Parroquias más vivas y misioneras. Mons Novell

Entrando en sus declaraciones, se queja que "desde hace años no vemos a gente nueva en las misas". Creo que esto no es del todo exacto. Es cierto que en la mayoría de las misas las personas que vienen son las mismas, pero hay misas donde vienen muchas personas nuevas. ¿Cuáles? En las que se incluyen a niños que se preparan para la primera comunión. 

No es que vengan todos los niños que asisten a catequesis y sus padres, pero si existe un flujo de familias no habituales que dura, lo que dura la preparación para la primera comunión. Es evidente que es una oportunidad que dejamos escapar. Si se aprovechara no nos quejaríamos de la ausencia de personas nuevas en las misas. 

Volviendo a las palabras de Mons Novell, propone reducir el número de misas en las parroquias grandes, unificar la eucaristía en las pequeñas y culminarlas de vez en cuando con "una comida fraterna y un tiempo de convivencia". 

Sólo se me ocurre que esta propuesta parta de la existencia de misas con pocos asistentes. Siempre es mejor contar con más asistentes, ya que esto reduce la sensación de soledad y frialdad que se vive en algunas misas con poquisimos asistentes. Pero todo tiene su límite. Cuando las misas son multitudinarias, se pierde la intimidad y el recogimiento que siempre es deseable. Así que esta medida no está mal, pero hay que sopesar los pros y contras de hacerlo. 

La propuesta de una comida comunitaria me parece una estupenda idea. ¿Por qué? Porque se separa claramente la Liturgia del acto social-comunitario de disfrute mutuo que algunas personas necesitan. A veces las misas se convierten en una escusa para reunirnos y la Liturgia se retuerce para propiciar la sensación de evento social. Mezclar ambas cosas es peligroso y es mejor separar estos dos niveles de vivencia de la Fe en espacios y momentos adecuados. 

¿Cómo llevarlo a cabo? Se propone, crear equipos parroquiales "que cultiven una vida fraterna y ayuden a hacer comunidad parroquial" y compartan una "cena fraterna" de vez en cuando. Esta idea es buena porque no se crea comunidad sin una red social subyacente que acerque, aglutine y dé sentido a la comunidad. Este tipo de equipo parroquial es necesario, ya que cada vez somos más individualistas y nos cuesta acercarnos a los demás. En este sentido, Mons Novel nos dice que  "Nuestras parroquias, especialmente las más grandes, tienen poca vida comunitaria. Generalizando y salvando honrosas excepciones, se puede decir que cada uno va a ´su´ misa, ´cumple´, y cuando el rector le pide alguna cosa mira de escaparse". Pues si, por eso es importante que estos equipos vida fraterna enseñen a las personas que existen muchas formas de colaborar y vivir la Fe en nuestras parroquias. 

Ya que las personas no están muy predispuestas a participar en la vida parroquial, Mons Novell indica que "…tenemos que salir al encuentro de la gente, tenemos que crear un equipo de evangelización que cada año organice un cursillo en el que todos los fieles puedan invitar a parientes, vecinos y conocidos que nunca vienen a misa”. Bueno, no se si es necesario el cursillo, que sería interesante crear un ambiente de integración y formación dentro de la vida comunitaria. Más que un cursillo, que suena muy formal y limitado en el tiempo, creo más acertado hacer una labor de enseñanza informal que posibilitara que los feligreses nos conociéramos, participáramos en las actividades de formación, ayudáramos en las labores habituales de la parroquia y sobre todo, podamos orar unidos más allá de las misas dominicales. 

Para terminar Mons Novel nos dice: "… nos quejamos de que las misas son pobres, frías y aburridas. Tenemos que superar el individualismo y fomentar la comunidad". 

¿Por qué las misas son frías? Son frías porque no nos sentimos integrados dentro de la comunidad que debería vivir los sacramentos, como el agua viva que quita la sed para siempre. ¿Por qué las misas son pobres? Porque no somos capaces de vivir la eucaristía en primera persona. Estamos físicamente en el templo, pero nuestra mente, sentimiento y voluntad están alejados del centro que es Cristo. La parroquia parece un lugar de tránsito que no se integra con el resto de nuestra vida ¿Por qué son aburridas? Porque no comprendemos lo que hacemos allí. Nos falta formación para entender y vivir los sacramentos como lo que realmente son, un inmenso don de Dios. 

El individualismo no es más que un síntoma de la ruptura interna que llevamos todos dentro. Cuando nos sentimos innecesarios y dolidos, preferimos vivir nuestra Fe de manera solitaria, lamiendo nuestras heridas. La comunidad ayuda a la superación de estas circunstancias tan habituales hoy en día. 

¿Cómo se supera esto? Siendo verdadera comunidad que vive los sacramentos, se forma y comparte su vida cristiana con aquellos hermanos que le rodean. Todo en orden, armonía y proporción.  

Mons Novell no se queda en sus propias propuestas ya que ha pedido a sus feligreses aportaciones al documento a través de su correo electrónico. Puede parece algo simplicista esta propuesta, pero abre un camino para que los fieles diocesanos compartir las inquietudes y aportar ideas.