¿Sabe Vd. lo que eran las "Biblia pauperum"?

            La expresión la traduce hasta el que solo tiene un año de latín de los del Plan de 1953, o sea, yo: la “biblia de los pobres”. Y da nombre a aquellas biblias hechas de imágenes en unos tiempos en los que, por un lado, la elaboración de libros era sumamente costosa, y por otro, los que no leían superaban abrumadoramente a los que sí lo hacían.

 

            Las biblias pauperum eran series de varias hojas, que articulaban cada página en varios espacios a modo de viñeta, en las que generalmente se enfrentaban escenas del Nuevo Testamento a otras del Antiguo con las que guardan alguna correspondencia. A pesar de que el modelo estaba pensado para las economías más débiles, pequeñas parroquias en las que el párroco se servía de ellas para explicar el mensaje bíblico, ello no obsta para que se elaboraran también ejemplares que por el coste de sus materiales y la calidad de los artistas iban dirigidos a un público más versado y también más acaudalado. Como es lógico pensar dado el público al que se dirigían, las biblias pauperum solían venir escritas en las diversas lenguas vernáculas, y menos veces en latín o griego.

 

            Aunque una nota a pie de página de una copia de Hanover atribuye la idea de presentar la Biblia de esta manera a uno de los grandes evangelizadores medievales, San Oscar (801-865), obispo de Hamburgo y de Bremen, evangelizador y santo patrono de los pueblos escandinavos, el fenómeno adquiere su máxima relevancia muchos siglos después, durante el bajo medievo. De hecho, su difusión se verá muy favorecida con la aparición a principios del s. XV de la xilografía (del griego ξυλον, xylón, “madera”, y γραφη, grafé, “inscripción”), técnica mediante la cual se imprime por una cara del papel y se pegan las hojas de dos en dos para formar el libro.

 

            Existen importantes ejemplares de biblia pauperum en la Biblioteca Nacional de París. En la Biblioteca Británica se exhibe un maravilloso ejemplar del s. XV conocido como la “Biblia de oro”. Aunque el género procedía de talleres menores, ello no obsta para que algunos artistas consagrados le dedicaran también parte de su tiempo, como es el caso de Jan Van Eyck.

 

            En cuanto a la denominación por la que se las conoce, no es antigua, sino que se usa por primera vez en la década de 1930, al catalogar un manuscrito de la biblioteca de Wolfenbüttel en Alemania.

            Y no es un disparate considerar el fenómeno como el más remoto precedente del moderno arte del comic, ya que de los personajes bíblicos de las distintas imágenes, salían, a modo de bocadillo, una especie de rollos de pergaminos en los que se expresaba la idea que se quería transmitir.

 

 

            ^©L.A.

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