Un gran santo moderno y modelo para la nueva evangelización (II)
por Un obispo opina
SAN ALBERTO HURTADO (19011952)
LA NIÑA DE SUS OJOS: EL HOGAR DE CRISTO
El 18 de octubre de 1944, sale de un retiro y se encuentra a un mendigo tendido en la calle. Piensa: “Cristo divaga por nuestras calles en las personas de tantos pobres dolientes, ¡Cristo no tiene hogar”. “La gran amargura de nuestra época es el alejamiento de los pobres a quienes Cristo vino a evangelizar de preferencia”. Pone manos a la obra y con la ayuda de amigos y voluntarios, al año siguiente, bendice la primera sede del “Hogar de Cristo”, institución presente en toda la geografía nacional y algunos países latinoamericanos, albergando pobres, ancianos y atendiendo otras necesidades.
El “Hogar de Cristo” nace, cuando Alberto descubre a Cristo Crucificado en los dolientes. No es una ONG piadosa. Es justicia, pues “hacer caridad sin justicia es reírse de Dios”. El cristiano” ha de tomar en su corazón y sobre sus espaldas la miseria del pueblo, pero no como un extraño, sino como uno de ellos, todos juntos en el mismo combate de la liberación”.
Funda en 945 la “Asociación Sindical y Económica Chilena”, para la formación de líderes, aprobada por el Conferencia Episcopal, pues se fundamentaba en la Doctrina Social de la Iglesia. Se habían despejado las dudas, cuando lo consideraban “el cura rojo”.
VIAJA A EUROPA EN 1947.
Le sirvió para afirmarse en sus opciones apostólicas y sociales. Contactó con la Misión de París, la de los curas obreros. Visita la Leprosería de Fontilles el domingo 7 de septiembre, según los archivos del Sanatorio. En Italia se entrevista con monseñor Montini, futuro Pablo VI; su audiencia con Pío XII, a quien entrega un informe de su pensamiento, le permite escribir: “El Papa me alentó en la obra social” y, posteriormente, monseñor Tardini, Secretario de Estado, le manifestó “el aprecio del Papa por su trabajo”. René Voillaume, de los Hermanitos de Jesús, comentaría: “Mis contactos con el Padre Hurtado me impulsaron a amarlo y venerarlo”. Y en su regreso, continuará su labor. Crea la revista Mensaje, que mantiene vivos la obra y el pensamiento de Hurtado.
SU MEMORIA
A los 51 años se le detecta un cáncer, En el dolor repite una de sus cantinelas: “¡Contento, Señor, contento”. Dejó escrito: “Esta vida se nos ha dado para buscar a Dios, la muerte para hallarlo, la eternidad para poseerlo”. Muere el 18 de agosto de 1952, pidiendo “en nombre de Dios que cuidaran a los pobres”. El 18 de agosto es en Chile “El Día Nacional de la Solidaridad”.
Juan Pablo visitó Chile en 1987, y ante la tumba del Padre Hurtado preguntaba: “¿Podrá también en nuestros días el Espíritu suscitar apóstoles de la talla del Padre Hurtado, que muestren con su abnegado testimonio la vitalidad de la Iglesia? Estamos seguros de que sí y se lo pedimos con fe”. Benedicto XVI en su canonización, 23 de octubre de 2005, dijo :”El objetivo de su vida fue ser otro Cristo”. Ricardo Lagos, Presidente de Chile, presente con su esposa en la celebración, diría: ”El Padre Hurtado es el nuevo Padre de la Patria”.
Para la iglesia y el pueblo chileno, el Padre Hurtado y sor Teresa de los Andes, joven carmelita beatificada en la visita a Chile de Juan Pablo II en 1987 y posteriormente canonizada en Roma por el mismo Pontífice, son dos joyas de su historia e intercesores ante Dios.
Estoy convencido de que este santo podré ser modelo para los que creemos que la nueva evangelización va a suponer un nuevo amanecer para la Iglesia en estos tiempos de tanta oscuridad en la noche del ateísmo y de las grandes injusticias sociales.
