Sigue el diálogo con un drogadicto
por Un obispo opina
En continuidad con la reflexión iniciada en el artículo anterior, seguimos con la reflexión sobre la drogadicción.
DROGADICTO:
Creo que tiene razón en lo que me dice. Es cierto. Yo he visto algunos casos de amigos, y me dan pena, pero no sé cómo salirme. No me encuentro con fuerzas.
SACERDOTE:
Yo también he visto algunos casos que han acabado en la cárcel. Pero tanto si te meten en la cárcel como si no, piensa ¿qué va a ser de tu vida matrimonial? Sin ganas de trabajar y no pudiendo ingresar dinero en casa, ¿Crees que vas a ser feliz? ¿Quién va a mantener a tu familia? ¿A quién podrán tomar como ejemplo tus hijos? ¿Cómo será feliz tu esposa junto a ti? Piensa, piensa, que ya vas siendo mayorcito. Tómate la vida en serio y piensa con responsabilidad, cómo va a ser tu futuro si no te sales de la droga. No vivas de ilusiones y piensa como persona.
DROGADICTO:
Estoy de acuerdo en lo que me dice pero, al mirarme me veo como sin fuerzas para lograrlo; y es que lo he intentado varias veces sin conseguirlo. Es algo que me puede y no sé cómo librarme de ello.
SACERDOTE:
Cierto que salir de la droga no te va a ser fácil, porque para ello, has de poner en juego toda tu fuerza de voluntad, liberándote de la esclavitud de la drogadicción y volviendo a llevar una vida normal y corriente como la que llevan mucha gente que han logrado salir y viven felices, pero tuvieron que esforzarse.
Tú también puedes lograrlo, porque muchos han logrado salir de ese infierno que crees que es un paraíso, y han reiniciado una vida nueva. Mira hacia el futuro y da los pasos necesarios para ser libre y ser feliz. Además, no olvides que puedes acabar contrayendo alguna enfermedad grave y contagiosa y que tu vida puede ser muy corta. No sabes bien la alegría que darías a tus padres, a tu esposa y a tu familia si te decidieses a dar este paso. Seríais felices todos, ellos y tú.
DROGADICTO:
No quiero molestarle más. Ante la situación en que me encuentro, ¿qué consejo puede darme? Creo que sus reflexiones me han hecho bien, pero ya que soy cristiano, le pregunto ¿cómo podría empezar, sobre todo, para dejar de tomar?
SACERDOTE:
Muy importante tu sugerencia. Como sacerdote, no puedo dejar de decirte unas palabras: por poco creyente que seas, ten en cuenta que Jesús te quiere, y te seguirá queriendo aunque puedas llegar a lo más bajo que pueda llegar cualquier hombre. Acude a él con humildad y con la decisión de cambiar. Él te quiere ayudar y te ayudará. Ábrele la puerta de tu alma; acude a Él y dile como aquel leproso que "se acercó y se postró ante él, diciendo: « Señor, si quieres puedes limpiarme. El extendió la mano, le tocó y dijo: « Quiero, queda limpio. » Y al instante quedó limpio de su lepra" (Mt. 8, 2-3). No te digo que quedarás curado al instante, pero lo que sí te digo es que, si le respondes con tu esfuerzo, tendrás su ayuda y te curarás. No lo dudes; Jesús te quiere y quiere ayudarte.
Y recuerda que uno de los defectos que tienen los drogadictos es que el trabajo parece que no les acaba de gustar mucho. Trabaja, trabaja, por lo menos haz gimnasia, porque eso ayuda a que tu organismo vaya adquiriendo una mayor fortaleza y vaya desapareciendo la ociosidad que es la madre de todos los vicios.
Ahí van unas pocas sugerencias:
1, Ve a misa los domingos.
2, Confiésate y pídele perdón y ayuda a Dios
3, Lee todos los días un capítulo del Evangelio
4, Si te es posible, haz una visita diaria al sagrario por la mañana o por la tarde.
5, Rézale todos los días tres Avemarías a la Virgen, recordándole que eres su hijo.
