Montcada del Obispo

16 junio 2011 00:00

El autor del cuadro

Fernando Gómez Catón nació en Badalona en el año 1917. Fue alumno de la Escuela Superior de Bellas Artes de Barcelona, pasando después a la de San Fernando de Madrid. En la capital de España, fue discípulo de Zuloaga, quien le dio acceso a su taller. Se instaló en Barcelona en 1954. Doctor en Filosofía y Letras y periodista en ejercicio, viajó mucho, desarrollando, paralelamente, su vocación artística de manera muy versátil. Su producción pictórica incluye paisajes, composiciones de figura, escenas urbanas y una nutrida colección de retratos de personajes ilustres. Sus cuadros se resuelven con aplomo y dominio del oficio, manejando el dibujo con rotundidad y el color con sentimiento y agudeza.

Gómez Catón, que fue seminarista hasta 1936 con el Obispo Irurita y del que recuerda muchos detalles, da por título al cuadro: “Montcada del Obispo”. El cuadro es propiedad de los Padres Carmelitas de la Parroquia de Santa Joaquina de Vedruna de Barcelona. En la sede de Hispania Martyr se conserva una copia. Según se sabe, el pintor vivió sus últimos años cerca de esa Parroquia y se confesaba con uno de los carmelitas. Cedió todo su archivo, sus libros, sus investigaciones y sus cuadros a los PP. Carmelitas.

Los hechos

Montcada i Reixac, está a 14 kilómetros de Barcelona. Os recomiendo el libro “Las checas del terror” de César Alcalá. Allí el autor nos explica que “a partir del mes de septiembre de 1936, muchos detenidos en las checas o lugares de confinamiento son ejecutados en los cementerios de Montcada y Reixach, de Cerdanyola, o en el de Les Corts de Barcelona. Entre septiembre de 1936 y abril de 1937, fueron ejecutadas alrededor de 1.500 personas. Todas ellas no pasaron por ningún tribunal popular. La responsabilidad de todas estas ejecuciones no fue sólo de los incontrolados, sino también de los individuos con mando, miembros de organizaciones políticas y sindicales. Algunos de ellos formaban parte del Gobierno del Frente Popular” (pág. 110).

“Por ejemplo, la noche del 8 al 9 de octubre, 46 hermanos fueron ejecutados, sin juicio previo, por el mero hecho de ser religiosos, según cuenta un testigo presencial: Los iban llevando durante la noche a las cercanías de Montcada. Los reunían para matarlos juntos. Cuando ya no llegaban más se procedió a la ejecución. Se les ordenó ponerse en pie y viendo los primeros manejos de una ametralladora valientemente y sin vacilar gritaron a una voz: ¡Viva Cristo Rey! Con estas palabras en los labios iban cayendo y entregando sus vidas”.

Los exhumaciones del Cementerio de Montcada fueron realizadas en dos fechas: el 26 de noviembre de 1937 y el 30 de marzo de 1938, donde se exhumaron 446 cadáveres y sólo se reconocieron a 164 y la tercera y gran exhumación iniciada el 22 de enero de 1941, donde se exhumaron 1.146 cadáveres y sólo se reconocieron 308.

En total se exhumaron en el cementerio de Montcada 1.592 cuerpos y sólo se reconocieron 472. Entre ellos aparecen juntos (Marcos Goñi, Antonio Tort, Manuel Irurita y Francisco Tort con los números de ficha respectiva (788, 802, 814 y 823) y que fueron asesinados el 3 de diciembre de 1936. En un nivel más bajo de la gran fosa aparece el grupo de 44 Hermanos Maristas que fueron asesinados el 8 de octubre de 1936 y de los que sólo se reconocieron 24.

Detalle del cuadro. Uno de los hombres que dispararon en el cementerio de Montcada, detenido una vez finalizada la guerra civil para ser juzgado por sus crímenes, declaró al capellán castrense de la cárcel de Lérida, Rvdo. Eusebio Vidal, que el Doctor Irurita, cuando estaba en el paredón aguardando la descarga, habló a los allí presentes en esta forma: "Os bendigo a todos los que estáis en mi presencia, así como también bendigo las balas que me ocasionarán la muerte, ya que serán las llaves que me abrirán las puertas del cielo".