Gracias, Juan, por este artículo.
José Gea
LA NIÑA DE SUS OJOS: EL HOGAR DE CRISTO
El 18 de octubre de 1944, sale de un retiro y se encuentra a un mendigo tendido en la calle. Piensa: “Cristo divaga por nuestras calles en las personas de tantos pobres dolientes, ¡Cristo no tiene hogar”. “La gran amargura de nuestra época es el alejamiento de los pobres a quienes Cristo vino a evangelizar de preferencia”. Pone manos a la obra y con la ayuda de amigos y voluntarios, al año siguiente, bendice la primera sede del “Hogar de Cristo”, institución presente en toda la geografía nacional y algunos países latinoamericanos, albergando pobres, ancianos y atendiendo otras necesidades.
El “Hogar de Cristo” nace, cuando Alberto descubre a Cristo Crucificado en los dolientes. No es una ONG piadosa. Es justicia, pues “hacer caridad sin justicia es reírse de Dios”. El cristiano” ha de tomar en su corazón y sobre sus espaldas la miseria del pueblo, pero no como un extraño, sino como uno de ellos, todos juntos en el mismo combate de la liberación”.
Funda en 945 la “Asociación Sindical y Económica Chilena”, para la formación de líderes, aprobada por el Conferencia Episcopal, pues se fundamentaba en la Doctrina Social de la Iglesia. Se habían despejado las dudas, cuando lo consideraban “el cura rojo”.
VIAJA A EUROPA EN 1947.
Le sirvió para afirmarse en sus opciones apostólicas y sociales. Contactó con la Misión de París, la de los curas obreros. Visita la Leprosería de Fontilles el domingo 7 de septiembre, según los archivos del Sanatorio. En Italia se entrevista con monseñor Montini, futuro Pablo VI; su audiencia con Pío XII, a quien entrega un informe de su pensamiento, le permite escribir: “El Papa me alentó en la obra social” y, posteriormente, monseñor Tardini, Secretario de Estado, le manifestó “el aprecio del Papa por su trabajo”. René Voillaume, de los Hermanitos de Jesús, comentaría: “Mis contactos con el Padre Hurtado me impulsaron a amarlo y venerarlo”. Y en su regreso, continuará su labor. Crea la revista Mensaje, que mantiene vivos la obra y el pensamiento de Hurtado.
SU MEMORIA
A los 51 años se le detecta un cáncer, En el dolor repite una de sus cantinelas: “¡Contento, Señor, contento”. Dejó escrito: “Esta vida se nos ha dado para buscar a Dios, la muerte para hallarlo, la eternidad para poseerlo”. Muere el 18 de agosto de 1952, pidiendo “en nombre de Dios que cuidaran a los pobres”. El 18 de agosto es en Chile “El Día Nacional de la Solidaridad”.
Juan Pablo visitó Chile en 1987, y ante la tumba del Padre Hurtado preguntaba: “¿Podrá también en nuestros días el Espíritu suscitar apóstoles de la talla del Padre Hurtado, que muestren con su abnegado testimonio la vitalidad de la Iglesia? Estamos seguros de que sí y se lo pedimos con fe”. Benedicto XVI en su canonización, 23 de octubre de 2005, dijo :”El objetivo de su vida fue ser otro Cristo”. Ricardo Lagos, Presidente de Chile, presente con su esposa en la celebración, diría: ”El Padre Hurtado es el nuevo Padre de la Patria”.
Para la iglesia y el pueblo chileno, el Padre Hurtado y sor Teresa de los Andes, joven carmelita beatificada en la visita a Chile de Juan Pablo II en 1987 y posteriormente canonizada en Roma por el mismo Pontífice, son dos joyas de su historia e intercesores ante Dios.
Estoy convencido de que este santo podré ser modelo para los que creemos que la nueva evangelización va a suponer un nuevo amanecer para la Iglesia en estos tiempos de tanta oscuridad en la noche del ateísmo y de las grandes injusticias sociales.
Gracias, Juan, por este artículo.
José Gea
Comentarios