¿Te parece bien? Pues empieza ya a caminar. Lo vas a lograr. Cierto. Lo han logrado otros. También tú.
José Gea
DROGADICTO:
Creo que tiene razón en lo que me dice. Es cierto. Yo he visto algunos casos de amigos, y me dan pena, pero no sé cómo salirme. No me encuentro con fuerzas.
SACERDOTE:
Yo también he visto algunos casos que han acabado en la cárcel. Pero tanto si te meten en la cárcel como si no, piensa ¿qué va a ser de tu vida matrimonial? Sin ganas de trabajar y no pudiendo ingresar dinero en casa, ¿Crees que vas a ser feliz? ¿Quién va a mantener a tu familia? ¿A quién podrán tomar como ejemplo tus hijos? ¿Cómo será feliz tu esposa junto a ti? Piensa, piensa, que ya vas siendo mayorcito. Tómate la vida en serio y piensa con responsabilidad, cómo va a ser tu futuro si no te sales de la droga. No vivas de ilusiones y piensa como persona.
DROGADICTO:
Estoy de acuerdo en lo que me dice pero, al mirarme me veo como sin fuerzas para lograrlo; y es que lo he intentado varias veces sin conseguirlo. Es algo que me puede y no sé cómo librarme de ello.
SACERDOTE:
Cierto que salir de la droga no te va a ser fácil, porque para ello, has de poner en juego toda tu fuerza de voluntad, liberándote de la esclavitud de la drogadicción y volviendo a llevar una vida normal y corriente como la que llevan mucha gente que han logrado salir y viven felices, pero tuvieron que esforzarse.
Tú también puedes lograrlo, porque muchos han logrado salir de ese infierno que crees que es un paraíso, y han reiniciado una vida nueva. Mira hacia el futuro y da los pasos necesarios para ser libre y ser feliz. Además, no olvides que puedes acabar contrayendo alguna enfermedad grave y contagiosa y que tu vida puede ser muy corta. No sabes bien la alegría que darías a tus padres, a tu esposa y a tu familia si te decidieses a dar este paso. Seríais felices todos, ellos y tú.
DROGADICTO:
No quiero molestarle más. Ante la situación en que me encuentro, ¿qué consejo puede darme? Creo que sus reflexiones me han hecho bien, pero ya que soy cristiano, le pregunto ¿cómo podría empezar, sobre todo, para dejar de tomar?
SACERDOTE:
Muy importante tu sugerencia. Como sacerdote, no puedo dejar de decirte unas palabras: por poco creyente que seas, ten en cuenta que Jesús te quiere, y te seguirá queriendo aunque puedas llegar a lo más bajo que pueda llegar cualquier hombre. Acude a él con humildad y con la decisión de cambiar. Él te quiere ayudar y te ayudará. Ábrele la puerta de tu alma; acude a Él y dile como aquel leproso que "se acercó y se postró ante él, diciendo: « Señor, si quieres puedes limpiarme. El extendió la mano, le tocó y dijo: « Quiero, queda limpio. » Y al instante quedó limpio de su lepra" (Mt. 8, 2-3). No te digo que quedarás curado al instante, pero lo que sí te digo es que, si le respondes con tu esfuerzo, tendrás su ayuda y te curarás. No lo dudes; Jesús te quiere y quiere ayudarte.
Y recuerda que uno de los defectos que tienen los drogadictos es que el trabajo parece que no les acaba de gustar mucho. Trabaja, trabaja, por lo menos haz gimnasia, porque eso ayuda a que tu organismo vaya adquiriendo una mayor fortaleza y vaya desapareciendo la ociosidad que es la madre de todos los vicios.
Ahí van unas pocas sugerencias:
1, Ve a misa los domingos.
2, Confiésate y pídele perdón y ayuda a Dios
3, Lee todos los días un capítulo del Evangelio
4, Si te es posible, haz una visita diaria al sagrario por la mañana o por la tarde.
5, Rézale todos los días tres Avemarías a la Virgen, recordándole que eres su hijo.
¿Te parece bien? Pues empieza ya a caminar. Lo vas a lograr. Cierto. Lo han logrado otros. También tú.
José Gea
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