"Yo estudio la Biblia"

Llevo varios días debatiendo con un testigo de Jehová. La constante en todas y en cada una de sus respuestas es que él estudia la Biblia, como si yo fuera un supersticioso que lee los horóscopos del día. Muchas personas, tienen una idea equivocada sobre la Iglesia Católica, ya que no se dan cuenta que todo parte de las Sagradas Escrituras, aunque orientadas debidamente por el magisterio eclesial, pues fácilmente podrían ser llevadas al extremo, distorsionando su verdadero significado. Yo puedo leer los resultados de un análisis del laboratorio; sin embargo, el único que podrá sacarme de dudas sobre el significado de ciertas abreviaturas y rangos de medición, es el médico. Lo mismo sucede con la guía del Papa y de los Obispos. Si bien es cierto que podemos -y, de hecho, debemos- pensar por cuenta propia, hay que reconocer que no sería sano irnos por la libre, prescindiendo de la comunidad que orienta y acompaña, pues terminaríamos buscándonos a nosotros mismos, hasta llegar a una postura totalmente subjetiva.

Mi compañero testigo de Jehová -a quien respeto- me planteó los “argumentos” de siempre, a los que fui respondiéndole de uno en uno:

1.     ¿Por qué tienen imágenes en sus templos si el Antiguo Testamento lo prohíbe?

La respuesta es sencilla. El que yo lleve en la cartera una fotografía de mi novia o de mi mamá, no significa que idolatre la imagen impresa en el papel. Simple y sencillamente, la traigo porque me sirve para acordarme de un ser querido. Además, le expliqué que las estatuas que hay en las catedrales, fueron construidas para dar a conocer -de modo visual- a quienes desconocían el latín, la historia del cristianismo. El arte sirve para comunicar el contenido de la fe, pues se trata de un medio pedagógico. Le dejé claro que el centro de nuestras celebraciones es la Eucaristía y no los signos que la acompañan.

2.     Yo he visto católicos adorando imágenes:

El que haya católicos ignorantes, no significa que la jerarquía de la Iglesia apruebe tales conductas. No podemos “pagar justos por pecadores”. En ese sentido, le hice ver que hay documentos vaticanos -como el Catecismo de la Iglesia Católica (1983)- que marcan el camino a seguir para evitar distorsiones de lo que es la fe en realidad.

3.     ¿No sabías que nosotros -testigos de Jehová- existimos desde la época de Jesús?

Eso es falso. En ese momento, tomé un argumento expuesto por el P. Jorge Loring S.I. y, acto seguido, le pedí que me citara un documento del año 50 D.C., en el que se hablara de ellos. Al quedarse mudo, le respondí que los católicos existimos -con una sólida base documental- desde los primeros siglos de nuestra era. Por otro lado, le hice ver que si contaba la lista completa de los Papas, llegaría hasta el apóstol Pedro, quien -en efecto- fue el primer Papa de la historia, muriendo martirizado en Roma alrededor del año 67 D.C.