Esta es la extensa carta que dirigió a los suyos
Luis Lucas Xarrié (y 3)
Para que la leas cuando quieras, sin alterarte, ¿eh? En especial a mi madre.
Mis queridos padres y hermanos:
Fijarse con qué bonita letra os escribo esta vez, y a la vez con qué tranquilidad, si ¿eh?; pues mira tú por donde resulta que Dios se ha acordado de mi y me ha dicho: anda, Luision, ya te toca venirte conmigo, que tus padres te han tenido bastante y quiero ver si tu buena madre te ha enseñado como yo tengo ordenado, y a la vez si esta, en un momento que a todos nos ha de llegar y que es muy corriente, sabe portarse como buena hija suya y por tanto como buena cristiana; y que si no es así, cuando llegue el momento de unirse a su hijo, le dirá: ah, sí ¿eh?, ¿con que tú eres esa madre que, dándotelas de interesante, te pones muy melancólica y no haces nada más que llorar y decir: “Mi hijo, mi hijo”? ¿No te has enterado que mi Madre, la Virgen, con ser yo Jesús, el Hijo de Dios, pasó por muchas más penas que tú, y al final dijo si esta es tu voluntad que se cumpla? ¿No te has enterado, además, sabía que era su Dios y su hijo?
Así, mi querida madre, que para que a mí no me regañen, me vas a prometer solemnemente, pues aunque no creas que te veo, no es así, que los muchos años que vas a vivir con tu marido y tu hija (pues los tienes que vivir, ¿me oyes?, porque a ellos les haces falta, lo mismo que ellos a ti, desde luego), los vas a vivir con toda tranquilidad; pues tienes que hacerte la siguiente cuenta:
Que éramos cuatro de familia, muy bien; uno de ellos ha tenido que marcharse porque le han llamado, y claro, es natural, se ha marchado, pues su madre le enseño desde pequeñín a obedecer y no ha tenido más remedio que hacerlo que le ordenaban; así que como la vida que se vive ahí abajo es una porquería que ni si quiera vale la pena de nombrarla, vosotros, ya que no habéis tenido la suerte de que vayáis a la otra, que es eterna, tan pronto como yo, pues os fastidiáis y por lo tanto, en vez de preocuparos por mí, procurareis que mientras estáis en esa por mi, toda vez que yo ya he dejado de padecer; y si por el contrario, ahí veo que lloráis vosotros, yo no estaré tranquilo en el Cielo, pues habéis de saber que tu recomendación ha sido muy eficaz y he entrado en el Cielo, y estoy ante Dios nuestro Señor, el que me ha dicho lo que antes te dije, y te repito otra vez, que como empieces a atormentarte la vida en esa tierra, no te va a dejar venir conmigo cuando te toque, que ya digo sea tarde porque yo estoy con vosotros constantemente, y si tú vienes, los dejas solos a ellos.
¿No te das cuenta, so tonta, de que es una cosa que nos tiene que ocurrir a todos, y que Dios impone ese sacrificio de esperarse unos a otros en el Cielo? Así que lógicamente, si en el Cielo nos hemos de ver, es una tontería que en esa mísera tierra, que todo es mentira, te preocupes de si estoy o no corporalmente con vosotros, si he dejado de sufrir, mejor; uno menos de los cuatro, ¿no? Luego, tienes otra demostración de que esto no es tan trágico, como rehace la gente que sea, así misma martirizándose constantemente, mira: yo a vosotros os quiero, como ya sabéis, mucho, ¿no es así?; pues bien, en este momento de abandonar la vida, que la gente tiene tanto miedo y se pone descompuesta, yo estoy tan tranquilo como lo prueba esta carta que escribo momentos antes de presentarme ante Dios.
Ya ves que el pulso no me tiembla, ni digo tonterías, ni lloro (como es verdad), ni digo esto o lo otro, porque como os quiero mucho y soy cristiano, tengo una fe absoluta de que voy a otro sitio mejor que este que dejo; y que como sé que os he de ver allí más tarde o más temprano, comprendo que es darle mucha importancia a esto que llamamos vida, tomándose un berrinchín y decir que si no os he de ver más, que si tal o que si cual; así que como vosotros sois cristianos, no creo vais a ser menos que yo y vais a decir eso, pues el cristianismo dice que los que han sido buenos, se encuentran en el Cielo, ¿no es así? Luego si nos hemos de ver allí, porque vais a pasar el poco de vida, o mejor dicho, lo poco que significa esa vida, comparada con la otra, amargados. ¿Te acuerdas de lo que hicimos cuando el pobre tío Antonio?; pues ya ves como no pasó nada, ni a él que descansa en paz, ni a vosotros; así que no venirme con flojedades, que yo aquí estoy tan sereno y tan normal; fíjate, he comido hoy patatas fritas y filetes y me han sabido a poco.
