Mañana del 5 de octubre, en la playa de La Malvarrosa
Junto a la Acequia Vera, en las arenas del mar en la playa de La Malvarrosa, el furgón fúnebre, llamado popularmente “la pepa”, está recogiendo nueve cadáveres. Los llevan al depósito del Cementerio general. Son religiosos y pertenecen a la Orden Hospitalaria. Cuando los contempla el enterrador, que siente por la orden de San Juan de Dios una profunda simpatía, decide fotografiar el rostro de los frailes asesinados y, en vez de enterrarlos en la fosa común, lo hace individualmente, para que así la Orden pueda recuperar sus cuerpos cuando termine la lucha fratricida.
Asilo San Juan de Dios de La Malvarrosa
La ciudad de Valencia y en particular los poblados marítimos del Grao, Cabañal y Malvarrosa vivieron con la revolución iniciada en febrero de 1936 meses de gran tensión con saqueos, destrucciones, incendios, etc., sumados a asesinatos principalmente de índole religiosa; no quedó libre de todo ello el Hospital Infantil San Juan de Dios del barrio valenciano de La Malvarrosa, siendo incautado el 23 de julio por los milicianos, profanada la iglesia y quedando los religiosos bajo sus órdenes, siendo al fin asesinados en dos grupos.
Al apoderarse del Hospital los milicianos, el superior encargó al Siervo de Dios Fray Cruz Ibañez atendiera a los mismos en todo lo posible, ya que no podía salir para recolectar la limosna, que era a lo que se dedicaba, y pronto llegó al Comité la noticia de las atenciones para con los milicianos y de que en San Juan de Dios era donde mejor se comía y estaba.
El domingo 4 de octubre después de haberse dedicado todo el día a sus menesteres hospitalarios, en horas ya en que se había retirado toda la comunidad a descansar, los frailes fueron levantados de la cama, y después de sufrir un somero interrogatorio del jefe de los milicianos, fueron conminados a subir a los automóviles y llevados al lugar del sacrificio.
El lugar del martirio fue en la playa donde los niños acostumbran a ir a bañarse, cerca de un puente que hay sobre la desembocadura de un riachuelo y a unos trescientos metros del Sanatorio.
Hermanos del Asilo de La Malvarrosa con grupo de niños inválidos
Un testigo de aquella hora escribe:
Hermanos del Asilo de La Malvarrosa con grupo de niños inválidos
Un testigo de aquella hora escribe:
“Un cuarto de hora había transcurrido, y hieren mis oídos el eco repetido de numerosas detonaciones que en el silencio de la noche, y en la pesadumbre del alma, tenían resonancias de agonía mortal. En aquellos momentos, caían heridos de muerte por las balas de la F.A.I. nuestro Hermanos, sobre sus sienes se ceñían aureolas de mártires, y sus almas volaban blandiendo palmas de triunfo”.
Fray Cruz Ibañez, al ser llevado al martirio, le cogieron como blanco de bromas pesadas queriendo abusar de él, a lo que se resistió fuertemente. Esto le ocasionó un fusilamiento más violento hasta destrozarle la cabeza a tiros. Su cadáver fue profanado, faltándole parte de sus ropas.
Sobre los cadáveres colocaron un papel con el nombre y el apellido de cada uno y la causa de su muerte: “Por fraile”; así lo contó una señora que vio los cuerpos a la mañana siguiente cuando se dirigía con su nieto a la Clínica para hacer unas curas.
Los cadáveres quedaron tendidos sobre aquellas arenas, acariciados por las olas del mar, que parecían venir a rendirles el primer tributo de veneración, besando respetuosas sus cuerpos desangrados. Durante toda la mañana, fueron objeto de la visita de numerosos curiosos, y trasladados después al cementerio.
Tras el asesinato de los Hermanos el Hospital Infantil San Juan de Dios pasó a llamarse Asilo Sanatorio Hospital Popular.
La Causa de muerte por martirio llevó a la Archidiócesis de Valencia a abrir su Causa el 21 de agosto 1995. Ya aprobado el Proceso diocesano en Roma, la Causa de Mauricio Iñiguez de Heredia Alzola y 23 compañeros de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios de Madrid, Barcelona, Valencia y Málaga sigue su curso de estudio ante la Congregación para las Causas de los Santos en Roma, tras elaborarse en 2002 la Positio.
