De los papas abdicantes. Hoy San Martín I ¿renunció o no renunció?

  

            Aunque hace ya tiempo que se produjo la abdicación o renuncia de ese gran papa que ha sido (y aún hoy lo es emérito) Benedicto XVI, continuamos en esta columna el análisis de aquéllos pontífices cuyo final de reinado es susceptible de ser considerado como de abdicación. Pues bien, entre los papas que se pueden incluir en lista tal, es uno de los más antiguos San Martín I. Nacido en fecha totalmente incierta e hijo de Jerónimo Fabricio, Martín es elegido papa en Roma el 5 o el 21 de julio de 649, sucediendo a Teodoro I y sin cambiar de nombre, pues como ya saben los lectores de este blog (véalo aquí si no lo recuerda), la costumbre de mudar el nombre para reinar como papa aún habrá de esperar más de tres siglos para consolidarse.

 

            De noble cuna y dotado de gran inteligencia, perteneció a la regla de San Basilio y su papado tendrá una marca determinante cual es la lucha contra la herejía monotelita que le llevará al fatal enfrentamiento con ni más ni menos que el mismísimo Emperador Constancio II, que la apoyaba. Una herejía que aunque no cuestionaba el dogma de la naturaleza doble de Jesús según se había proclamado en el Concilio de Calcedonia (451), mantenía ahora que Jesús tenía una única voluntad que era de naturaleza divina, y no dos, la humana y la divina. Martín convocará un concilio en San Juan de Letrán al que asistirán ciento cinco obispos, el cual aprobará veinte cánones definiendo la doctrina católica sobre las dos voluntades de Cristo.

 

            El rencoroso Emperador Constancio II no permanecerá de brazos cruzados ante el desafío papal, enviando a Teodoro Calliopas a Roma para detener a Martín y llevarlo ante sí a Constantinopla. Contra lo que podría pensarse y en otras muchas ocasiones ocurrirá, el Papa, para evitar derramamiento de sangre, no se resistirá, y entre grandes dolencias físicas, llegará a Constantinopla el 17 de septiembre de 653 ó 654.

 

            Una vez en Constantinopla, Martín es expuesto al vulgo que se burla de él y llevado a la de Prandearia en la que es encerrado hasta que el 19 de diciembre se presenta ante el senado imperial para ser juzgado. Llevado luego ante el emperador y delante de una gran multitud, se aprueba anatema contra él, y casi desnudo y cargado de cadenas, es arrastrado por las calles de la capital imperial y enviado al exilio al que había sido condenado, en Quersoneso, en Crimea, península en la actual Ucrania, lugar que sufría de una gran hambruna y donde este papa de comportamiento ejemplar pasará sus últimos días de vida.

 

            Martín muere en su lugar de exilio el 16 de septiembre de 655. El asunto que se plantea es que su sucesor, San Eugenio I, es elegido el día 10 de agosto de 654, es decir un año, un mes y seis días antes de morir Martín. Por lo que sin que se disponga de excesivas fuentes a las que acudir, se plantea qué había sucedido en Roma en ese ínterin. Desde el punto de vista sucesorio, la solución jurídicamente perfecta sería que hubiera renunciado. El Annuario Pontificio del año 2002 sostiene que Martín no habría puesto objeciones a la elección de su sucesor, lo que es tanto como hablar de una renuncia o abdicación de la que sin embargo no tenemos constancia documental. En cuanto a San Eugenio I, papa no sólo legítimo sino, como vemos, santo, morirá el 2 de junio de 657, y el problema que plantea su pontificado es el de la fecha de su inicio, según se considere como tal la de su elección coincidente con una hipotética renuncia de Martín el 10 de agosto de 654, o la de la muerte de su predecesor el 16 de septiembre de 655. Su papado podría estar relacionado con la primera fiesta de la Virgen Inmaculada.

 

            San Martín I es enterrado en la iglesia de Nuestra Señora, Blachdernæ, cerca de Quersoneso. Se dice que sus reliquias fueron trasladadas a Roma, donde reposarían en la iglesia de San Martino di Monti, dedicada a otro célebre San Martín, San Martín de Tours. Se conservan diecisiete de sus cartas en los que relata el tormento que sufrió al final de su vida. Es considerado el último papa mártir, aunque lo sea en condiciones tan diferentes de las de sus predecesores en el martirio, torturado por un Emperador cristiano y no pagano. Se celebra su festividad el 13 de abril.

 

 

            ^©L.A.

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