Beato José María Peris, ruega por nosotros
El 6 de junio se celebra en Barcelona y en Córdoba la memoria obligatoria del Beato José Mª Peris, presbítero y mártir; en las dos diócesis fue Rector de su Seminario. En un artículo publicado por el sacerdote Joaquín de Castellfort, operario diocesano podemos leer:
"Tras la beatificación en Roma el 1 de octubre de 1995 de los primeros Operarios diocesanos del Beato Manuel Domingo y Sol, mártires de la persecución religiosa, el 27 de noviembre fue bendecida una imagen de Mosén Peris, que fue colocada a la izquierda del altar mayor de la iglesia del Seminario Conciliar".
"Tras la beatificación en Roma el 1 de octubre de 1995 de los primeros Operarios diocesanos del Beato Manuel Domingo y Sol, mártires de la persecución religiosa, el 27 de noviembre fue bendecida una imagen de Mosén Peris, que fue colocada a la izquierda del altar mayor de la iglesia del Seminario Conciliar".
Presidió la Misa un ex alumno del nuevo Beato, el arzobispo emérito de Barcelona, cardenal Narciso Jubany. En su homilía el Monseñor Jubany manifestó: “Recordamos la figura de Mosén José María Peris: lo vemos amable, sencillo, cercano, profundamente piadoso, entendido en música y de una ‘prudencia enérgica’, como alguien ha dicho… ‘Educador de apóstoles’, ésta era su convicción más íntima, su vocación, como miembro de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos. La vocación educadora hizo que naciera en él una comprensión solícita y amorosa, a la vez, por los seminaristas. Sabía muy bien que el diálogo personal del educador y los alumnos es la única manera de hacer posible la labor formadora, aquella en la que el instructor actúa con todo su ser a favor del alumno. Una verdadera obra innovadora en la vida comunitaria del Seminario. Los que hemos sobrevivido a aquellos tiempos recordamos también las enseñanzas de Mosén Peris. Por ejemplo, aquellas pláticas en las que nos hablaba de los trabajos pastorales y de la formación sacerdotal; todo ello fundamentado teológicamente, pero sin dejar de lado la base humana… Mosén Peris nos hablaba del hombre virtuoso, y él lo era, y su conducta daba fe de ello...”.
Entonces los Superiores del Seminario de Barcelona quisieron que la celebración litúrgica del nuevo Beato tuviera un día propio para toda la diócesis. Esta celebración litúrgica del Beato no se podía celebrar en el aniversario de su martirio (el 15 de agosto), por ser la solemnidad de la Asunción. Siguiendo indicaciones de la Sagrada Congregación se pensó en el 6 de junio, aniversario de su ordenación sacerdotal. Esta fecha agradó mucho a los superiores del Seminario de Barcelona por un doble motivo: por tener una connotación sacerdotal la ordenación de presbítero de Mosén Peris y por encontrarse hacia el final del año escolar, con lo que ese día sería para los seminaristas como la fiesta de fin de curso. Este planteamiento pareció también muy oportuno a los superiores de la Hermandad. Consultada la Congregación para el Culto Divino, dio su aprobación para que en la diócesis de Barcelona.
La fiesta del Sagrado Corazón de Jesús de 1940
El sábado 1 de junio de 1940 aparece publicada en la página 6 de “La Vanguardia Española” de Barcelona la noticia sobre la fiesta del Sagrado Corazón en varios templos de la Ciudad Condal. La noticia dedica un amplio espacio a la fiesta dedicada en el Seminario Conciliar. “Se celebró -puede leerse- a última hora de la tarde otro acto religioso con procesión eucarística, en el que ofició nuestro reverendísimo prelado doctor Díaz Gómara, quien presidió el acto de homenaje a los profesores y seminaristas Caídos por Dios y por España, consistente en el descubrimiento de una lápida que perpetúa su memoria”.
