Jueves, 21 de noviembre de 2024

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Hijos de Abraham

por El Blog de Juan del Carmelo

            El otro día escribí sobre el valor superior de la fe sobre la ley…, Es este un tema que ahora carece de valor para nuestra salvación, pero si lo tuvo en los tiempos en que predicaba San Pablo  y así escribía yo diciendo: San Pablo, tropezaba siempre con ese afán que el pueblo judío de aquella época y puede ser que actualmente también, tenía de darle un valor exclusivo a la Ley de Moisés, esencialmente el Pentateuco, y a las tradiciones de sus antepasados, más que a la fe. Y mucho menos a la fe en Cristo, el hijo de Dios al que no se le reconocía esta filiación y de Él decían: “¿De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada y esos grandes milagros que se realizan por sus manos? ¿No es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanos no viven aquí entre nosotros? Y Jesús era para ellos un motivo de escándalo”. (Mc 6,2-3) Pero no reconocían en Él al Hijo de Dios. Pero hoy en día todos sabemos que los que nos justifica y solo nos salva es la Fe, no la Ley.

            Y esto es así, ya que como nos decía San Pablo: Reconozcan, entonces, que los verdaderos hijos de Abraham son los que tienen fe”. (Gal 3,7). Dicho en otras palabras si no somos descendientes espirituales de Abraham, no podemos acceder a la vida eterna, pues fue con nuestro padre Abraham, con quien Dios Padre, estableció el convenio por el que se nos empezaban abrir las puertas del Reino de Dios.

       Sigue diciéndonos San Pablo: La Escritura, previendo que Dios justificaría a los paganos por la fe, anticipó esta buena noticia a Abraham, prometiéndole: "En ti serán bendecidas todas las naciones. De esa manera, los que creen son los que participan de la bendición de Abraham, el creyente”. (Gal 3,8-9)

           Esta Epístola, San Pablo más la refiere a los judíos que a los gentiles. No es necesario aclarar que nosotros somos los descendientes materiales de aquellos gentiles a los que San Pablo predicaba, pero los judíos se consideraban únicos descendientes de Abraham y subsiguientemente herederos del convenio y de las promesas de Dios a Abraham. Y es el caso de que actualmente el pueblo israelita, quizás no todos siguen pensando, que solo ellos son los herederos de Abraham y nosotros seguimos siendo gentiles.

            Hace unos quince años, en Tierra santa, decidí ir a Hebrón y ver la tumba de los patriarcas. Estábamos en plena segunda intifada y los PP. Franciscanos me recomendaron que no lo hiciera, pues incluso ahora en el 2012, sigue siendo un lugar conflictivo, entre palestinos e israelitas y las Peregrinaciones a Tierra Santa nunca van allí, es como si fuesen a la franja de Gaza. Alquilé un taxi árabe después de pensarme bien si sería mejor ir en un taxi judío o en uno árabe, y todo fue un calvario. Tuve que pasar ocho controles militares israelitas y ya en el último, a la puerta del monumento que levantó Herodes debajo de cual se encuentra la cueva de Macpela que era propiedad de Efron y que Abraham se la compró pata pode enterrar en ella a su esposa Sara. Actualmente en esta cueva de la heredad de Macpela se encuentran las tumbas de los tres patriarcas, Abraham, Isaac y Jacob, con sus respectivas esposas, Sara, Rebeca y Lea.

          Pues bien en el último control, un sargento israelí me preguntó si yo era árabe, le dije que no y me respondió: entonces es Vd. hebreo, y le respondí: no soy cristiano. Y él me contestó: Y qué interés puede tener un cristiano en correr el riesgo de venir aquí. Malhumorado como ya estaba de tantos controles y preguntas le respondí: Mire Vd. Abraham es tan padre suyo como mío. Oído lo cual, se le quedó una cara de sorpresa y sin decirme nada cogió un teléfono para hablar con algún rabí, que antes lo había visto yo en una sinagoga del edificio, porque terminada la conversación, el rabí debió de decirle que yo tenía razón, y sin decirme una palabra más, dejo de interrogarme y me dejó pasar. 

         Nosotros pues, somos hijos de Abraham y herederos de las promesas de Dios a nuestro padre Abraham, tal como los asegura San Pablo al escribir a los gálatas diciéndoles: Las promesas fueron hechas a Abraham y a su descendencia. La Escritura no dice: «y a los descendientes», como si se tratara de muchos, sino en singular: y a su descendencia, es decir, a Cristo”. (Gal 3,16) No es la Ley de Moisés la que nos salva sino nuestra fe en Cristo.

          Continua San Pablo diciéndonos en esta Epístola a los gálatas: En efecto, todos los que confían en las obras de la Ley están bajo una maldición, porque dice la Escritura: "Maldito sea el que no cumple fielmente todo lo que está escrito en el libro de la Ley". Es evidente que delante de Dios nadie es justificado por la Ley, ya que el justo vivirá por la fe. La Ley no tiene en cuenta la fe, antes bien, el que observa sus preceptos vivirá por ellos. Cristo nos liberó de esta maldición de la Ley, haciéndose él mismo maldición por nosotros, porque también está escrito: "Maldito el que está colgado en el patíbulo". Y esto, para que la bendición de Abraham alcanzara a todos los paganos en Cristo Jesús, y nosotros recibiéramos por la fe el Espíritu prometido”. (Gal 3.1014)

             Y termina San Pablo esta Epístola a los gálatas, que para nosotros los gentiles, tiene una enorme importancia diciéndonos: “Antes que llegara la fe, estábamos cautivos bajo la custodia de la Ley, en espera de la fe que debía ser revelada. Así, la Ley nos sirvió de guía para llevarnos a Cristo, a fin de que fuéramos justificados por la fe. Y ahora que ha llegado la fe, no necesitamos más de un guía.  Porque todos ustedes son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús, ya que todos ustedes, que fueron bautizados en Cristo, han sido revestidos de Cristo. Por lo tanto, ya no hay judío ni pagano, esclavo ni hombre libre, varón ni mujer, porque todos ustedes no son más que uno en Cristo Jesús. Y si ustedes pertenecen a Cristo, entonces son descendientes de Abraham, herederos en virtud de la promesa”. (Gal 3, 23-29).

             Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.

             Otras glosas o libros del autor relacionados con este tema.

  • -                  Libro. CONOCIMIENTO DE DIOS.- www.readontime.com/isbn=9788461179107
  • -                  Libro. LA SED DE DIOS.- www.readontime.com/isbn=9788461316281 
  • -                  Nuestra coronación. Glosa del 1610-09
  • -                  Nuestra salvación final. Glosa del 15-0310
  • -                  ¿Nos preocupa nuestra salvación? Glosa del 21-0311
  • -                  Aún estamos a tiempo           . Glosa del 15-0612
  • -                  Lo mucho que nos jugamos. Glosa del 21-0711
  • -                  Salvarse si, ¿pero...? Glosa del 13-0911
  • -                  Vivir la fe. Glosa del 2712-09
  • -                  Valor de la fe. Glosa del 071011
  • -                  Vivir en la oscuridad de la fe            . Glosa del 02-1211 

            Si se desea acceder a más glosas relacionadas con este tema u otros temas espirituales, existe un archivo Excel con una clasificada alfabética de temas, tratados en cada una de las glosas publicadas. Solicitar el archivo a: juandelcarmelo@gmail.com 
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