El Papa, espiado
Esta semana me han mandado un chiste en forma de viñeta que, además de ser muy actual, refleja hasta dónde estamos llegando en una sociedad sin valores. Se ve a Obama sentado junto a un niño. El pequeño le dice: "Mi papá me ha dicho que nos espías". Obama le contesta: "Tu papá no es tu papá". Nos tomamos a broma algo que es muy serio y quizá lo hacemos por no ponernos a llorar.
Que la que se supone que es la mejor democracia del mundo se dedique a espiar incluso a sus aliados más fieles, es inadmisible. No vale la excusa de que lo hacen por salvaguardar su propia seguridad e incluso la de sus aliados. Es una violación de todo derecho y cuando éste no se cumple se está, simplemente, en la ley de la selva. Lo que Obama no ha entendido es que no todo vale, que el fin no justifica los medios y que si él considera que ciertas cosas le están permitidas eso va a servir de excusa a otros para hacer lo mismo en otras cuestiones. Que se haya llegado, como se ha hecho, a espiar al Papa Benedicto, a los cardenales católicos -Bergoglio entre ellos- e incluso las mismas deliberaciones del cónclave, es algo que no deberíamos pasar por alto los católicos.
Pero, ¿en realidad debería sorprendernos esta falta de ética? En el fondo, Obama y otros como él están haciendo algo peor y lo hacen no sólo con impunidad sino con el aplauso general. ¿No es muchísimo más grave la legalización y promoción del aborto, por ejemplo? Y en eso el presidente norteamericano es un campeón. Una vez que nos hemos tragado el camello, es de hipócritas alarmarse porque nos fuerzan a hacer lo mismo con el mosquito.
Y me pregunto también otra cosa, ¿qué estaría sucediendo en el mundo si el responsable de estas gravísimas violaciones del derecho internacional fuera un presidente norteamericano de derechas? La inmensa mayoría de los intelectuales están mudos, como lo suelen estar cuando son los suyos los que cometen las tropelías que sean. La guerra de Irak era mala porque la empezó Bush, pero la de Afganistán es buena porque la empezó Clinton. Así de fácil y de sencillo. Lo que hace la izquierda está bien y lo que hace la derecha está mal. El mundo en blanco y negro, como a ellos les gusta, pues para eso son los que mandan en el pensamiento, a través del control que tienen sobre los medios de comunicación, Hollywood incluido. Y si no ha habido guerra en Siria, con el esperpento de Estados Unidos apoyando a los islamistas más fanáticos y más pro iraníes, ha sido porque la oración del Papa y de millones de católicos hizo que el torpe del vicepresidente norteamericano metiera la pata en una rueda de prensa y eso diera lugar a que Rusia pudiera proponer a tiempo un eficaz plan para acabar con las armas químicas. De no ser por eso, estaríamos ahora en plena guerra, que, eso sí, sería buenísima porque la habría empezado Obama. Por cierto, "Premio Nobel de la Paz". ¡Qué cosas!.
Espían a Merkel, a Rajoy, a Berlusconi, a Sarkozy, a Hollande e incluso al Papa. Escrutan sesenta millones de llamadas al minuto y al final no se enteran de lo que está pasando: el mundo cada vez odia más a Estados Unidos y lo hace precisamente porque ha dejado de ser un referente moral. Y cuando eso sucede es cuestión de tiempo que venga el final. Será muy malo para los norteamericanos, pero creo que también lo será para todos nosotros. Sólo una regeneración moral auténtica puede salvarnos del desastre. A ver si se enteran de este mensaje y lo ponen en práctica.
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