De las cuentas de la Ministra de Igual-Dá
por Luis Antequera
Conocíamos ya la clase de porquerías que se hacían con el dinero de todos los españoles desde ese ministerio mal-llamado de Igualdad y que la gente conoce como el de Igual-Dá: la “elaboración de un mapa de inervación y excitación sexual en clítoris y labios menores: aplicación en genitoplastia”, a la que se subvencionó con 26.597 euros, o las “topografías domésticas en el imaginario femenino. Una visión comparativa transnacional y hemisférica” a lo que se asignó 15.107 euros, son sólo algunos de los ejemplos de los temas a cuya “investigación” (¡a cualquier cosa se llama tal!) dedicaba su presupuesto. Y ello, por no hablar de la ley más inicua de toda la historia legislativa de España, aquélla tan repugnante que no sólo da carta de naturaleza a la eliminación de los más débiles de la sociedad, el feto no nacido, sino que convierte el mismo... ¡¡¡en un derecho de su madre!!! Aberración tal dará nombre al s. XXI.
Un presupuesto, por cierto, el del ministerio en cuestión, que no ha hecho otra cosa que crecer y crecer, pasando de los 66 millones de euros de 2008, a los 81 millones de 2009, y a los 110 millones de 2010 (¡¡¡18.302 millones de pesetas, para que nos entendamos!!!), mientras que el de los españoles no hacía otra cosa que menguar. Porque a los efectos, no estará de más recordar que mientras eso ocurría, el PIB español descendía un 3,7% en 2009 y un 0,4% en 2010, cifras que no parecían aconsejar el crecimiento de un ministerio como el de Igual-Dá en un 22,7% en 2009... ¡¡¡y en un 35,8% en 2010!!!
Pues bien, por si todo ello fuera poco, a todo lo dicho añadimos ahora el informe hecho público por el Tribunal de Cuentas, gracias al cual, nos enteramos de cómo ha estado atribuyendo los fondos, y de las innumerables y gravísimas irregularidades en las que ha incurrido ese ministerio que nunca debió ser y cuya titularidad fue otorgada a una muchachita cuyos méritos consistían en saber bailar flamenco, en confundir la palabra “miembro” con la palabra “miembra”, y en no saber todavía, a sus 33 añitos de edad, la especie a la que pertenece un feto que late en el vientre de una mujer.
Gracias a dicho informe, hecho público por Europa Press, hemos sabido cosas como que en 2008, los órganos de contratación de la Delegación de violencia de género “no utilizaron, como regla general, el procedimiento abierto como procedimiento de adjudicación”, pese a ser el que la Ley de contratos fija como ordinario, y que la “utilización reiterada” de la tramitación de urgencia continuó en 2009.
Señala en concreto dos expedientes por un importe total de 5,5 millones (¡casi mil millones de pesetas, ahí es nada!), adjudicados de forma directa a la misma empresa -un amiguito, sin duda; si no, ya me dirán Vds.-, alegando una urgencia que, según el Tribunal, “no estaba debidamente justificada”. Y otros tres expedientes que debieron pasar por Consejo de Ministros y que recayeron en la misma empresa adjudicataria, por lo que de facto, hubo una “adjudicación directa”. Y tres expedientes tramitados en 2008 mediante procedimiento negociado sin publicidad para premios a guiones cinematográficos, en los que la cuantía prevista para premios superaba el máximo permitido. Así como otros tres contratos administrativos “con objeto distinto pero todos íntimamente relacionados”, que podrían indicar “fraccionamiento en el objeto del contrato con la finalidad de disminuir su cuantía y eludir así los requisitos de publicidad”.
Observa asimismo, el Tribunal una excesiva acumulación de contratos menores (¡ni más ni menos que el 90,12% del total de contratos adjudicados!), así como una reiterada adjudicación por el importe máximo permitido (12.020,14 o 20.880 euros), “lo que puede ser indicativo de un posible fraccionamiento en el objeto de los contratos con la finalidad de disminuir la cuantía de los mismos, y eludir así el procedimiento o la forma de adjudicación que hubiera procedido”.
Cuestiona el Tribunal el papel del Observatorio estatal de violencia sobre la mujer durante 2008 y 2009, el cual ni siquiera celebró el número de reuniones establecidas en su reglamento. Y señala que la delegación que dirige Miguel Lorente no acredita haber remitido al Gobierno los informes anuales que marca la Ley de igualdad sobre la distribución por sexos de los puestos de trabajo en cada departamento.
El bodevil llega a tales extremos que en el Ministerio de Igualdad, según el Tribunal de Cuentas... ¡¡¡el 94,74 por ciento de sus funcionarios eran mujeres!!! Eufemística manera de decir que de sus 19 funcionarios, sólo uno era un hombre.
La responsable de todo esto es, hoy día, Secretaria de Estado, y lo previsible es que lo siga siendo hasta el día en que, Dios no lo demore mucho, termine para España esta pesadilla que empezó un malhadado 11 de marzo de 2004, y que hasta el día de hoy seguimos pagando, resumible en dos letras: ZP.
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