De los ángeles en el Corán
por Luis Antequera
El culto a los ángeles, común a judíos y a cristianos, pasa de estas religiones a la religión islámica también, donde los celestes personajes registran una presencia más que notable. En el libro sagrado de los musulmanes, el Corán, los ángeles bendicen al profeta:
“Dios y sus ángeles bendicen al Profeta. ¡Creyentes! ¡Bendecidle vosotros también y saludadle como se debe!” (C. 33, 56).
Auxilian a los seguidores de Mahoma:
“Dios ciertamente os auxilió en Badr [una batalla que finalmente vencieron las huestes de Mahoma] cuando érais humillados. [...] ¿No os basta que vuestro Señor os refuerce con tres mil ángeles enviados abajo?” (C. 3, 123124)
Acompañan a Allah en su trono celestial y lo adoran:
“Verás a los ángeles yendo alrededor del Trono celebrando las alabanzas de su Señor.” (C. 39, 75)
Desempeñarán un papel importante en los hechos que conducirán al fin del mundo y al juicio final:
“Cuando la tierra sea reducida a polvo fino y venga tu Señor con los ángeles en filas, ese día se traerá la gehena [=infierno], ese día el hombre se dejará amonestar” (C. 89, 21-23)
Entre estos ángeles, uno que conocemos bien reviste en el Corán especial importancia. Se trata del Arcángel Gabriel, Chibril en el libro santo de los musulmanes. Gabriel es ante todo, el que le recita el Corán a Mahoma en el Monte Hirá.
“Di: “Si hay alguien enemigo de Gabriel -él es quien, autorizado por Dios, lo reveló a tu corazón, en confirmación de los mensajes anteriores, como dirección y buena nueva para los creyentes- si hay alguien enemigo de Dios, de sus ángeles, de sus enviados, de Gabriel y de Miguel, Dios, a su vez, es enemigo de los infieles” (C. 2, 98).
Amén de ello, Chibril realiza en el Corán las mismas actuaciones que en el Nuevo Testamento, anunciando tanto a Isabel como a María que van a ser madres, la primera de Juan Bautista, la segunda de Jesús.
©L.A.
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