesita que le amemos, de nosotros lo único que le interesa es nuestro amor, porque si le damos nuestro amor, estamos correspondiéndole aunque mínimamente a ese inmenso amor que Él nos tiene Y esto es así porque como nos dice San Agustín. Que es lo que tú puedas darle a Dios, que Él no te lo haya dado antes.

            Me dices que tienes deseo de saber más, de lo que ahora sabes de Dios y esto es una maravillosa señal pues sin tu saberlo, sin darte cuenta, es el amor de Dios hacia ti, el que te está avivando esos deseos que me dices que tienes, de querer saber más de Dios. Una de las características esenciales del amor es el conocimiento. El conocimiento aviva el deseo de amor y el deseo de amor aviva el deseo de conocimiento. El que ama siempre deseo conocer más y mejor el objeto de su amor y lo que es aún mejor y más grande, es que en la medida en que más se ama, más se intensifica el deseo de conocimiento de conocer más y mejor el objeto del deseo de conocimiento. Pero cuando este objeto, de conocimiento y amor, es otro ser humano todo esto tiene un límite, porque los seres humanos somos criaturas limitadas. Pero cuando se trata de Dios, Él es ilimitado en todo y ni en esta vida ni en la otra, nadie llegara jamás al conocimiento absoluto de Dios Porque ello, la realización de ese algo imposible la que estar en igualdad con Dios.

            El obtener un mayor grado de conocimiento de Dios, es siempre el fruto de dar mucho amor, tanto a Él como a los demás, cuanto más amor le demos al Señor y a los que nos rodean, mucho, más nos devolverá Él Acordémonos de la parábola de lo los talentos, cuanto más demos más recibiremos, porque al que tiene se le dará, y se le dará una medida plena remecida, pero al que no tiene se le quitará incluso lo que no tiene. El conocimiento humano de Dios, hasta dónde nos es posible llegar a los humanos aquí abajo, como todo lo que pertenece al mundo de lo espiritual, es siempre lento, muy lento y se requiere perseverancia, mucha perseverancia. Dios vive en la eternidad y nunca tiene prisa para nada. Las prisas son un fruto de los que vivimos con el dogal del tiempo puesto en nuestras vidas.

            Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.

            Otras glosas o libros del autor relacionados con este tema.

• Libro. CONOCIMIENTO DE DIOS.- www.readontime.com/isbn=9788461179107
• Libro. LA SED DE DIOS.- www.readontime.com/isbn=9788461316281 
• Libro. MANDAMIENTOS DE AMOR.- http://www.readontime.com/isbn=9788461557080 
• 135s.-  Deseos humanos         27-02-10
• 381d.-  Deseos fundamentales en la vida espiritual  03-07-11
• 144x.-  Deseos de amar a Dios           17-03-10
• 294l.-  Voluntad de desear amar       10-01-11
• 151x.-  Deseos de buscar a Dios en el desierto         31-03-10
• 152j.-  Deseos de inmortalidad         01-04-10
• 039v.-  Deseo de seguridad humana  14-08-09
• 204x.-  Don de seguridad       14-07-10
• 415v.-  Ansias humanas de seguridad            09-09-11
• 269d.-  Deseos de semejanza 21-11-10
• 037d.-  Deseo de no estar aislado      09-08-09
• 140m.- Deseos de no sufrir     09-03-10
• 608s.-  Deseos ilícitos o impuros       29-09-12
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            La fecha que figura a continuación de cada glosa, es la de su publicación en la revista ReL, en la cual se puede leer la glosa de que se trate.

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