Ir en pos del Señor
Por lo tanto el mínimo necesario e imprescindible, para superar la prueba de amor, que es a lo que hemos venido a este mundo, con un aprobado; Solo basta el cumplimiento de los Mandamientos de la Ley de Dios. Pero conviene recordar que en la vida material humana, siempre es bueno aspirar al menos a lo más para asegurarse que uno va a quedar cuanto menos en un simple aprobado.
Se denominan también pecados mortales porque son los que matan el alma, en cuanto cortan su relación con Dios. Esta relación con Dios puede ser restablecida, mediante el sacramento de la penitencia, siempre que medie un sincero arrepentimiento y propósito de la enmienda, así se restablece el estado de gracia o amistad con el Señor. En caso contrario si uno sale de este mundo sin admitir la amistad y el amor de Dios, su irremediable fin, todos sabemos cual es.
Limitarse a cumplir estrictamente los mandamientos, sería como caminar, por el borde de la frontera o línea entre la salvación y la condenación. Y si al final, el saldo que se le ofreciese al Señor, fuese solo el de haber cumplido sus mandamientos, pocos méritos le podríamos presentarle, si tenemos en cuenta lo mucho que podemos hacer, en relación con lo poco que hacemos. Como antes decíamos, es algo bien sabido, que el que vive y camina al borde, termina al final traspasando la línea de ese borde. Y en materia espiritual, con más razón, hay que vivir alejado del borde, ya que todo ser humano, tiene continuamente a su lado la tentación, personificada por el maligno, que siempre está pendiente de aprovechar la más mínima oportunidad, para darnos un empujón que nos obligue a traspasar el borde.
Por lo que, tal como comentan los toreros y novilleros, resulta siempre peligroso, nunca es bueno dejar uno que se le acerquen mucho, los pitones del toro. El que juega con fuego termina quemándose. En la vida es siempre prudente, en todos los asuntos que nos conciernen, tomarse siempre en todo, un margen de seguridad, y no digo ya nada, en relación al principal asunto, que tenemos entre manos, y que es en el que más nos jugamos: ¡La salvación eterna!
El Señor nos ha señalado unas normas de mínimos, pero no nos ha puesto coto alguno a los máximos que queramos realizar. El nos invita a que nos neguemos a nosotros mismos, a que tomemos muestra cruz y le sigamos. Y uno se pregunta: ¿Y esto como se hace? Hay una forma muy sencilla que es la de imitarle, porque imitar es amar. El que ama imita y si nosotros queremos amar al Señor lo que debemos de hacer es imitarle. Y para ello no hay otro camino, que apegarnos al contenido de los Evangelios, porque los Evangelios, es nuestro manual de ruta. Los Evangelios no solo contienen los diez mandamientos de la Ley de Dios, sino otras muchas cosas más como son relatos, parábolas, milagros y sobre todo consejos y aseveraciones que nos señalan el camino que hemos de seguir para negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz y seguir al Señor.
- Libro. ENTREGARSE A DIOS.- www.readontime.com/isbn=8460975940
- §Libro. RELACIONARSE CON DIOS.- www.readontime.com/isbn=9788461220588
- § Imitación de Cristo. Glosa del 2810-09
- § ¿Crear o imitar? Glosa del 09-0711
- § Imitar a Cristo. Glosa del 02-0811
- § Amar es imitar. Glosa del 05-0912
- § Imitación de Cristo. Glosa del 2810-09
- § ¿Crear o imitar? Glosa del 09-0711
- § Imitar a Cristo. Glosa del 02-0811
- § Amar es imitar. Glosa del 05-0912
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