Clases de gracias divinas
El Catecismo de la Iglesia católica, en su parágrafo 1.996, nos dice que: “Nuestra justificación es obra de la gracia de Dios. La gracia es el favor, el auxilio gratuito que Dios nos da para responder a su llamada: llegar a ser hijos de Dios, hijos adoptivos, partícipes de la naturaleza divina, de la vida eterna”. Dicho esto mismo, en términos más simples, diremos que la gracia divina, son: “Ayudas sobrenaturales que Dios nos proporciona para ganar el cielo”. Para Santo Tomás de Aquino, la gracia no es otra cosa que un cierto comienzo de la gloria en nosotros. Nosotros si careciéramos de las gracias divinas, no sería imposible alcanzar el cielo, es por ello que el Señor nos dejo dicho: “Yo soy la vid. Vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada”. (Jn 15,5).
Los sacramentos son medios o canales a través de los cuales nosotros recibimos las gracias, divinas, pero ello sin perjuicio de que el Señor nos las pueda otorgar al margen de los sacramentos. El sacramento del bautismo tiene una categoría especial a estos efectos, en cuanto otorga una gracia especial, conocida con el nombre de gracia increada, en virtud de la cual adquirimos la condición de hijos de Dios y la Santísima Trinidad pasa a inhabitar en nuestra alma. También tenemos la gracia habitual o creada, más conocida con el nombre de gracia santificante, y la gracia actual y otras clases de gracias.
Si cogemos un tratado de teología y nos vamos al capítulo de las gracias, encontraremos muchos cuadros clasificatorios de las clases de gracias que existen. Ello es el fruto de lo limitado de la mente humana, que para comprender y dominar algo necesita sistematizarlo. Dios es un ser ilimitados en todas sus capacidades, funciones y manifestaciones, que nos ha creado a los 7.000 y pico de seres humanos que puede haber ahora en el mundo, de una forma distinta, con cuerpos y almas que tienen capacidades y caracteres distintos todos somos distintos al igual que las plantas los árboles y los animales. Nunca encontraremos plantas iguales, dos árboles iguales o dos caballos o perros iguales, como también son desiguales los insectos unos distintos de otros en la misma especie, aunque nuestros ojos corporales no puedan apreciar las diferencias, por lo limitado de nuestra capacidad materia visual, que ha de ayudarse de lentes y microscopios, para poder ver un poco más pero no el todo de lo que ve el Creador de todo lo que alcanza nuestra visión corporal y de mucho más que se escapa a nuestra visión. Esto, es uno más de todos los signos que nuestros ojos tienen a su alcance para ver y comprender la existencia de ese Ser tan maravilloso y omnipotente, que nos ha creado, que nos ama tremendamente y al que nosotros llamamos Dios. Y Dios, se ocupa de cada uno de los 7.000 y pico de seres humanos de este mundo como si cada uno de ellos fuese el único habitante que tuviese el mundo. Y lo hace porque le place.
Por lo tanto, esto trae como consecuencia, que al tratarnos Dios a cada uno de nosotros, en forma tan personal y singularizada, y darnos la clase de gracias que nos proporciona para nuestra salvación, a lo largo de nuestra vida, estas, las gracias que nos dona, no tienen nada que ver, con las clases de gracias que también le proporciona al resto de habitantes de este mundo. Y esto a su vez, también trae como consecuencia, que a nuestras limitadas mentes, se nos escapa y se nos hace imposible la posibilidad de clasificar todas las clases de gracias que el Señor otorga a cada uno de nosotros. Podemos, eso sí, por sus efectos generalizarlas, hacer una clasificación, por ejemplo, entre gracia creada e increada y poco más, porque nuestra mente tiene muy poco alcance.
Por ello resulta un poco fuera de lugar, crear grupos de gracias a troche u moche y adjetivar la clasificación con términos que a las almas normales les crea confusión. En teología, hay que tener muy presente las palabras del Kempis, cuando nos dice: "Quien escudriña la majestad de Dios es oprimido por la pesadumbre de tu gloria’, (Pr 25, 27). Es mucho más lo que Dios puede obrar que lo que el hombre puede entender. Se tolera, en cambio, una investigación humilde y reverente de la verdad, con ánimo de aprender siempre y caminar por la senda trazada de antemano con las sólidas sentencias de los santos Padres”. Santa Teresa de Jesús escribía: “Cuando penséis en los misterios de nuestra sagrada fe, lo que buenamente no pudiereis entender, no os canséis, ni gastéis el pensamiento en adelgazarlo; no es para mujeres, ni aun para los hombres, muchas cosas”.
En el estudio y tratamiento de las cosas de Dios, hemos de tener mucho cuidado, por que la curiosidad es una sólida arma del demonio. El cardenal Newman nos dice: “Sabe el demonio que la curiosidad es la mayor y primera trampa del hombre, como lo fue en el paraíso; sabe que si con esta tentación logra abrir un camino hacia el corazón, nos dominará con facilidad otras tentaciones de diverso tipo que van apareciendo en la vida. Y sabe que, si en cambio, resistimos los inicios del pecado es casi seguro que con la gracia de Dios seguiremos nuestro camino de vida cristiana”. Y San Agustin también incide en este tema al decirnos: “No te metas a inquirir lo que es sobre tu capacidad ni a escudriñar las cosas que exceden a tus fuerzas, sino piensa siempre en lo que te ha mandado Dios”. “El Apóstol dice que son insondables los juicios de Dios, y tu ¿quieres escudriñarlos? (…). Si te empeñas en escudriñar lo insondable y en seguir lo irrastreable, puedes creerme, estás perdido. Intentar analizar lo insondable y seguir lo irrastreable es lo mismo que pretender ver lo invisible o expresar lo inefable”.
Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.
Otras glosas o libros del autor relacionados con este tema.
- Libro. CONOCIMIENTO DE DIOS.- www.readontime.com/isbn=9788461179107
- Conocimiento de Dios. Glosa de 09-11-09- ¿Quién es Dios? Glosa de 26-06-10.
¿Dios con quien está? Glosa de 30-06-10.- ¿Comprendemos a Dios? Glosa de 07-08-10.- Caminos del conocimiento de Dios. Glosa de 24-10-10.-
Dios, ¿Quién es y qué es? Glosa de 19-03-13
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