Estados del alma
Nosotros ahora disponemos de gracias sobrenaturales, pero por ejemplo Abraham, solo disponía de sus fuerzas naturales, y solo con ellas, logró tener una fe tan extraordinaria, que ya la quisiéramos nosotros, que disponemos de gracias sobrenaturales. Las gracias sobrenaturales de que además de los dones preternaturales tenían Adán y Eva, les permitía, escribe el sacerdote norteamericano Leo Trese, nada menos que la participación de su propia naturaleza en la divina. De una manera maravillosa que no podremos comprender del todo, hasta que contemplemos a Dios en el cielo, Él permitió que su amor, que es el Espíritu Santo, fluyera y llenara las almas de Adán y Eva. La nueva clase de vida que, como resultado de su unión con Dios, poseían Adán y Eva es la vida sobrenatural que llamamos gracia santificante. Por lo que nos resulta fácil deducir que si Dios se dignó hacer partícipe a nuestra alma de su propia vida en esta tierra temporal, es porque quiere también que participe de su vida divina eternamente en el cielo.
Como consecuencia del don de la gracia santificante, Adán y Eva ya no estaban destinados a una felicidad meramente natural, o sea a una felicidad basada en el simple conocimiento natural de Dios, a quien seguirían sin ver. En cambio, con la gracia santificante, Adán y Eva podrían conocer a Dios tal como es, cara a cara, una vez terminaran su vida en la tierra. Y al verle cara a cara le amarían con un éxtasis de amor de tal intensidad que nunca el hombre hubiera podido aspirar a él por su propia naturaleza.
Nosotros, hoy en día, gracias a la obra Redentora de nuestro Señor, desde el momento de ser bautizados, obtenemos la gracia sobrenatural infusa, de ser templos vivos del Dios, Es la Santísima Trinidad la que viene a nuestra, alma para inhabitar eternamente en ella, si es que nosotros, rompiendo el vínculo, el vínculo con el pecado mortal, la expulsamos de nuestra alma. Como se sabe, el vínculo puede restablecerse por medio del Sacramento de la reconciliación o penitencia.
Nosotros al ser bautizados, nos hacemos uno con Cristo, y nos unimos de una forma que nuestra mente humana no puede ni siquiera puede imaginar ni intuir. El bautismo nos imprime un carácter indeleble de hijos de Dios, y este carácter nos marca y posibilita para el culto divino. Santo Tomas habla del carácter, como una cierta participación en el sacerdocio de Cristo.
El bautismo nos infunde siete virtudes en el alma. Las tres primeras se relacionan con Dios y son: fe, esperanza y caridad. La otras cuatro se llaman virtudes morales y son: prudencia, justicia, fortaleza y templanza”. Y nos eleva al estado sobrenatural: pero este estado debe ser madurado por nuestra parte y para ello se nos ha dado toda la vida. Esta maduración se realizará por razón de la fuerza del amor al Señor que seamos capaces de desarrollar. En otras palabras, hemos venido a este mundo a superar una prueba del amor a Dios.
- § Libro. CONOCIMIENTO DE DIOS.- www.readontime.com/isbn=9788461179107
- § Alma humana. Glosa del 27-01-12
- § Facultades y potencias del alma. Glosa del 02-02-12
- § Maravillas de nuestra alma. Glosa del 06-02-12
- § Cuando lo invisible se hace visible. Glosa del 16-01-10
- § ¿Acaso vale algo nuestra vida? Glosa del 03-03-11
- § Belleza corporal, belleza espiritual. Glosa del 24-05-12
- § Sanar el cuerpo, sanar el alma. Similitudes. Glosa del 30-05-12
- § Alma y cuerpo su interrelación. Glosa del 16-08-12
- § Las edades del alma. Glosa del 10-01-10
- § Belleza de un alma en gracia. Glosa del 01-05-10
- § ¿Existe voluntad de amar al Señor? Glosa del 23-12-10
- § Valor de la voluntad. Glosa del 15-03-11
- § Rompecabezas de preguntas. Glosa del 14-08-11
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