Vacío mediático de lo religioso
Extrañado y perplejo he quedado al comprobar el silencio mediático que en España se ha tenido con un signo religioso, ocurrido en Fátima el 13 de Mayo de este año, en la celebración de dicha festividad
Testigos, dignos de toda credibilidad, atestiguaron a su regreso a España, un singular e inusual fenómeno solar, producido y contemplado por miles de personas a las 13 horas de ese día. Cuando se estaba iniciando un acto de amor y simpatía a la figura del beato Juan Pablo II, los presentes vieron, por más de 15 minutos, el sol rodeado de un arco iris que suscitó el interés y asombro de los peregrinos. ¿Milagro?.¿Y por qué no?...
Sabido es el amor y gratitud que el beato Juan Pablo II, sentía por la Virgen de Fátima. Milagrosamente salió ileso del atentado sufrido en Roma al recorrer en coche la plaza de S. Pedro. En la corona de la Virgen está engarzada la bala disparada por Alí Adca y que no acabó con su vida. Juan Pablo II visitó Fátima, en agradecimiento a la Señora, que le libró de una muerte segura.
Este singular evento del sol, fue noticia en algunos medios portugueses, cosa que aquí en España -s.e.u.o.- no mereció ninguna notificación. Quizás, ese día, los medios estaban enfrascados en campaña preelectoral y no mereció la pena prestar atención informativa. Quede suplencia y constancia fidedigna en estas líneas de lo sucedido, por mor a la verdad y a religión de una digna profesión, cual es la periodística.
MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN
Testigos, dignos de toda credibilidad, atestiguaron a su regreso a España, un singular e inusual fenómeno solar, producido y contemplado por miles de personas a las 13 horas de ese día. Cuando se estaba iniciando un acto de amor y simpatía a la figura del beato Juan Pablo II, los presentes vieron, por más de 15 minutos, el sol rodeado de un arco iris que suscitó el interés y asombro de los peregrinos. ¿Milagro?.¿Y por qué no?...
Sabido es el amor y gratitud que el beato Juan Pablo II, sentía por la Virgen de Fátima. Milagrosamente salió ileso del atentado sufrido en Roma al recorrer en coche la plaza de S. Pedro. En la corona de la Virgen está engarzada la bala disparada por Alí Adca y que no acabó con su vida. Juan Pablo II visitó Fátima, en agradecimiento a la Señora, que le libró de una muerte segura.
Este singular evento del sol, fue noticia en algunos medios portugueses, cosa que aquí en España -s.e.u.o.- no mereció ninguna notificación. Quizás, ese día, los medios estaban enfrascados en campaña preelectoral y no mereció la pena prestar atención informativa. Quede suplencia y constancia fidedigna en estas líneas de lo sucedido, por mor a la verdad y a religión de una digna profesión, cual es la periodística.
MIGUEL RIVILLA SAN MARTIN
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