La ministra británica musulmana Sayeeda Warsi insta al Reino Unido a fortalecer su cristianismo
por Luis Antequera
Sayeeda Warsi, copresidenta del Partido Conservador británico |
Pues bien, en el artículo que firma en el Daily Telegraph el pasado viernes realiza entre otras, estas afirmaciones, poco esperables en boca de una musulmana:
“Es un error asumir que uno compromete su identidad cuanto más intentas entender a los demás. Cuanto más fuerte es el conocimiento que tienes de tu vecino, más fuerte deviene tu propia identidad religiosa. Muchos años ya que vengo diciendo que cuanto más fuertes seamos como nación cristiana, más comprensivos seremos con naciones que profesen otra fe. Esa es la razón por la que, hace un año, acudí a la Conferencia episcopal y les dije que el Gobierno debería “hacer Dios”. Esa es la razón por la que la visita del Papa fue tan importante para nuestra nación. Y es por lo que estoy orgullosa de que este año y por primera vez, el Primer Ministro haya realizado una Recepción de Semana Santa en Downing Street.
Necesitamos crear un país en el que la gente pueda estar desvergonzadamente orgullosa de su fe, en el que no sientan que tienen que dejar su religión a la puerta de casa. Eso significa estar orgulloso del cristianismo, no degradarlo. Significa animar a la gente a decir que su fe inspira lo que ellos hacen. Significa apoyar la acción social realizada por las personas religiosas en escuelas, hospicios y rehabilitación”.
Es curioso porque probablemente en el mismo momento en el que la Baronesa Warsi escribía estas palabras para publicarlas en el Daily Telegraph, en Asís ese gran intelectual del s. XXI que es el Papa Benedicto XVI estaba pronunciando estas otras:
“Junto a estas dos formas de religión y anti-religión, existe también en el mundo en expansión del agnosticismo otra orientación de fondo: personas a las que no les ha sido dado el don de poder creer y que, sin embargo, buscan la verdad, están en la búsqueda de Dios. Personas como éstas no afirman simplemente: «No existe ningún Dios». Sufren a causa de su ausencia y, buscando lo auténtico y lo bueno, están interiormente en camino hacia Él. Son «peregrinos de la verdad, peregrinos de la paz». Plantean preguntas tanto a una como a la otra parte. Despojan a los ateos combativos de su falsa certeza, con la cual pretenden saber que no hay un Dios, y los invitan a que, en vez de polémicos, se conviertan en personas en búsqueda, que no pierden la esperanza de que la verdad exista y que nosotros podemos y debemos vivir en función de ella. Pero también llaman en causa a los seguidores de las religiones, para que no consideren a Dios como una propiedad que les pertenece a ellos hasta el punto de sentirse autorizados a la violencia respecto a los demás. Estas personas buscan la verdad, buscan al verdadero Dios, cuya imagen en las religiones, por el modo en que muchas veces se practican, queda frecuentemente oculta. Que ellos no logren encontrar a Dios, depende también de los creyentes, con su imagen reducida o deformada de Dios. Así, su lucha interior y su interrogarse es también una llamada a nosotros creyentes, a todos los creyentes, a purificar su propia fe, para que Dios –el verdadero Dios– se haga accesible. Por eso he invitado de propósito a representantes de este tercer grupo a nuestro encuentro en Asís, que no sólo reúne representantes de instituciones religiosas. Se trata más bien del estar juntos en camino hacia la verdad, del compromiso decidido por la dignidad del hombre y de hacerse cargo en común de la causa de la paz, contra toda especie de violencia destructora del derecho”.
No sé por qué, pero he visto cierta relación entre unas y otras. Ahí las dejo pues. Juzguen Vds. mismos.
©L.A.
Otros artículos del autor relacionados con el tema
Comentarios