Las españolas hacen un ´buen uso´ de la píldora poscoital
Las españolas hacen un ´buen uso´ de la píldora poscoital
Las españolas hacen un ´buen uso´ de la píldora poscoital
Así titulaban, varios medios de comunicación, los resultados del sondeo realizado por Sigma Dos sobre un universo de 6200 mujeres de entre 14 y 50 años a cerca del uso de la píldora del día después (¿después de que?, mejor no contesten).
Y la verdad es que no podemos de estar más de acuerdo con el titular citado, si bien por motivos diferentes a los argüidos en los distintos (pero iguales) artículos aparecidos, aquí el pensamiento único queda totalmente patente.
Teniendo en cuenta que el 14,1% de las mujeres entrevistadas han hecho uso de la píldora, mujeres sobre las que se centra el estudio, resulta que un 85,9% de ellas jamás ingirió esta arma de destrucción masiva de última generación capaz de acabar con el 100% de la población uterina.
Porque … ¡dejemos las cosas claras! … pese a las (des)informaciones, tambien conocidas como mentiras, que vertieron los medios que recogían la noticia: La píldora poscoital no evita la fecundación si no la anidación, por lo que es una pastilla asesina de niños ya concebidos, que al igual que el DIU lo único que hace es provocar abortos.
Los medios progres de izquierda, derecha, medio y de donde haga falta ayer lograron ponerse de acuerdo en una cosa: lo buena que es la dichosa pastilla y lo errados que estamos quienes defendemos el respeto a la vida desde su inicio.
Pues nada, que Dios perdone al 14,1% de usuarias, a los sanitarios (médicos, enfermeros y farmacéuticos) así como a los políticos y comunicadores que la promueven. Que tenga misericordia de los que facilitan su uso y de los hombres ¿? que despreciando a las mujeres son capaces de mantener relaciones sexuales con ellas desentendiéndose de la hermosa vida que puedan engendrar.
¡Que Dios los perdone y convierta! Y mientras tanto nosotros continuemos con la denuncia clara y sin fisura de la defensa del concebido aunque no nacido con todos los medios de que dispongamos.
Y para terminar gracias, ¡de corazón!, a todas a aquellas mujeres que, respetándose y apreciando la vida como don sagrado, hacen un buen uso de los medios abortivos, esto es NO usándolos.
Germán
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