La doctora Silvia Correale
Esta semana tuvo lugar una entrevista radiofónica (transcrita a continuación y con el audio para poder ser escuchada) con la doctora Silvia Correale, postuladora de Causas de Beatificación y Canonización de la Congregación para las Causas de los Santos, y postuladora de la canonización de la Madre Laura, la que será la primera santa colombiana. Fue el cardenal Jorge Mario Bergoglio quien autorizó su nombramiento como consultora para la delegación episcopal de Causas de los santos de la Conferencia Episcopal Argentina. Lleva adelante causas tan importantes como la del cura argentino José Gabriel del Rosario Brochero y la de Pier Giorgio Frassati; es vice-postuladora de la causa de Giussepe Toniolo, laico cuya beatificación ya ha sido autorizada -quien es el especialista que ayudó a León XIII a escribir la “Rerum Novarum”, y que fue el primer presidente de la Acción Católica Italiana. En fase romana lleva más de 70 causas, algunas de nuestros mártires, como la del Siervo de Dios Manuel Irurita.
Este es el audio:
(TRANSCRIPCIÓN: VICTORIA MELCHOR ILLÁN)
Este es el audio:
LOCUTOR: Sí, pero es que le tengo a Silvia Correale. Silvia Correale, Alberto, es quien postula las causas de beatificación y canonización en la Congregación de los Santos en el Vaticano. Traducción: la M. Laura, por ejemplo. Es argentina, como ahora todos somos argentinos…
Ella es argentina y es la única mujer (de la Curia) que presenció la renuncia del papa Benedicto XVI. Fue la mujer que nos postuló a nuestra M. Laura, que será santa.
Ha trabajado muy de cerca con el nuevo Papa, Su Santidad Francisco.
Doña Silvia, gracias por atendernos. Muy buenos días.
SILVIA CORREALE: Buenos días a ustedes y a todos los oyentes, y les agradezco la llamada.
L: Sí, ¿usted de qué equipo es?
SC: Del Barça
L: ¡Bien! Yo quiero comenzar preguntándole, ¿cómo es esto de que usted presenció la renuncia del Papa?
SC: Como soy una de las postuladoras de la Congregación para las Causas de los Santos aquí en Vaticano, tenía dos causas de canonización, de las cuales soy postuladora, que tenían que pasar por el Consistorio, que es un momento de conclusión del trabajo de una causa hacia la ceremonia de canonización.
Está previsto para todas las causas de canonización y a mí, en la providencia de Dios, me tocó en estas dos causas estar ese día en Consistorio, porque el Papa públicamente, delante de los cardenales, dice el día y el lugar de la ceremonia de canonización.
Y bueno, nos encontramos que después del, digamos, del protocolo oficial que está previsto para las causas de canonización, el Papa iba a leer un mensaje, nos sentamos y escuchamos el mensaje que todos ustedes ya saben.
L: Una duda, ¿cómo llega usted a ese cargo de ser postuladora en el Vaticano? ¿Cómo llega una persona a tener esa función?
SC: En mi caso personal, había hecho los estudios de Abogacía en la Católica de Argentina, estaba trabajando ya en la Acción Católica, en la Pastoral Juvenil Nacional de Universitarios, vine becada a estudiar Derecho Canónico aquí a Roma; terminé el doctorado, obtuve el doctorado en Derecho Canónico en la Facultad de Derecho Canónico en la Universidad de San Juan de Letrán y había hecho los tres años de la escuela de especialización de la Rota romana. Había sido profesora de Religión en la escuela, asistente católica de Teología en la universidad, e hice el curso, una especie de máster. Tenemos un estudio en la Congregación de las Causas de los Santos, donde se puede hacer el curso. Y la misma Congregación me llamó a hacer una colaboración externa, y después entré en esta función de postuladora.
L: Silvia, por favor, cuéntenos usted que conoce bien al papa Francisco, cuéntenos cuáles son las características, las cualidades que tiene y que le van a ayudar a afrontar el reto que tiene ahora en la Iglesia.
