Mañana del 2 de noviembre, en el cementerio de Membrilla
La persecución religiosa en la provincia de Ciudad Real duró cuatro meses largos: desde el 22 de julio, en que fue sacrificado en la carretera de Alcázar de San Juan a Campo de Criptana el sacerdote don Antonio Martínez, al 30 de noviembre, fecha del fusilamiento en La Solana del sacerdote don Aníbal Carranza. En ella fueron inmolados la casi totalidad de los religiosos varones y noventa y siete sacerdotes diocesanos, es decir, el 40% del clero secular.
El mes de noviembre fue especialmente sangriento para el clero de Ciudad Real. Uno o varios sacerdotes serían martirizados los días: 2, 3, 6, 18, 20, 22, 25 y 30. Hoy, hace 75 años, son fusilados en La Solana (Ciudad Real) siete personas en el cementerio de Membrilla. En la expedición figuran tres sacerdotes: el capellán del Asilo de dicha población, Siervo de Dios Alfonso Martín de las Mulas, y dos sacerdotes nacidos en La Solana pero que ejercían su ministerio en otras poblaciones y que al comenzar la guerra estaban en la localidad al amparo de sus familias y paisanos. Se trata del Siervo de Dios Antonio Espadero Morales, coadjutor de Villanueva de los Infantes y del Siervo de Dios Eloy Serrano Díaz-Mayordomo, párroco de Santa Olalla (Toledo).
Siervo de Dios Antonio Espadero y Morales
Natural de La Solana (Ciudad Real), nació el día 21 de enero de 1899. Cursa los Estudios Eclesiásticos en el Seminario de Ciudad Real y, tras ser ordenado sacerdote, canta su primera Misa el 1 de enero de 1924. Enseguida es nombrado Cura de El Hoyo y El Tamaral de donde, en 1926, pasa como coadjutor a Fuente el Fresno. Más tarde, en octubre de 1927, es nombrado coadjutor de Villanueva de los Infantes donde le sorprende la persecución religiosa.
El alcalde de Villanueva de los Infantes, primo del sacerdote don José Martín Jiménez (el Siervo de Dios fue martirizado en Valdepeñas el 10 de agosto de 1936), ordena que todos los sacerdotes salgan del pueblo por seguridad de los mismos sacerdotes. Y, al mismo tiempo el alcalde, emparentado con el clero, aleja el problema que podría plantearle la presencia o muerte de curas en el pueblo.
El 16 de agosto de 1936 don Antonio parte para su pueblo natal, La Solana.
Siervo de Dios Alfonso Martín de las Mulas Moya
Nació en La Solana (Ciudad Real) el 22 de agosto de 1899. Ingresó en el Seminario de Ciudad Real con claras pruebas de vocación y, aunque sin deslumbrar por su capacidad intelectual, fue siempre apreciado por su buena voluntad, constancia y virtudes humanas. Terminó felizmente los estudios eclesiásticos y, ordenado de presbítero, celebró su primera Misa en su pueblo natal el 26 de diciembre de 1924. Tras este grato acontecimiento, tuvo que cumplir el servicio militar en África, durante veintisiete meses. A su vuelta, en 1927, fue destinado primeramente en las parroquias de Valverde y Alhambra.
En 1934 ocupó la Capellanía del Asilo de La Solana. Fue don Alfonso un sacerdote sencillo y dedicado a los más desfavorecidos.
Siervo de Dios Eloy Serrano y Díaz-Mayordomo
Natural de La Solana, había nacido el 6 de febrero de 1898. Cuando recibe la confirmación en 1909, la familia está residiendo en Toledo. Curso los estudios eclesiásticos en el Seminario de Toledo. El 27 de junio de 1920 recibió la ordenación sacerdotal, y celebró su primera misa el 9 de julio en la iglesia del convento de religiosas franciscanas de San Juan de la Penitencia de Toledo.
Ejerció el ministerio en Yuncler (Toledo) de 1920 a 1933 y, de allí fue nombrado regente de Santa Olalla (Toledo). Cuando estalló la persecución religiosa en el verano de 1936, el Siervo de Dios ya había tenido que salir de la parroquia puesto que desde los primeros días del mes de junio ya se encontraba amenazado de muerte.
Así pues, don Eloy fue a refugiarse a su pueblo natal, mientras el coadjutor de la parroquia don Julián Arroyo Torralba se quedó encargado de la misma. Los milicianos obligaron a don Julián a entregar las llaves de las dos iglesias a su cargo, convirtiéndose la iglesia en garaje y depósito de víveres. Se sabe que fueron quemadas alrededor de 50 imágenes.
Así pues, don Eloy fue a refugiarse a su pueblo natal, mientras el coadjutor de la parroquia don Julián Arroyo Torralba se quedó encargado de la misma. Los milicianos obligaron a don Julián a entregar las llaves de las dos iglesias a su cargo, convirtiéndose la iglesia en garaje y depósito de víveres. Se sabe que fueron quemadas alrededor de 50 imágenes.
Ni un mes en la cárcel
Don Alfonso, por motivos de seguridad, se vio obligado a salir del Asilo, en el que tenía sus habitaciones el capellán, y refugiarse en el domicilio de su hermana, donde permaneció desde el 25 de julio de 1936 hasta el 10 de octubre, fecha en la cual por el solo hecho de ser sacerdote, como todos sus compañeros, fue detenido y encarcelado.
Don Antonio Espadero fue detenido en el domicilio de su madre y conducido a la Checa de las Monjas de La Solana. Allí ya se encontraba, además de don Alfonso, don Eloy.
El 2 de noviembre fueron conducidos hasta las tapias del cementerio de Membrilla donde los fusilaron. A don Antonio le descerrajan tres disparos en la cabeza… Los cuerpos fueron hallados en el Km 7 de la carretera de La Solana a Manzanares... Según los testigos “los tres sacerdotes rezaban oraciones y entonaban cánticos religiosos y aclamaban a Cristo Rey”.
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