Tim Cook (CEO de Apple) comienza a aprender lecciones de comunicación... del Papa Francisco
En la tercera semana de septiembre de 2013 el sucesor de Steve Jobs al frente de Apple incursionaba en Twitter. En pocos días, Tim Cook se hizo con la nada despreciable cantidad de 220 mil seguidores.
La desproporción entre la cantidad de seguidores alcanzada por Cook y aquellos de los que él se declara «follower» (más de 220 mil contra 29) tenía una particularidad que no ha pasado desapercibida para quienes se ocupan de seguir las minucias que Twitter posibilita conocer: el CEO de Apple es seguidor de la cuenta del Papa Francisco en la red de los 140 caracteres.
La visibilidad que ha acompañado al Papa Francisco desde que fue elegido ha llevado a la conocida revista Forbes a calificarlo como «social media phenomenon» (véase «Pope Francis, The Social Media Star: Peace, Love And A New Understanding», 16.09.2013).
En el artículo se habla de la simpatía de la izquierda estadounidense hacia los tuits del Papa y se refiere la influencia viral que tiene el Pontífice (incluso entre no católicos): una estrella de la web. Otro analista ha mostrado lo que desde su cuenta de Twitter ha logrado Francisco por la paz en Siria (véase «Twitter y oración: las armas del Papa Francisco en la guerra evitada en Siria», 18.09.2013). El estudio «Twiplomacy 2013» también ha puesto a la luz quién es quién en el mundo de la diplomacia digital (véase «Publican resultados del estudio Twiplomacy 2013 con Obama y el Papa Francisco a la cabeza de la diplomacia digital», 03.08.2013).
Lo del protagonismo del Papa en internet, especialmente en las redes sociales, ha quedado refrendado por el «Óscar de la web» que le ha sido conferido recientemente. Ha ocurrido en Italia, en el contexto del «Blogfest» de Rímini (los Óscar de internet en Italia): el «Macchianera award 2013» al personaje del año se lo ha llevado el Papa Francisco.
En efecto, en apenas seis meses el Papa Francisco ha pasado de 4 millones de seguidores (19 de marzo de 2013) a 9 millones (4 de septiembre de 2013). Para ser más exactos, al 20 de septiembre de 2013 la suma de las nueve cuentas idiomáticas del Papa en Twitter ascendían a 9.380.071 seguidores (español: 3.772.799: inglés: 3.000.000; italiano: 1.117.150; portugués: 770.559; francés: 193.967; latín: 163.519 ; alemán: 143.575; polaco: 127. 474; y árabe: 90.928).
En una entrevista concedida a los micrófonos de Radio Vaticana, el presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, Mons. Claudio Maria Celli, refería que, gracias a los retuits de los mensajes del Papa, «60 millones de personas pueden tener sobre su propio celular, sobre su propio smarthpone, sobre su iPad o Tablet, un tuit del Santo Padre» (cf. «Plenaria delle Comunicazioni Sociali su “La rete e la Chiesa”: intervista con mons. Celli», 18.09.2013).
¿Las razones de este éxito mediático? En una entrevista para la célebre revista Wired, Antonio Spadaro hablaba de la dimensión comunicativa del Papa subrayando que el Pontífice mismo es un «social network». ¿Por qué? «Porque ama la normalidad comunicativa; no comunica, crea eventos comunicativos y dinámicos. Y en la inmediatez del mensaje que lanza se crea una paradoja: se advierte autoridad pero no distancia» (cf. «Antonio Spadaro: "Il papa è un social network"», 20.09.2013).
Quizá debamos ver en esa paradoja de la cercanía a pesar de la distancia la razón por la cual en los social network este fenómeno ya es definido como el «efecto Francisco». Lo curioso del caso es que «el Pontífice no quiere que existan operaciones de marketing en torno a su imagen», como revelaría un amigo del Papa Bergoglio en un artículo publicado por la agencia ZENIT News Agency (cf. «La “Schindler´s List” del Papa Bergoglio», 10.09.2013). Y la Iglesia no ha hecho «algo», han sido millones de personas a título individual –católicos y no católicos– quienes han promovido espontáneamente la imagen del Papa.
En el pasado Apple había confiado a sus consumidores la promoción «persona a persona» de sus productos. Por eso no tenía presencia en redes sociales. La incursión de su CEO en Twitter y su seguir al «web-star» al que hemos aludido tal vez sea indicativo de lo que incluso Apple puede aprender (o está aprendiendo) de un Papa.
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