SC: Ante todo es una persona de una profunda vida interior, de gran oración, por eso creo que todos los que le vemos en estos días o tenemos posibilidad de estar cerca de él, lo vemos un hombre sereno, que ha aceptado así, con total generosidad, la voluntad de Dios sobre su persona, que se manifestó en la votación del cónclave.
Es una persona muy alegre, con la alegría de quienes viven las virtudes teologales.
Aparte, todo lo que él dice o que ha manifestado todos estos días, las intervenciones que ha tenido reflejan lo que es él. O sea, así como se presentó el miércoles a la tarde en la plaza de San Pedro, me hace recordar la primera vez que lo encontré en la misma plaza de San Pedro, diez años antes, cuando empecé a colaborar con una causa de beatificación de la arquidiócesis de Buenos Aires.
Previamente dijo las mismas cosas: “-Vamos a iniciar un camino juntos. Yo soy el obispo, vos sos la postuladora, te voy a acompañar. Todas las cosas me las vas a ir diciendo, lo vamos a ir haciendo juntos. Me interesa mucho esta causa”.
Y bueno, siempre fue una relación muy simple, como verdaderamente de un hermano mayor, un padre; una persona realmente que si uno necesitaba una orientación o que se hiciera presente como arzobispo o ante la Congregación para explicar alguna cosa, su respuesta era inmediata, puntual, siempre muy abierta y siempre de muy buen carácter; no sé, muy acogedor.
L: Silvia, mucho se ha dicho de las razones que tuvo el papa Benedicto XVI para renunciar y todo el conflicto entre diversas facciones de la Iglesia. Usted que está más cerca y desde su visión de mujer, ¿qué nos puede decir de eso?
SC: Yo digo que, en realidad, viéndolo desde fuera, quizás se puede ver de una manera un poco, para nosotros que estamos dentro, un poco humana. Siempre en un grupo de trabajo, a cualquier nivel, cuando hay mucha gente, hay distintos puntos de vista sobre algunos temas. En especial en una comunidad como la comunidad de los hijos de Dios, que pertenecemos a la Iglesia Católica, que es una comunidad tan grande, con tantos cardenales y obispos y sacerdotes de distintas culturas, que efectivamente, a veces hay distintas posiciones, pero no son posiciones que hubieran llegado a un punto que, a veces, algunos comentarios o algunas personas han hecho comentarios, que nosotros nos hemos quedado maravillados porque nos han parecido un poco excesivos.
Efectivamente el papa Benedicto ha hecho todo lo que en su mano estaba, por darnos una doctrina teológica muy clara, en este momento que hay mucho relativismo en el mundo. Y como un hombre de fe, se ha dado cuenta de que tenía una edad y que sus fuerzas eran limitadas, y que en este momento en la Iglesia se necesitaba un Papa un poco más joven que él, con ciertas características y los cardenales lo han elegido. Así de simple.
L: En su experiencia con el tema de las canonizaciones y de otros beatos con los que usted haya tenido esa experiencia, ¿es probable que esas ceremonias de canonización se hagan directamente en el país o en la ciudad a la cual pertenece el beato que está postulado?
SC: A ver, no hay ningún problema. Incluso lo que se prevé actualmente da la posibilidad que la canonización se pueda celebrar en un lugar fuera de Roma; solo que ahí es algo que se conversa con el Santo Padre, la Secretaría de Estado, el obispo de la diócesis en la cual se ha introducido el proceso, la parte actora. Pero, si por razones pastorales, es más oportuno, el Santo Padre puede decidir celebrar una canonización fuera de Roma. Lo importante es que esté el Papa celebrando la ceremonia de canonización. No es tanto el lugar, cuanto la persona del Santo Padre, el único que tiene la potestad de presidir una ceremonia de canonización.
L: ¿Qué va a aportar a la Iglesia que el Papa sea latinoamericano, como en este caso, argentino?
