Porque estuve preso y me visitaste
por Rafa Cervera
Vicente del Bosque vuelve a ser noticia. Es cierto, nunca ha dejado de serlo desde que ganó el Mundial, pues podemos verlo constantemente en diversos promociones, que van desde el anuncio de un banco hasta invitar a la gente a asistir a la Jornada Mundial de la Juventud. Y pensar que Florentino y Valdano no lo quisieron porque no creían que tuviera suficiente atractivo: no hay duda, la vida pone a cada uno en su sitio. Pero eso ya es agua pasada…
Del Bosque ha vuelto a ser noticia por haber anunciado la nueva convocatoria de jugadores que representarán a España en Estados Unidos y Venezuela, en partidos que se disputarán el 4 y 7 de junio, pero también ha vuelto a serlo, como siempre, sin hacer mucho ruido, por haber visitado a los presos -¡si a los presos!- de Alcalá Meco.
Cuando la caridad de los deportistas muchas veces se limita a darse una rápida vuelta por un hospital durante las fiestas navideñas –que no está mal-, más por un golpe de imagen que por otra cosa, el entrenador de la selección española, en pleno mayo, no dudó en enseñar la Copa del Mundo a los presos y mantener con ellos una animada sesión de preguntas y respuestas, en una rueda de prensa que, creedme, tuvo mucho más jugo que las de Mourinho.
Antes de responder a las preguntas, Del Bosque dedicó las siguientes palabras de aliento a los reclusos:
“Estáis en una situación transitoria, cuanto antes salgáis, mejor. Aquí tenéis tiempo libre cuando acaban vuestras tareas diarias y es importantísimo emplearlo bien para salir con mejor predisposición y ser felices. Haced actividad física, jugad al fútbol porque os hará sentir mejor. En la vida siempre hay ejemplos. Un modelo para la sociedad son los jugadores campeones del mundo, chavales normales con vuestras mismas inquietudes”.
En la última frase, el seleccionador dio en el blanco. Uno de los presos había crecido y jugado con Raúl. Cuántas veces las decisiones que tomamos marcan nuestra vida de tal manera que pueden encumbrarnos o lanzarnos al abismo.
Del Bosque demostró en Alcalá Meco que sabe estar junto a la gente que ha experimentado el éxito más grande, pero también al lado de quien vive las situaciones más difíciles.
Del Bosque ha vuelto a ser noticia por haber anunciado la nueva convocatoria de jugadores que representarán a España en Estados Unidos y Venezuela, en partidos que se disputarán el 4 y 7 de junio, pero también ha vuelto a serlo, como siempre, sin hacer mucho ruido, por haber visitado a los presos -¡si a los presos!- de Alcalá Meco.
Cuando la caridad de los deportistas muchas veces se limita a darse una rápida vuelta por un hospital durante las fiestas navideñas –que no está mal-, más por un golpe de imagen que por otra cosa, el entrenador de la selección española, en pleno mayo, no dudó en enseñar la Copa del Mundo a los presos y mantener con ellos una animada sesión de preguntas y respuestas, en una rueda de prensa que, creedme, tuvo mucho más jugo que las de Mourinho.
Antes de responder a las preguntas, Del Bosque dedicó las siguientes palabras de aliento a los reclusos:
“Estáis en una situación transitoria, cuanto antes salgáis, mejor. Aquí tenéis tiempo libre cuando acaban vuestras tareas diarias y es importantísimo emplearlo bien para salir con mejor predisposición y ser felices. Haced actividad física, jugad al fútbol porque os hará sentir mejor. En la vida siempre hay ejemplos. Un modelo para la sociedad son los jugadores campeones del mundo, chavales normales con vuestras mismas inquietudes”.
En la última frase, el seleccionador dio en el blanco. Uno de los presos había crecido y jugado con Raúl. Cuántas veces las decisiones que tomamos marcan nuestra vida de tal manera que pueden encumbrarnos o lanzarnos al abismo.
Del Bosque demostró en Alcalá Meco que sabe estar junto a la gente que ha experimentado el éxito más grande, pero también al lado de quien vive las situaciones más difíciles.
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