Que las mujeres decidan sobre su embarazo

Éste es uno de los grandes avances que, según Rubalcaba había conseguido su partido durante su mandato. ¿Qué significa este tan cacareado avance de que las mujeres decidan sobre su embarazo? Sencillamente que las mujeres puedan matar a un hijo ya concebido. Pues si esto es un avance, no sé hacia dónde se avanza. ¿No se estará influyendo negativamente en cuanto al respeto a la vida humana, y después nos estaremos quejando de malos tratos, de violencias, secuestros, asesinatos… Porque si una madre tiene el derecho de asesinar a un hijo, ¿quién no tiene derecho de matar a quien se le ponga por delante? Si el Estado ha dado ese derecho a las madres, ¿por qué no puede darlo a otros? ¡Con lo bella que es la vida…!

Los cristianos sabemos que el hombre ha sido constituído como señor de la creación, pero nunca como señor de otro hombre, sino como servidor, al estilo de Jesús, dando su vida por todos y por cualquiera. Además, si no se respeta la vida de un ser humano, ¿cómo se va a respetar la vida de los seres inferiores? ¿No es una vergüenza que haya animales cuyas vidas están más protegidas que la vida humana?

Cuando uno se asoma a la naturaleza y ve la belleza de las plantas, cuando ve los bosques o sencillamente contempla una flor, va siendo más consciente de la belleza y de la hermosura de la vida. Es inmensamente bella la vida no sólo de los hombres sino también de los animales. ¡Cómo las aves incuban los huevos en sus nidos y cómo los defienden de cualquier agresor! Y cómo los mamíferos, sobre todo, las madres, cuidan de sus cachorros y los defienden de cualquier peligro! Y cuando uno ve cómo cuidan las madres de alimentar y defender a sus hijos, y ve el cariño con que los tratan, al mismo tiempo que queda admirado, piensa en la belleza del amor humano, más perfecto que la relación madre-hijo en el reino animal.

También cuando uno contempla a una madre sonriente y gozosa al enseñar a su hijo recién nacido, a los familiares y amigos, esperando algunas palabras de felicitación y de la impresión que les causa su hermosura, piensa ¡qué bella es la maternidad! Y al contemplar el rostro del recién nacido que mira a su alrededor sin entender nada, piensa también en la belleza y hermosura de la vida que está surgiendo y que se irá perfeccionando a través de los años.

No sé lo que les parecerán las siguientes preguntas:

¿Lo que hay en el seno de la Madre que ha concebido, es un hijo, o algo así como un tumor?

La Madre es dueña de su cuerpo; es cierto ¿pero es también dueña del cuerpo de su hijo? Lo mismo que le ha dado la vida, ¿se la puede quitar?

¿Somos partidarios de la pena de muerte?

¿Puede la autoridad suprimir una vida humana inocente?

¿Puede el Estado conceder a alguien el derecho de suprimir la vida humana inocente?

Otra pregunta que podríamos hacer: ¿Qué es peor, lo que hacían los nazis en los campos de concentración, o lo que se hace en las clínicas abortivas. Y si alguien responde que lo que hacían los nazis, les preguntaría: ¿POR QUÉ?

Ha habido quienes se han molestado cuando he comparado el aborto con los campos de concentración. Me reafirmo en la comparación y además si hay especial gravedad en unos crímenes y otros, creo que el aborto es peor por tratarse siempre de seres inocentes e indefensos.

Seguiremos hablando sobre esto.

José Gea