Medio Ambiente, ser humano y ética. BXVI

Es un mensaje breve, pero que conlleva la necesidad de guíe la Iglesia esté presente en todos los intersticios de la cultura actual. El Santo Padre indicó en su mensaje que espera que “el simposio suscite una cada vez más consciente atención a los problemas ambientales y favorezca una comunicación atenta a los aspectos éticos” 

Los mensajes del Santo Padre no dan puntadas sin hilo. Conoce que la sociedad actual tiene un reto importantísimo en la salvaguarda de la calidad ambiental de nuestro entorno vital. Es evidente que la creación nos ha sido dada en préstamo y que desdeñar su cuidado sólo nos traerá consecuencias negativas. Además, la sensibilidad medio ambiental de muchas personas hace necesario esta presente en los foros donde se toman decisiones o se proponen acciones a nivel local o mundial. 

Los aspectos éticos de estas acciones no son secundarios. Es frecuente que las ideologías de género cuelen propuestas en estos foros, por lo que es imprescindible estar atentos.

Un caso muy actual de esta dinámica es la conferencia de Río +20 que se está celebrando en estos momentos. Es una cumbre planetaria donde se tratan sobre los problemas asociados al medio ambiente y el desarrollo sostenible 

La Santa Sede ha realizado publicado un documento de posicionamiento sobre esta cumbre, en la que se tratan aspectos muy interesantes. En este documento se deja claro que no se trata de proponer soluciones técnicas sino la imprescindible “orientación ética” ante cualquier iniciativa que incida sobre el ser humano. No se puede reducir a un “problema técnico” lo que afecta la dignidad del hombre y de los pueblos. La solución del problema del desarrollo sostenible no se puede separar de “nuestra comprensión del ser humano”. 

El documento de posicionamiento subraya que el ser humano “viene primero”: “La persona humana, a la que se le confió la buena gestión de la naturaleza, no puede ser dominada por la técnica y convertirse en el objeto”. Esta premisa conlleva renuncia a un planteamiento “reduccionista e ineficaz de carácter neo-malthusiano, que considera al ser humano como un obstáculo para el desarrollo sostenible”.  Pero, al mismo tiempo, el documento indica que esto “no quiere decir que el hombre puede ignorar la protección del medio ambiente” 

La consciencia de la importancia de la persona humana conlleva una alianza entre el hombre y el ambiente, que nos debe conducir a ”reflexionar sobre el futuro a corto y mediano plazo del planeta, insistiendo sobre las responsabilidades en relación con la vida de cada persona, así como con las tecnologías útiles para mejorar la cualidad”. 

Santa Sede señala sin duda alguna que es necesario reafirmar con decisión y fortaleza, la supremacía del ser humano por sobre la técnica. Esto es aún más importante si somos conscientes que “la técnica imprime a la globalización un ritmo particularmente acelerado”. De hecho “la tecnología corre más rápido que lo que la conciencia ética hace que, a menudo” Esto no es un problema que ha que tratar con conocimiento y perspectiva, ya que ”las sedimentaciones de los porqués son sistemáticamente arrolladas por la urgencia de los cómos, por lo que no tienen tiempo de coagularse”. “Por ello es importante llegar a conjugar la técnica con una fuerte dimensión ética fundada en la dignidad del ser humano” 

La Santa Sede invita a una ”profunda reflexión sobre el sentido de la economía y de sus fines”. Es de suma importancia tener claro el concepto de subsidiariedad y la centralidad de la familia, que, además de ser la célula clave de la sociedad, sigue siendo la ”última línea de defensa en contra de los totalitarismos”

El documento hace una labor curativa indicando el rechazo de la anticoncepción y del aborto, que se suenen “colar” a través de excusas  como “cuestiones de salud” siendo realmente “instrumentos que se oponen gravemente” al derecho fundamental de la vida. 

Para terminar, el documento hace un llamado a los estados para que promuevan “un sistema comercial global más equitativo e incluyente” basado en “instrumentos innovadores financieros que pongan en el centro de la vida económica la dignidad humana, el bien común y la defensa de la creación”. 

Es evidente que para muchos católicos las cuestiones medio ambientales aparecen teñidas de un matiz ideológico que nos hace alejarnos con facilidad. Pero no debemos dejarnos vencer por esta apariencia interesada que se nos presenta a menudo. La creación es responsabilidad de todos y no deja de ser una grave irresponsabilidad desdeñar el legado que Dios nos ha encomendado directamente. 

No me cabe duda que el pensamiento de San Buenaventura ha calado hondamente en el Santo Padre y le ha hecho ver en la creación una responsabilidad eclesial de primer orden. 

Como suelo decir cuando trato estos temas. No deje de dar importancia a su comportamiento medio ambiental. Se lo agradeceremos todos y el Señor sabrá recompensarle por ello.