Los nombres grabados en dicha lápida, de mármol y de gran tamaño y que figura en el patio central junto a la entrada de la capilla:
Excelentísimo y reverendísimo doctor don Manuel Irurita Almándoz, obispo de Barcelona; reverendísimo doctor don Juan Icart Aymerich; muy ilustre doctor don José María Peris Polo, rector, O. D.; reverendo doctor don José María de Alós y de Dou, decano del Claustro de Profesores; reverendo doctor don Delfín Ribas Carné, profesor; reverendo doctor don Cristóbal Baques Almirall, prefecto de alumnos; reverendo doctor don Luis Homs Ginesta, profesor; reverendo doctor don Enrique Bayón Sebastiá, profesor; reverendo doctor don José Vidal Vendrell, profesor; reverendo licenciado don Amadeo Monge Altés, Prefecto de alumnos, O. D; y los seminaristas don Joaquín Arimón Sanmiquel, don Armengol Armengol Serra, don Vito Badenas Nebot, don José Casas Ros, don José Disla Andrís, don Enrique Estruch Bernis, don Delfín Puigcorbé Ribas y don Luis Romagosa Mora.
Excelentísimo y reverendísimo doctor don Manuel Irurita Almándoz, obispo de Barcelona; reverendísimo doctor don Juan Icart Aymerich; muy ilustre doctor don José María Peris Polo, rector, O. D.; reverendo doctor don José María de Alós y de Dou, decano del Claustro de Profesores; reverendo doctor don Delfín Ribas Carné, profesor; reverendo doctor don Cristóbal Baques Almirall, prefecto de alumnos; reverendo doctor don Luis Homs Ginesta, profesor; reverendo doctor don Enrique Bayón Sebastiá, profesor; reverendo doctor don José Vidal Vendrell, profesor; reverendo licenciado don Amadeo Monge Altés, Prefecto de alumnos, O. D; y los seminaristas don Joaquín Arimón Sanmiquel, don Armengol Armengol Serra, don Vito Badenas Nebot, don José Casas Ros, don José Disla Andrís, don Enrique Estruch Bernis, don Delfín Puigcorbé Ribas y don Luis Romagosa Mora.
La crónica de La Vanguardia sigue refiriendo:
“Una vez descubierta la lápida, el señor Obispo pronunció un sentido discurso en homenaje a los que cayeron perseguidos por los enemigos de Dios y de España, diciendo que, como esos mártires, que murieron perdonando a sus verdugos, no hemos de sentir odio a las personas, porque en el altar ante el oramos no puede haber odios. Hemos de tener solo amor, a Dios y a España.
El acto terminó cantando los seminaristas y la mayor parte de devotos concurrentes el “Himno a los Seminaristas Mártires” letra de Jesús Barranquero y música del maestro Mollet”.
Himno a los seminaristas mártires
Sobre campos sedientos de vida
Soplan cierzos de cruel huracán
¡ostentado su cándida herida
mil legiones de mártires van!
Hay afanes de gloria en las almas
y hay fogatas de horror en la lid…
¡Hay legiones de cruces y palmas
repitiendo anhelantes: ¡venid!
Ya se ven avanzar peregrinos
los que van de las palmas en pos…
¡Son Heraldos de Ideales divinos!
¡Son futuros Ministros de Dios!
¡Gloria, gloria mil veces cantemos
ante el solio eternal de esta Cruz!
¡Ya sentimos, ya amamos, ya vemos
llamaradas de gloria y de luz!
Y al oír vuestra Misa solemne
Entre albores de un triunfo inmortal,
¡ya gozamos la dicha perenne
de vivir nuestro eterno Ideal!
¡Mártires de Cristo!
¡Héroes de la Fe!
¡En vuestro heroísmo,
triunfó Cristo Rey!
¡Mártires de Cristo!
¡Héroes de la Fe!
ante vuestra sangre
¡ESTAMOS EN PIE!
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