Bastón y cetro

BASTÓN Y CETRO

El infortunio es necesario
para descubrir ciertas minas misteriosas
ocultas en la inteligencia humana.
—Alejandro Dumas—

 David Livingstone (1813-1873) fue un médico, explorador y misionero británico; una de las mayores figuras de la historia de la exploración en África. Se cuenta que sufría una rara enfermedad que lo obligaba a beber a diario leche de cabra fresca. Su vida dependía de la cabra que le acompañaba.

         En una ocasión, durante una visita a una aldea, el rey de la tribu se encaprichó con la cabra y como las leyes del lugar decían que todo lo perteneciente a los aldeanos se consideraba automáticamente propiedad del rey, si este lo deseaba, a Livingstone no le quedó más remedio que ofrecer su cabra al rey, aun sabiendo que se desprendía de aquello de lo que dependía su vida.

         El rey valoró el gesto de Livingstone y, en correspondencia, le entregó un largo bastón que llevaba consigo. Camino de casa le comentó a su criado el temor de no poder vivir sin la lecha de cabra. El criado miró fijamente a Livingstone y le dijo: «Amo, ¿no sabes qué es lo que te ha entregado el rey? Es su cetro, y ahora cualquier cosa que desees en todo el reino es tuya».

         ¿Cuántas veces hemos sufrido desilusiones o malentendidos que después han terminado en algo bueno? La historia es una larga relación de ejemplos de científicos, exploradores, comerciantes, etc. que se propusieron hacer una cosa y fracasaron, pero su tesón convirtió el infortunio en triunfo.

         Así lo dice Alejandro Dumas: «No hay ventura ni desgracia en el mundo, sino la comparación de un estado con otro, he ahí todo. Solo el que ha experimentado el colmo del infortunio puede sentir la felicidad suprema. Es preciso haber querido morir, amigo mío, para saber cuán buena y hermosa es la vida».

         Los desafíos se presentan cuando menos los esperamos, y nos producen la sensación de que nunca estamos preparados para afrontarlos de manera adecuada, y es, precisamente en ese momento, cuando sentimos que no estamos preparados, cuando se disparan las alarmas y nos bloquean frustrándonos, asustándonos y retrayéndonos.

         Sin embargo, dando la vuelta a nuestros pensamientos, podemos dar la vuelta asimismo a nuestra vida. Una mentalidad sistemáticamente positiva —convertir un bastón en un cetro— nos permitirá transformar una situación sin salida en una oportunidad positiva de hallar salidas creativas que nos lleven a la felicidad y al éxito.

¿Por qué?; porque los hechos lo demuestran: una actitud insistentemente positiva, puede convertir un simple bastón en un cetro.