Lo que dan que hablar una mula y un buey
Lo que dan que hablar una mula y un buey
De la ignorancia proviene el error, que envilece, y de la dificultad, el tormento, que aflige. Más el aprobar lo falso por verdadero, de suerte que se yerre sin querer, y el no poder abstenerse de seguir la corriente de las pasiones desordenadas, a causa de la resistencia y del dolor con que atormentan los vínculos de la carne, no es dote de la naturaleza del hombre creado por Dios, sino castigo del condenado.". (San Agustín. La Naturaleza y la Gracia 67,81).
Hace unos días leí un artículo que se titulaba “Ni mula ni buey: el Papa pone patas arriba el portal de Belén”. Confieso que lo que se decía allí me parecía que estaba sacado de quicio, hasta he tuve un breve conversación con un grupo de conocidos este pasado jueves. Realmente no me podría creer que la ignorancia nos pudiera llevar a decir tantas cosas sin sentido alguno. Lo primero que me llamó la atención fue la premisa de que el Papa quitaba la mula y le buey del belén navideño. ¿Dónde se dice esto? Contestan que eso dicen lo diarios y que si el “Papa lo dice”… y se reían de la religión preguntándose ¿Qué íbamos a hacer los católicos en Navidad?
Es triste, pero este tipo de polémicas evidencia una culpa que tenemos dentro de la Iglesia: la escasa y mala formación que se ha dado a tantos católicos que han pasado por las catequesis pre-sacramentales. No saben qué función tiene el Papa ni en que circunstancias existe la muy malentendida “infabilidad”. Tampoco saben qué dicen y qué no dicen los evangelios. Hasta se sorprenden de que el Papa los haya “enmendado” quitando el buey y la mula. Es incluso más triste que cuando escuchaba conversaciones sobre el Bosson de Higgs (llamado partícula de Dios) y las paranoias sobre qué es lo que los católicos adorábamos.
Por si alguno lo duda, la mula y el buey pueden seguir conviviendo con pastorcillos, puentes, hilanderas, pajaritos, etc, que pueblan nuestros belenes navideños. ¿Qué razón hay para quitarlos? Forman parte de esa bella costumbre de recordar en nacimiento del Señor construyendo un espacio iconográfico especial y bello dentro de nuestros hogares. Además, el buey y la mula provienen de la profecía de Isaias: “El buey conoce a su dueño y el asno el pesebre de su amo; pero Israel no conoce, mi pueblo no tiene entendimiento” (Is 1,3) en donde se evidencia la necesidad de un Mesías y la incapacidad que tantas personas tienen para entender qué la maravilla del plan de Dios. Poner el buey y a mula en el belén de nuestro hogar, nos ayuda a recordar que el nacimiento de Cristo, es el cumplimiento de la promesa de Dios.
¿Qué decir a las personas que se mofan de nosotros? Poco se puede decir a quien no quiere oír ni ver. Decía Cristo que “quien tenga oídos que oiga”. Pero ¿Qué sucede con quien no tiene oídos para escucharnos? ¿Qué hacer con quien no tiene entendimiento. Tal vez sólo podamos orar por ellos, pero ya eso es mucho, créanme.
La ignorancia retrocede a medida que nos ilumina la luz de la Verdad (San Agustín. Réplica a Juliano 16,50).