De una encuesta de Eurostat sobre la familia en la Unión Europea
por Luis Antequera
Hoy les voy a comentar una noticia que me manda una gran amiga de esta columna, Lourdes, con una especial sensibilidad y una no inferior capacidad para investigar sobre las cosas importantes que ocurren por ahí y que no trascienden cuanto debieran.
Trátase en este caso de unas estadísticas realizadas por Eurostat, la oficina de estadística de la Unión Europea, una especie de nuestro Instituto Nacional de Estadística, o mejor aún, de nuestro Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que versa sobre la estructura de las familias tanto a nivel global, como a nivel de cada uno de los veintisiete estados que la forman.
El estudio, realizado con datos de 2008 que han podido variar algo, versa sobre dos colectivos: hijos menores de dieciocho años, y padres mayores de 65, igualmente interesantes. Me voy a centrar hoy en el primero de ellos, y dejaré para otro día el segundo.
Pues bien, los resultados son de lo más elocuentes. Fíjense Vds.: a nivel europeo, los chicos menores de dieciocho años que continúan viviendo en un hogar con sus dos progenitores legalmente casados, asciende a un 73,8% de los casos. Viven en un hogar con sus dos padres, aunque no casados, un 11,5% adicional. Lo que suma en total un 85,3%, es decir diecisiete de cada veinte muchachos. Y viven en hogares monoparentales apenas un 13,6% de los niños/jóvenes menores de 18 años, es decir, apenas uno de cada nueve. Viven sin ninguno de sus progenitores -estamos hablando del colectivo de huérfanos o de familias dramáticamente desestructuradas- un 1,2% de los niños/jóvenes europeos.
Pues bien, ese 73,8% de los jóvenes europeos que viven en una casa con sus dos padres casados, asciende en España a un 83,9%, es decir, diez puntos por encima de la media europea, diecisiete chicos de cada veinte. Un porcentaje al que añadir otro 7,8%, que viven con sus dos progenitores, aunque éstos no estén casados. Lo que eleva el total de niños/jóvenes españoles que viven con su dos progenitores a un 91,7%, más de nueve de cada diez. Sólo un 7,1% de los niños/jóvenes españoles menores de dieciocho años vive en un hogar monoparental, y un 1,2% idéntico al índice europeo sin sus padres.
Desde ese punto de vista, España es el quinto país de la Unión con más niños/jóvenes que conviven en hogares con sus dos progenitores legalmente casados, sólo después de Grecia, con un 91,8%; Chipre, con un 89%; Rumanía con un 84,1%; y Eslovaquia, con un 84,9%. Todos ellos salvo Eslovaquia, mayoritariamente ortodoxos. Y con un índice muy similar, como era por otro lado de esperar, al de Italia, donde un 82,1% convive con sus dos progenitores legalmente casados.
Los países europeos donde estos índices son inferiores son Estonia, con un 54%, al que añadir un 22,9% de parejas no casadas legalmente; Suecia, con un 54,4%, al que añadir un 27,3%; y Letonia, con un 58,9% al que añadir un 14,5%. Los tres (algo menos Letonia), curiosamente, con grandes mayorías protestante-luteranas.
Me han llamado bastante la atención los índices de países con una larga y reconocida tradición católica, como Polonia, donde el índice de niños/jóvenes menores de 18 años que convive con sus dos progenitores “sólo” asciende a un 77,9%, es decir, seis puntos por debajo de España; Portugal, con un 74,6%, casi diez puntos por debajo de España; y sobre todo Irlanda, con un 67,8%, más similar al índice británico del 65,1%, que al de la católica España, dieciséis puntos por debajo.
En el otro plato de la balanza, me llama poderosa y positivamente la atención el caso holandés, donde niños/jóvenes menores de 18 años viven con sus padres legalmente casados en un 74,2% de los casos (al que añadir un 13,9% de parejas no legalmente casadas), porcentaje prácticamente idéntico al portugués, y muy superior al irlandés.
Porcentajes que aunque parecen poco compatibles con los índices realmente alarmantes de divorcios que se están alcanzando en Europa, lo que finalmente demuestran de manera fehaciente es que esos divorcios se están produciendo en padres que no tienen hijos así como en padres cuyos hijos han superado los dieciocho años.
©L.A.
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