Estos son sus nombres:
Siervo de Dios Cristóbal Barrios Pérez
Nació en Palencia el 25 de diciembre de 1864. Ingresó en la Orden el 2 de abril de 1887; hizo la profesión simple el 2 de septiembre de 1888 y la solemne el 24 de diciembre de 1893. Ejemplar religioso hospitalario. Del servicio nocturno que venía desempeñando en el Sanatorio, pasó al martirio.
Nació en Palencia el 25 de diciembre de 1864. Ingresó en la Orden el 2 de abril de 1887; hizo la profesión simple el 2 de septiembre de 1888 y la solemne el 24 de diciembre de 1893. Ejemplar religioso hospitalario. Del servicio nocturno que venía desempeñando en el Sanatorio, pasó al martirio.
Siervo de Dios Leandro Aloy Doménech
Nació en Bétera (Valencia) el 16 de noviembre de 1872. Ingresó en la Orden el 22 de noviembre de 1896; hizo la profesión simple el 19 de marzo de 1898, y la solemne, el 20 de diciembre de 1903. De arraigado espíritu de piedad, no omitió, ni aún durante el dominio de los comunistas, sus rezos y prácticas piadosas. Estaba en la despensa y allí encerrado hacía sus ejercicios espirituales. Un día, ya había sido desmantelada la Iglesia, estaba en el coro haciendo sus rezos y lo vio un comunistas. Profiriendo blasfemias, como un energúmeno, subió al coro para ver qué secreto llevaba entre manos el buen hermano. Con increpaciones le preguntó qué hacía allí; el hermano con entera serenidad contestó que rezar. Llenó de furor al comunista esta respuesta y echando mano a la pistola, se disponía a pegarle un tiro, al mismo tiempo que injuriaba groseramente y vomitaba por su boca las más horribles blasfemias. El buen hermano aguantaba en silencio el chaparrón de improperios y solo replicó para decir a su enemigo: “Si Vd. me mata será por decir la verdad de lo que estaba haciendo”. Eran frecuentes en este hermano las invocaciones al Señor y suspiros que le salían del hondo del alma. “¡Hasta cuando Señor…!”. Cuando fueron detenidos para ser conducidos al suplicio decía exclamaciones muy fervorosas.
Nació en Bétera (Valencia) el 16 de noviembre de 1872. Ingresó en la Orden el 22 de noviembre de 1896; hizo la profesión simple el 19 de marzo de 1898, y la solemne, el 20 de diciembre de 1903. De arraigado espíritu de piedad, no omitió, ni aún durante el dominio de los comunistas, sus rezos y prácticas piadosas. Estaba en la despensa y allí encerrado hacía sus ejercicios espirituales. Un día, ya había sido desmantelada la Iglesia, estaba en el coro haciendo sus rezos y lo vio un comunistas. Profiriendo blasfemias, como un energúmeno, subió al coro para ver qué secreto llevaba entre manos el buen hermano. Con increpaciones le preguntó qué hacía allí; el hermano con entera serenidad contestó que rezar. Llenó de furor al comunista esta respuesta y echando mano a la pistola, se disponía a pegarle un tiro, al mismo tiempo que injuriaba groseramente y vomitaba por su boca las más horribles blasfemias. El buen hermano aguantaba en silencio el chaparrón de improperios y solo replicó para decir a su enemigo: “Si Vd. me mata será por decir la verdad de lo que estaba haciendo”. Eran frecuentes en este hermano las invocaciones al Señor y suspiros que le salían del hondo del alma. “¡Hasta cuando Señor…!”. Cuando fueron detenidos para ser conducidos al suplicio decía exclamaciones muy fervorosas.
Siervo de Dios Cruz Ibáñez López
Nació en Sabiñán (Zaragoza) el 3 de enero de 1886. Ingresó en la Orden el 27 de febrero de 1905; hizo su profesión simple el 18 de octubre de 1906 y la solemne el 27 de mayo de 1917. De carácter abierto y franco se captaba las simpatías de cuantas personas le trataban. Los comunistas lo hicieron encargado de los hermanos, pero, una vil acusación hizo que cayera en desgracia.
