Y Iglesia tiene la "culpa"… Como no
Y Iglesia tiene la "culpa"… Como no
No deseo culpar a padre de una de las muchachas, que es quien realiza la entrevista, sino más bien compadecerme de su sufrimiento y señalar las causas reales del mismo.
Este padre estima que estas chicas han sido “captadas por una red”, por ello se ha puesto en huelga de hambre para intentar llamar la atención pública. Lo cierto es que lo han logrado. El feliz suceso de dos nuevas vocaciones ha pasado a convertirse en una de las serpientes informativas del verano. La entrevista es sabiamente guiada para desinformar y crear prejuicios contra la Iglesia en aquellas personas no suficientemente formadas e informadas.
Fíjense en la pregunta realizada y la respuesta del padre que se ha puesto en huelga de hambre:
- ¿A quién considera responsable de todo esto?
--A mi hija la han captado en Zuheros mediante una red. El párroco ha sido cómplice y el obispo de Córdoba ha estado de acuerdo. El principal problema viene de los Kikos que viven aquí. Este grupo se ha encargado históricamente de las novicias, ya que es un tributo que ofrecen a la Iglesia por el cual reciben beneficios.
Indudablemente que el Párroco ha sido adecuado medio, ya que ha guiado espiritualmente a estas chicas para definir su vocación. Pero llamar cómplice a un servidor de Dios que actúa para el bien de las chicas, es fuerte. Se presupone que hay un delito por medio que salpica hasta al Obispo ¿Puede ser que el Obispo no esté de acuerdo?
Tras inculpar a Párroco y Obispo, aparecen los neocatecumenales como conspiradores necesarios. No puede haber culebrón sin que haya en el pueblo instigadores del inexistente delito. Como hay una familia neocatecumental en el pueblo se les acusa de haber ayudado y apoyado a estas muchachas ¿Qué mal han realizado? Pero no queda ahí la cosa, se señala que el movimiento neocatecumenal es el encargado de “las novicias”. Con todo respeto y con la máxima atención al sufrimiento de este padre, creo que desconoce qué es la Iglesia y lo poco que conoce de Ella, lo filtra a través de sus prejuicios. ¿Por qué digo prejuicios? Porque este pobre padre cree que las novicias se ofrecen como “tributo” y que la familia neocatecumenal recibe “beneficios” por ello. Se darán cuenta de escenario de novela de intriga que se va formando.
En respuesta a otra pregunta, el padre dice que cuando vuelva a ver a su hija, espera que sea la misma que antes y que no le hayan transformado. ¿Comprende este padre qué es la conversión y lo que significa la transformación que experimenta quien se siente transformado por el Señor? Me temo que no será fácil para él entender que las personas no son títeres de la sociedad que le rodea y que pueden libremente decidir tomar su cruz y seguir al Señor. Otra pregunta bien realizada para obtener una respuesta adecuada:
--¿Espera alguna decisión del Obispado?
--Si el Obispado quiere que Zuheros vuelva a ser un pueblo en paz, cristiano y donde todo el mundo sea respetado, la Iglesia debería saber actuar. No sé si este será un buen o mal sacerdote, pero en el tema de mi hija se ha portado asquerosamente.
¿Cómo debemos actuar la Iglesia? La Iglesia somos todos y lo menos que podemos hacer es respetar la libertad de estas muchachas. Evidentemente, este pobre padre confunde Iglesia con el Obispado y encima le atribuye poder para actuar contra la libertad de las personas. Es curioso que se llegue a cuestionar la paz del pueblo. ¿Tan grave es que un par de muchachas sigan la vocación que les llama? ¿Puede este acto llevarse por delante la paz en el pueblo? Me viene la memoria este párrafo del evangelio:
"No creáis que he venido a traer la paz a la tierra; no he venido a traer la paz, sino la espada, porque yo he venido a separar al hombre de su padre, y a la hija de su madre, y la nuera de su suegra, y serán enemigos del hombre su misma familia". (Mt 10, 34-36)
¿Se puede decir más claramente? Quienes deciden cambiar el camino de su vida y seguir los pasos del Señor, no suelen encontrar muchas facilidades. Muchas familias se revuelven ante la decisión de profesar votos de sus hijos, pero normalmente no se llega al extremo de este padre. Veamos la última de las preguntas y entenderemos de donde parte este problema:
--¿Tradicionalmente usted ha sido una persona muy religiosa?
--Ahora creo en la hermandad del Santísimo más que en nada. En el nombre de Dios no se pueden hacer estas cosas. Si la religión incluye este ocultismo, directamente no confiaré en la Iglesia. Pero sigo creyendo que el gran problema son los Kikos, que no han sabido respetar a nadie. Ni el cura ni el otro individuo se han disculpado todavía. Ha sido un auténtico recochineo.
Seguramente ha escuchado muchas veces el fragmento de evangelio que he compartido antes, pero ¿Ha realmente entendido lo que se dice en la Palabra de Dios? Este hombre cree en una hermandad antes que Cristo o la Iglesia. Cree en un grupo de personas que se reúnen para actos devocionales.
La confusión llega al punto de decir que en nombre de Dios no se pueden realizar estas cosas, como si profesar votos fuese un delito y significara ocultar algo. Por desgracia este pobre padre condiciona su confianza en nosotros a que se le “devuelva” su hija. Además pide que el sacerdote se disculpe ¿Por qué razón ha de hacerlo? ¿Ha hecho algo malo? Sólo ha cumplido con su misión.
Es evidente que la formación y el entendimiento que tenemos de la religión necesitan un fuerte impulso. ¿Por qué? Porque este tipo de publicidad basada en entendimientos erróneos y prejuicios sólo nos acarrea problemas.
Un sacerdote me comentaba hace tiempo que una cofradía le habían solicitado una serie de sesiones formativas. La primera se llenó, pero según se iba profundizando en lo que significa ser cristiano y católico, los cofrades desaparecieron. ¿Realmente nos preocupa conocer nuestra Fe o nos quedamos sólo en la capa externa: animación social, apariencia, presencia pasiva, etc?
De todas formas, no deseo echar la culpa a este pobre padre confundido y despechado. Nadie puede conocer el sufrimiento que vive. Deberíamos compadecernos de él e intentar mostrarle que el problema no es la vocación de su hija, sino la necesidad de conversión de su corazón y una formación católica adecuada. Dios nos ayude.