Buscad el Reino de Dios y su justicia
por Desde mi ventana
La palabra de Jesús en el evangelio es divina y por lo tanto intemporal, vigente siempre, invariable y para todos los hombres creyentes de todos los tiempos, cultura, raza y lugar
El dijo: “Buscad el Reino de Dios y su justicia y todas las demás cosas se os darán por añadidura”(Mt 6.33). Es cuestión de fe y prioridades. El cristiano no debe dudar nunca de la Palabra de Jesús y debe anteponerla a cualquier otra consideración humana. Esto es lo lógico y prioritario en teoría. En realidad, el cristiano y los cristianos, a lo largo de la historia personal y global, han preferido, casi siempre, al Reino de Dios y su justicia, sus intereses materiales y personales. Los valores del Reino de Dios, coincidentes con su santa voluntad expresada en el Decálogo, son de sobra conocidos, aunque no vividos: La vida, la verdad, la paz, la gracia, el amor, la justicia, el respeto y ayuda a los demás...
Al priorizar lo material sobre lo espiritual han sobrevenido todos los males de los que hoy, ayer y siempre, sufrimos, lamentamos y tratamos de remediar con fuerzas humanas sin la ayuda de Dios arrinconado y preterido. He aquí la raíz de todos los males y de los que, en modo alguno nos veremos libres por este camino que llevamos. Una tierra, una vida, unos bienes, una paz, amor y alegría, que fueron creados por Dios para bien de todos, se ven malogrados por la gran mayoría, ciegos y sordos a la Palabra de Jesús.
MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN
El dijo: “Buscad el Reino de Dios y su justicia y todas las demás cosas se os darán por añadidura”(Mt 6.33). Es cuestión de fe y prioridades. El cristiano no debe dudar nunca de la Palabra de Jesús y debe anteponerla a cualquier otra consideración humana. Esto es lo lógico y prioritario en teoría. En realidad, el cristiano y los cristianos, a lo largo de la historia personal y global, han preferido, casi siempre, al Reino de Dios y su justicia, sus intereses materiales y personales. Los valores del Reino de Dios, coincidentes con su santa voluntad expresada en el Decálogo, son de sobra conocidos, aunque no vividos: La vida, la verdad, la paz, la gracia, el amor, la justicia, el respeto y ayuda a los demás...
Al priorizar lo material sobre lo espiritual han sobrevenido todos los males de los que hoy, ayer y siempre, sufrimos, lamentamos y tratamos de remediar con fuerzas humanas sin la ayuda de Dios arrinconado y preterido. He aquí la raíz de todos los males y de los que, en modo alguno nos veremos libres por este camino que llevamos. Una tierra, una vida, unos bienes, una paz, amor y alegría, que fueron creados por Dios para bien de todos, se ven malogrados por la gran mayoría, ciegos y sordos a la Palabra de Jesús.
MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN
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