Nació en Sabiñán (Zaragoza) el 3 de enero de 1886. Ingresó en la Orden el 27 de febrero de 1905; hizo su profesión simple el 18 de octubre de 1906 y la solemne el 27 de mayo de 1917. De carácter abierto y franco se captaba las simpatías de cuantas personas le trataban. Los comunistas lo hicieron encargado de los hermanos, pero, una vil acusación hizo que cayera en desgracia.
Siervo de Dios Leopoldo de Francisco Pío
Nació en Caravaca de la Cruz (Murcia) el 3 de agosto de 1877. Ingresó en la Orden el 4 de noviembre de 1915. Hizo la profesión simple el 30 de mayo de 1918, y la solemne el 6 de mayo de 1923. Un poco enfermo, se cuidaba en aquellos últimos días de asistir a los Padres y Hermanos enfermos que estaban retirados en la Clausura.
Nació en Caravaca de la Cruz (Murcia) el 3 de agosto de 1877. Ingresó en la Orden el 4 de noviembre de 1915. Hizo la profesión simple el 30 de mayo de 1918, y la solemne el 6 de mayo de 1923. Un poco enfermo, se cuidaba en aquellos últimos días de asistir a los Padres y Hermanos enfermos que estaban retirados en la Clausura.
Siervo de Dios Feliciano Martínez Granero
Nació en Taberno (Almería) el 23 de enero de 1863. Ingresó en la Orden el 9 de septiembre de 1894. Tomó el hábito de Oblato y en condición de tal permaneció hasta el 25 de marzo de 1924 en que ingresó en el santo Noviciado, Hizo su profesión simpe el 25 de marzo de 1925 y la solemne el 3 de junio de 1928. Toda su vida religiosa desempeñó el oficio de limosnero de la Casa de Valencia, recorriendo a pie los pueblos de Valencia, Aragón y el País Vasco. En el ejercicio de la limosna se cayó de una caballería y se rompió la pierna, quedándole corta y cojeando. Su simplicidad y buen carácter le atraían la estimación de las gentes que le conocían con el nombre de “el cojito”. Era de arraigado espíritu religioso siempre dispuesto al trabajo y al sacrificio. Los días bajo el dominio rojo estaba retirado en la clausura junto con el jesuita, padre Carceller y don Luis, el capellán, y se pasaba el día rezando. Después de su muerte alguno comunistas preguntaban si también habían matado al “cojito”; extrañándose que hubiese gente tan canalla, que matara a hombres de tanta bondad.
Nació en Taberno (Almería) el 23 de enero de 1863. Ingresó en la Orden el 9 de septiembre de 1894. Tomó el hábito de Oblato y en condición de tal permaneció hasta el 25 de marzo de 1924 en que ingresó en el santo Noviciado, Hizo su profesión simpe el 25 de marzo de 1925 y la solemne el 3 de junio de 1928. Toda su vida religiosa desempeñó el oficio de limosnero de la Casa de Valencia, recorriendo a pie los pueblos de Valencia, Aragón y el País Vasco. En el ejercicio de la limosna se cayó de una caballería y se rompió la pierna, quedándole corta y cojeando. Su simplicidad y buen carácter le atraían la estimación de las gentes que le conocían con el nombre de “el cojito”. Era de arraigado espíritu religioso siempre dispuesto al trabajo y al sacrificio. Los días bajo el dominio rojo estaba retirado en la clausura junto con el jesuita, padre Carceller y don Luis, el capellán, y se pasaba el día rezando. Después de su muerte alguno comunistas preguntaban si también habían matado al “cojito”; extrañándose que hubiese gente tan canalla, que matara a hombres de tanta bondad.
Siervo de Dios Juan José Orayen Aizcorbe
Nació en Osacar (Navarra) el 11 de marzo de 1899. Ingresó en la Orden el 5 de octubre de 1926; hizo la profesión temporal el 10 de mayo de 1928 y la solemne el 10 de mayo de 1931. Fiel cumplidor de su deber, se distinguió siempre por su observancia regular; no era locuaz, pero le cobraron grande estima los comunistas por su laboriosidad y esclavitud al trabajo. Sufrió en silencio y con entera resignación la tribulación comunista y estaba convencido de que el final de los hermanos sería el fusilamiento. Cuando fueron detenidos y obligados a subir a los coches, con entera serenidad y sin protestas lo hizo. Los comunistas quisieron salvarle, pero se opusieron los de la F.A.I.