Además, nos han permitido a los tres, que somos Revenga, Arjona y yo, que venga un padre a confesarnos y a darnos comunión, y es un buen señor que demuestra mucho interés por nosotros, y además nos acompañará hasta el último momento, Dios se lo pague, y me dice que en lo que te digo tengo razón sobrada y que ya te irá él a ver cuando pueda. He recibido las medias y la muda, las medias son muy bonitas, pero ya no las necesito pues ya me he quitado de toda esa faena de frente, trincheras, barro, frío, etc. ¿no te parece? Y por lo tanto, te las devuelvo para que las uses tú si te están bien, pues este invierno parece que va a hacer mucho frío y cuando las tengas, dices que dichoso yo que me he quitado de encima el peso de las trincheras, del barro y del frío, pues arriba no creo será nada de eso necesario. Te envío el jersey azul para que lo aprovechéis en esa, pues a mí no me es de utilidad; las avellanas me las he comido y os doy las gracias por ellas, ni que decir tiene que las hemos repartido entre los tres.
Así que te manda muchos besos tu hijo que te los dará la próxima vez sin que tú los notes cuando te acuestes y te levantes,
LUIS LUCAS
He rezado el rosario ante la medallita de la Virgen que me diste y la llevaré hasta el último momento.
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A mi padre:
Ya te estoy viendo todo apurado y sin saber qué hacer porque te has enterado de una cosa que es muy natural. Yo no quiero que esto suceda, así pues, lo puedes considerar como una separación de más o menos duración, pero tendré la seguridad de ser separación que termine y que un día nos volvamos a encontrar y entonces me dirás todo lo que quieras; y es más, a ver si allí no me hace falta reloj porque si no va a ser la caraba, pues resulta que, como verás, de los dos que me traje, uno de ellos, el tuyo, se me paró en seguida, y el otro, se me rompió el cristal sin saber cómo, pero sigue andando.
Siento verdaderamente lo ocurrido, porque pensaba que dejases tú ya de trabajar, porque es de razón, ¿no?, pero con lo del pueblo, para vosotros tenéis y además, estoy seguro que Dios no os abandonará.
Ya verás como la letra y el léxico es bien claro, lo que te demuestra que estoy completamente tranquilo y que lo único que existe de malo es que no nos veremos corporalmente, pero, sin embargo, yo estaré constantemente entre vosotros, y además, ya llegará el día en que nos reunamos todos; así que me ha tocado a mí el primero, ¡qué se va a hacer! Lo siento por vosotros, pues os repito que yo estoy completamente sereno y, por tanto, no me amarguéis estos últimos momentos y luego allí, porque estad seguros de que nos veremos.
En fin, ahora me voy a confesar y a comulgar y esperaré con toda confianza en Dios el momento de irme a unir con él, así que os repito, no os acongojéis demasiado y ser cristianos y fuertes, que estoy decidido a esperaros si sois buenos y hacéis lo que os digo; así que un abrazo muy fuerte de tu romperrelojes, que aunque te ha hecho rabiar, ya sabes, te quiere
LUIS LUCAS
El padre Juan Ercilla os irá a ver y os dará noticias de palabra mías.
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Querida hermana Milagros:
Una de las noticias, a las cuales tú no estabas acostumbrada, ha empezado para ti; pero no te importe ni te pesadumbres por ello, pues como ya sabrás, al venir al mundo tenemos ya la seguridad de que en un momento, más o menos pronto, hay que volver a la tierra de donde se nace, pagar su tributo; además, y sabes que al final de este tiempo si nos hemos portado bien, nos reunimos allí arriba en el Cielo. Por lo tanto, no es más que una ausencia temporal, podemos decir, así que tú no te preocupes; diviértete, pues es una solemne tontería que no lo hagas así, ahora que sí te doy un consejo y es que quieras mucho a mamá y le digas que no se apure, que aunque no coma ni esté con vosotros en cuerpo, estoy en alma constantemente en vuestra compañía. Bueno, ahora vamos a otra cosa: se un poquitín más estudiosa y trabajadora, no te enfades por esto que te digo; te lo digo por tu bien. Cuando estés en el cine, que vas a ir en cuanto pongan una película bonita, ves por mí también y no te apesadumbres porque yo no lo vea, pues estoy en un sitio en que no hacen falta esas cosas, y cuantas más veas tú, mejor, pues así me las cuentas luego cuando nos veamos a la vuelta de unos años, que si es para bien, ojalá sean muchos.
Desde luego, como supongo seguirás mi consejo, estudia, te colocas en un banco o donde sea, siempre en oficinas, y aunque que no te cases no te importe; ya ves que yo no me he casado y estoy tan campante. Todas esas novelas que he comprado las lees y las que veas son algo frescas, las tiras. Tu gramática la puedes ir a recoger al domicilio de un muchacho de la escuela que se llama Martín de Vidales, y para saber su domicilio puedes ir a la Escuela de Aeronáutica y preguntarlo diciendo que vas a recoger los libros que le prestó tu hermano para que diera clase; esto si quieres recogerla, y te lo digo para que veas que me ocupo de ello.
A Pili y su familia le das muchos recuerdos y dices que siento, después de cuanto me dices en la tuya, no volverla a ver y decirle otra vez que es muy bonita, ¡pero qué vamos a hacerle! Dios lo ha dispuesto así y así se hará. Así que nada de amilanarse, ya que la vida se porta tan cochinamente con uno… con que divergente y lo mismo mamá, pues las distracciones os harán daros cuenta de que no es necesario esté yo ahí.
Así que recibes muchos besos de tu hermano que dentro de pocos minutos subirá ante Dios,
LUIS
Da en mi nombre besos a toda nuestra familia, los sobrinos, etc. Lo mismo que a los conocidos.