SC: Yo estaba leyendo unos escritos del cardenal Eduardo Pironio el otro día, que era también cardenal argentino que ha fallecido en los años 90, pero que fue presidente del CELAM, de la Conferencia Episcopal Latinoamericana y fue obispo de Mar de Plata en Argentina; después Pablo VI lo llamó a la Congregación de Religiosos, del Instituto de Vida Consagrada, y después pasó al Pontificio para los laicos. Él, como presidente del CELAM, escribió un libro que se lo publicó la BAC en los años 70, él se preguntaba en la introducción: Es la hora de la Iglesia en América Latina, ¿qué puede ofrecer América Latina a la Iglesia en Europa y en el mundo?
La Iglesia de América Latina en su pobreza material o de recursos humanos puede ofrecer la riqueza de su experiencia de fe, puede ofrecer con humildad y sencillez el camino de la esperanza, el vivir el evento de Pentecostés en su Iglesia, que son jóvenes pero muy entusiastas de la fe en Cristo resucitado.
Yo creo que lo que él nos puede aportar y lo que podemos aportar es, efectivamente, esa experiencia de fe sencilla, simple, pero muy profunda.
L: Usted nos podría permitir un segundito saludar a Su Santidad
SC: Bueno, si me hubieran llamado antes, a lo mejor se lo pasaba
L: ¿Estaba hace poquito con Su Santidad?
SC: Hoy a las 13:30 recibía a un grupo de argentinos y tuve verdaderamente el don de Dios de poder saludarle y realmente fue un momento muy hermoso.
L: Entonces, mañana la volvemos a llamar a las 13:30, porque argentinos van a llegar todos los días, ¿no?
SC: No, todos los días no, pero fue una casualidad si hubieran llamado a esa hora, capaz porque les comento que es una persona así, muy abierta
L: Pasa, le pasa un teléfono, mire que le voy a saludar de Caracol, de Colombia, de la radio W para el mundo
SC: No, pero lo hace, porque mira cuando el otro día celebraron, bueno tuvieron la vigilia de oración en la plaza de Mayo, a las 03:30 de la mañana, llamó él en directo, llamó a la plaza; a uno de los sacerdotes le pusieron la llamada indirecta, así que toda la plaza sintió…
L: Que se bajaba del carro, andando allí a besar niños, el carro andando y el Papa se bajaba y la seguridad vaticana…
SC: Pero, imagínate tú en plaza de Mayo haciendo la noche de oración y que a las 03:30 de la mañana, se siente: Alejandro –que es el rector de la catedral- Alejandro, soy yo.
L: Soy yo, Jorge, Jorge. Te llama Jorge, Alejandro
SC: Sí, sí, sí; así fue
L: ¿Qué tanto exagera el acento el Papa?
SC: No, él no tanto, no tanto. Pero bueno, entre nosotros no lo notamos. Estamos acostumbrados y no nos damos ni cuenta. Pero creo que habla muy bien el italiano, pronuncia muy bien.
L: Bueno, pues, muchísimas gracias. Primero, por atendernos; segundo, por habernos ayudado con la santa Laura; y tercero, por ayudarnos a entrevistar al Papa muy pronto.
SC: Haremos lo posible, llame fuerte
L: Y lo haremos, que se yo…
SC: Como decimos los latinoamericanos, un saludo de corazón para todos.
L: De corazón para todos. Le tengo malas noticias, este año le va a ir mejor al Real Madrid que al Barça
SC: ¡Qué pena!
L: No, no, no, usted esté tranquila, que los barcelonistas este año dormiremos por encima de las sábanas madrileñas.
SC: Ah, bueno, bueno. Me quedo más tranquila.
L: Muchas gracias
SC: De nada, buenas tardes. Hasta luego
(TRANSCRIPCIÓN: VICTORIA MELCHOR ILLÁN)
Otra entrevista, se puede leer aquí:
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