Nació en Osacar (Navarra) el 11 de marzo de 1899. Ingresó en la Orden el 5 de octubre de 1926; hizo la profesión temporal el 10 de mayo de 1928 y la solemne el 10 de mayo de 1931. Fiel cumplidor de su deber, se distinguió siempre por su observancia regular; no era locuaz, pero le cobraron grande estima los comunistas por su laboriosidad y esclavitud al trabajo. Sufrió en silencio y con entera resignación la tribulación comunista y estaba convencido de que el final de los hermanos sería el fusilamiento. Cuando fueron detenidos y obligados a subir a los coches, con entera serenidad y sin protestas lo hizo. Los comunistas quisieron salvarle, pero se opusieron los de la F.A.I.
Siervo de Dios José Miguel Peñarroya Dolz
Nació el 3 de noviembre de 1908 en Forcall (Castellón). Ingresó en la Orden el 29 de abril de 1931 e hizo la profesión temporal el 8 de septiembre de 1932. Este hermano, de firmísimo espíritu religioso, en los días de vida comunista, se exaltó su fervor y encendido amor a Dios. Lamentaba la desgracia de sobrevivir al P. Superior, pues repetía: “es peor que nos hayan dejado con vida, que el habernos dado muerte; pues, tratarán de hacer con nosotros todo lo que quieran”. El relator de estos apuntes dice: “Pasaba todo el tiempo en la cocina trabajando. A pesar de estar entre milicianos en la cocina, en los ratos libres, sacaba su rosario y paseando por la huerta rezaba, yendo a ver los destrozos de la gruta de la Virgen de Lourdes, que él con tanto cariño adornaba y ahora contemplaba desmantelada y en ruinas. Se afligía y dolía hasta derramar lágrimas hablando de la situación en que nos veíamos obligados a vivir. Delante de mí le vi derramar gruesos lagrimones al contemplar en el montón de leña de la cocina las astillas de las imágenes de nuestro Padre San Juan de Dios y demás imágenes de la Iglesia, pasando por el dolor de verse obligado a quemarlas, él, que con tanto esmero las limpiaba y adornaba todas las tardes cuando volvía de la cuestación. Fue denunciado por una mujer de haber ocultado cosas, pero, no hizo caso ni trató de defenderse, y mucho menos buscar amigos entre los comunistas para que lo protegieran. Los comunistas del Sanatorio no le querían; pero, no porque fuera inepto, pues todos sabían que era esclavo del trabajo, sino por su carácter místico religioso, y no ligaba con ellos, ni toleraba sus abusos e imposiciones. Nunca creyó en las patrañas que nos contaban; y con franqueza nos hacía ver, “no fuésemos tontos en esperar de ellos buen comportamiento, pues eran unos malvados”. Más de una vez le aconsejamos no hiciera traslucir esas ideas; y, prudente, lo hacía así ante los extraños. La noche, que nos juntaron para ser fusilados, estaba impaciente. No dijo palabra; él, como ninguno, supo resignarse y ofrecer su vida a Dios. Cayó vitoreando a la “Mare de Deu” y a “Cristo Rey”; su cadáver quedó como un ángel dormido.
Siervo de Dios Publio Fernández González
Nació el 24 de mayo de 1908 en Otero de Dueñas (León). Ingresó en la Orden el año 1933. Hizo su profesión temporal el 8 de septiembre de 1934. Buen religioso, estaba en la cuestación cuando sobrevino la dominación comunista. Trabajador y de buen carácter, llegaron a tomarle aprecio los comunistas y trataron de salvarle. La noche que fueron detenidos exclamaba: “-¿Nos llevan a fusilar? Señor, Señor, ¿qué habremos hecho nosotros?”. Lloró y rogó en el momento de la partida. Su muerte fue muy sentida por todos los del Sanatorio.
