De la Virgen de la Merced en el día de su festividad
por En cuerpo y alma
Como todas las que se llaman “Mercedes” y cuantos las quieren saben bien, hoy es el día de la Virgen de la Merced o Nuestra Señora de las Mercedes. El origen de tan bella advocación mariana remonta al 1 de agosto de 1218, fecha en la que el barcelonés San Pedro Nolasco (pinche aquí para conocerlo mejor) recibe la visita de la Virgen, que se le presenta precisamente como “La Merced”, hecho que relata en el año 1400 el Padre Nadal Gaver. La Virgen lo exhorta a fundar una orden religiosa cuyo carisma no fuera otro que la redención de cristianos cautivos, al modo de lo realizado justo veinte años antes por San Juan de Mata (pinche aquí para conocerlo todo sobre su figura), fundador de los trinitarios.
Efectivamente, y de acuerdo con la instrucción recibida, Nolasco creará la orden el 10 de agosto de 1218 en la Catedral de Barcelona, en presencia del Rey Jaime I de Aragón y del obispo Berenguer de Palou. El Papa Gregorio IX la aprueba en 1235 y le otorga la regla de San Agustín.
Volviendo a nuestra Virgen de la Merced, que no en balde es a la que celebramos hoy, su iconografía la reviste de un amplio manto que da cobijo a un nutrido grupo de colectivos, desde presos, hasta santos, las cadenas y el grillete, y por supuesto el escapulario de la Orden Mercedaria.
La devoción a la Virgen de la Merced se difunde con facilidad por todos los rincones de América. Y es que no en balde, los mercedarios se hallan entre los primeros misioneros de América. De hecho, el capellán de Colón en su segundo viaje es un mercedario según recoge el cronista Pedro Mártir de Anglería.
Perú es quizás el país donde con más intensidad arraiga, pero no desmerece Potosí en Bolivia, que llegó a ser una de las ciudades más grandes del mundo, donde la Archicofradía de Nuestra Señora de La Merced fundada en 1730 organiza lucidas fiestas de la Merced. Es también patrona de Ecuador, de la República Dominicana, del estado de Delawere en Estados Unidos o de San Miguel de Tucumán en Argentina.
En España, la Virgen de la Merced es patrona de Jerez de la Frontera y de Cádiz, así como de Barcelona, donde por cierto, sustituye a Santa Eulalia (curiosa santa de la que puede Vd. conocerlo todo pinchando aquí), de quien aseguran los presumidos barceloneses que no para de llorar por el patronazgo perdido y que por eso todos los 12 de febrero, días de Santa Eulalia, llueve en la capital condal.
Amén de todo ello, es también patrona de las instituciones penitenciarias españolas y de las Fuerzas Armadas argentinas y peruanas.
Y por mi parte poco más por hoy, salvo felicitar a las afortunadas mujeres que portan el bello nombre de Mercedes, a las que regalo esta preciosa canción de Los Chalchaleros, aunque alguna lectora me hay dicho que es un poco triste: “son las cosas del querer” en cualquier caso.
Volviendo a nuestra Virgen de la Merced, que no en balde es a la que celebramos hoy, su iconografía la reviste de un amplio manto que da cobijo a un nutrido grupo de colectivos, desde presos, hasta santos, las cadenas y el grillete, y por supuesto el escapulario de la Orden Mercedaria.
La devoción a la Virgen de la Merced se difunde con facilidad por todos los rincones de América. Y es que no en balde, los mercedarios se hallan entre los primeros misioneros de América. De hecho, el capellán de Colón en su segundo viaje es un mercedario según recoge el cronista Pedro Mártir de Anglería.
Perú es quizás el país donde con más intensidad arraiga, pero no desmerece Potosí en Bolivia, que llegó a ser una de las ciudades más grandes del mundo, donde la Archicofradía de Nuestra Señora de La Merced fundada en 1730 organiza lucidas fiestas de la Merced. Es también patrona de Ecuador, de la República Dominicana, del estado de Delawere en Estados Unidos o de San Miguel de Tucumán en Argentina.
En España, la Virgen de la Merced es patrona de Jerez de la Frontera y de Cádiz, así como de Barcelona, donde por cierto, sustituye a Santa Eulalia (curiosa santa de la que puede Vd. conocerlo todo pinchando aquí), de quien aseguran los presumidos barceloneses que no para de llorar por el patronazgo perdido y que por eso todos los 12 de febrero, días de Santa Eulalia, llueve en la capital condal.
Amén de todo ello, es también patrona de las instituciones penitenciarias españolas y de las Fuerzas Armadas argentinas y peruanas.
Y por mi parte poco más por hoy, salvo felicitar a las afortunadas mujeres que portan el bello nombre de Mercedes, a las que regalo esta preciosa canción de Los Chalchaleros, aunque alguna lectora me hay dicho que es un poco triste: “son las cosas del querer” en cualquier caso.
©L.A.
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