Nació el 3 de noviembre de 1908 en Forcall (Castellón). Ingresó en la Orden el 29 de abril de 1931 e hizo la profesión temporal el 8 de septiembre de 1932. Este hermano, de firmísimo espíritu religioso, en los días de vida comunista, se exaltó su fervor y encendido amor a Dios. Lamentaba la desgracia de sobrevivir al P. Superior, pues repetía: “es peor que nos hayan dejado con vida, que el habernos dado muerte; pues, tratarán de hacer con nosotros todo lo que quieran”. El relator de estos apuntes dice: “Pasaba todo el tiempo en la cocina trabajando. A pesar de estar entre milicianos en la cocina, en los ratos libres, sacaba su rosario y paseando por la huerta rezaba, yendo a ver los destrozos de la gruta de la Virgen de Lourdes, que él con tanto cariño adornaba y ahora contemplaba desmantelada y en ruinas. Se afligía y dolía hasta derramar lágrimas hablando de la situación en que nos veíamos obligados a vivir. Delante de mí le vi derramar gruesos lagrimones al contemplar en el montón de leña de la cocina las astillas de las imágenes de nuestro Padre San Juan de Dios y demás imágenes de la Iglesia, pasando por el dolor de verse obligado a quemarlas, él, que con tanto esmero las limpiaba y adornaba todas las tardes cuando volvía de la cuestación. Fue denunciado por una mujer de haber ocultado cosas, pero, no hizo caso ni trató de defenderse, y mucho menos buscar amigos entre los comunistas para que lo protegieran. Los comunistas del Sanatorio no le querían; pero, no porque fuera inepto, pues todos sabían que era esclavo del trabajo, sino por su carácter místico religioso, y no ligaba con ellos, ni toleraba sus abusos e imposiciones. Nunca creyó en las patrañas que nos contaban; y con franqueza nos hacía ver, “no fuésemos tontos en esperar de ellos buen comportamiento, pues eran unos malvados”. Más de una vez le aconsejamos no hiciera traslucir esas ideas; y, prudente, lo hacía así ante los extraños. La noche, que nos juntaron para ser fusilados, estaba impaciente. No dijo palabra; él, como ninguno, supo resignarse y ofrecer su vida a Dios. Cayó vitoreando a la “Mare de Deu” y a “Cristo Rey”; su cadáver quedó como un ángel dormido.
Siervo de Dios Publio Fernández González
Nació el 24 de mayo de 1908 en Otero de Dueñas (León). Ingresó en la Orden el año 1933. Hizo su profesión temporal el 8 de septiembre de 1934. Buen religioso, estaba en la cuestación cuando sobrevino la dominación comunista. Trabajador y de buen carácter, llegaron a tomarle aprecio los comunistas y trataron de salvarle. La noche que fueron detenidos exclamaba: “-¿Nos llevan a fusilar? Señor, Señor, ¿qué habremos hecho nosotros?”. Lloró y rogó en el momento de la partida. Su muerte fue muy sentida por todos los del Sanatorio.
Siervo de Dios Avelino Martínez de Arenzana Candela
Este hermano era oblato, tenía unos cuarenta y ocho años de edad y llevaba dos de religión. De carácter apocado, no se mezcló en nada durante el periodo comunista, siendo esclavo de su trabajo. Siguió a los demás, sin abrir la boca y con ellos recibió la palma del martirio.
Este hermano era oblato, tenía unos cuarenta y ocho años de edad y llevaba dos de religión. De carácter apocado, no se mezcló en nada durante el periodo comunista, siendo esclavo de su trabajo. Siguió a los demás, sin abrir la boca y con ellos recibió la palma del martirio.
Del Capítulo X, Datos biográficos páginas 36s. de la obra Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, (Palencia 1939).Se trata de una obra escrita por Fray Octavio Marcos sobre las violencias, profanaciones y asesinatos cometidos por los marxistas en los establecimientos de San Juan de Dios, más concretamente en el Asilo ospital de San Juan de Dios en Malvarrosa (Valencia). Nos narra los tiempos fundacionales del asilo y su establecimiento como espacio emblemático de amor y caridad cristiana, también los tiempos de persecución y de gloria martirial.
La vida de cada uno de los Hermanos puede consultarse en el Diccionario de Historia Eclesiástica de España publicado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que se encuentra en: http://www.sanjuandedios-fjc.org/pre/htm/Portal%20Juandediano/PDF/Diccionario_CSIC.pdf
La vida de cada uno de los Hermanos puede consultarse en el Diccionario de Historia Eclesiástica de España publicado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que se encuentra en: http://www.sanjuandedios-fjc.org/pre/htm/Portal%20Juandediano/PDF/Diccionario_CSIC.pdf
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