La persecución religiosa en el espantoso cine español
La semana pasada pude ver en el Teatro Palenque de Talavera de la Reina el estreno de la aclamada película francesa “De dioses y hombres”. Me pareció espectacular la escena anterior a la detención definitiva.
El Hno. Luc, médico de la Comunidad, que cargado de años está marcado por un asma que le dificulta sus trabajos, se presenta en el refectorio con dos botellas de vino y una cinta de casete en la mano. Tras la bendición de la mesa por parte del Superior y, entre miradas y medias sonrisas cómplices, todos ponen vino en sus vasos para ¡¡¡celebrar!!! ese momento, tal vez el último momento de vida comunitaria… los rostros, las miradas, la felicidad de repente se trastocan en lágrimas, rostros de preocupación, complejidad por el momento esperado (tras haber votado todos que permanecerían juntos como Comunidad cumpliendo la voluntad de Dios)… mientras de fondo la música de “El lago de los cisnes” de Tchaikovski crea una espectacular escena cargada de dramatismo que bien vale por toda la película. Hombres deseosos de cumplir lo que Dios esperaba de ellos pero aterrados de lo que podía sucederles.
La escena de Raza rememora el martirio de los 15 hermanos de la Orden de San Juan de Dios del Sanatorio Marítimo de Calafell, solo que en lugar de fusilarlos en la carretera, se les lleva hasta la playa, para hacer la escena más cinematográfica. Estos mártires fueron beatificados en 1992. Me lleno de sana envidia. Y seguiré esperando para que algún día tengamos una buena película española sobre nuestros mártires. Lo último que se pierde es la esperanza.
Ya conocen la historia: la comunidad cisterciense de Nuestra Señora del Atlas en Tibhirine (Argelia) fue masacrada en 1996 por los grupos islámicos armados (GIA). Entonces estaba yo de capellán de las MM. Bernardas de Talavera. Todavía conservo los carteles de las oraciones que convocamos para rezar por la liberación de los monjes y, tras su martirio, por el funeral que celebramos.
La película de Xavier Beauvois presenta de modo real la vida de los monjes por medio de la cadencia de la campana, de los intensos momentos vividos en la iglesia (Liturgia de las Horas, rezos, la santa Misa, concretamente la liturgia de la Misa de la Nochebuena de 1995…), de sus trabajos, el refectorio… ¡es el Císter en estado puro! Todo ello junto a las diatribas que envolvieron el suceso: las amenazas de los extremistas hasta el secuestro y asesinato; la corrupción del ejército oficial o el día a día vivido junto a las familias musulmanas… la película tiene en el momento de la detención un momento sublime.
El Hno. Luc, médico de la Comunidad, que cargado de años está marcado por un asma que le dificulta sus trabajos, se presenta en el refectorio con dos botellas de vino y una cinta de casete en la mano. Tras la bendición de la mesa por parte del Superior y, entre miradas y medias sonrisas cómplices, todos ponen vino en sus vasos para ¡¡¡celebrar!!! ese momento, tal vez el último momento de vida comunitaria… los rostros, las miradas, la felicidad de repente se trastocan en lágrimas, rostros de preocupación, complejidad por el momento esperado (tras haber votado todos que permanecerían juntos como Comunidad cumpliendo la voluntad de Dios)… mientras de fondo la música de “El lago de los cisnes” de Tchaikovski crea una espectacular escena cargada de dramatismo que bien vale por toda la película. Hombres deseosos de cumplir lo que Dios esperaba de ellos pero aterrados de lo que podía sucederles.
Como alguien escribe en un post de la web filmaffinity.com “muy bien llevados los primeros planos en esa “Última Cena”. El espectador, como si compartiera mesa con ellos, va acompañando a los monjes por los dispares estados de ánimo que en ellos se van produciendo. Sin duda la escena por excelencia”
Pero, bueno, en realidad quería hablarles de lo que se propone en el título del post: La persecución religiosa en el espantoso cine español.
El argumento es el de siempre, para gusto los colores… y a mí, personalmente, me parece espantoso el cine español que recrea los episodios de la guerra civil española. Los que estudiamos EGB y BUP, en los años 80, y de ahí en adelante, en la vida escuchamos en clase eso de la persecución religiosa… o bueno, sencillamente el que fueran asesinadas más de 10.000 personas (obispos, sacerdotes, religiosas, religiosos y seglares) en el segundo semestre del año 1936, única y exclusivamente por motivos religiosos… tampoco hoy, quiero hablar de eso.
Pero lo cierto es que para los cinéfilos o simplemente a los que hayan vistió alguna película española que abarque total o parcialmente el momento de la guerra civil… ya ni les cuento la imagen absolutamente distorsionada que obtienen de los hechos.
Ni durante el franquismo, ni en la bochornosa Transición (estoy hablando de cine, las opiniones políticas no entran aquí)… y no digamos ya en el tiempo de la democracia: ¡menudo cine! ¡Distorsiones a gogo, S.A.!...
Solamente hay una película, imposible de encontrar (¡ojalá que alguien la tuviese para poderla subir a Youtube!) y una escena, en otra película.
En internet puede consultarse un trabajo de Enrique Martínez-Salanova Sánchez titulado “La guerra civil española en el cine. Antecedentes, contienda y consecuencias en films de ficción y documentales”. Allí se citan todas las películas que relacionadas de manera total o parcial se han realizados (no sólo en España) desde 1936 hasta 2010.
La película a la que me refiero se titula “Cerca del cielo” y presenta el martirio del Obispo de Teruel, el agustino Anselmo Polanco, beatificado en 1999. La película es de 1951, dirigida por Domingo Viladomat y Mariano Pombo. El personaje principal era interpretado por el Padre Venancio Marcos
La escena de la otra película aparece en “Raza” de José Luis Sáenz de Heredia, con guión de Jaime de Andrade (Francisco Franco) que narra la vida de cuatro hermanos, Isabel, Pedro, José y Jaime, hijos del capitán de navío Pedro Churruca y descendientes de Cosme Damián Churruca, “el más sabio y valeroso marino de su época”. A lo largo de los años, Isabel se casará, Pedro llegará a ministro durante la II República, José se convertirá en oficial de infantería y Jaime se convertirá en fraile.
Al final de la película que se hizo en 1941 (y apareció remasterizada en 1950 con nueva sincronización de diálogos y música) aparece el martirio de Jaime. Tras entrar en la Orden de los Hermanos de San Juan de Dios aparece, presuntamente, en el sanatorio de Calafell (Tarragona)…
La escena de Raza rememora el martirio de los 15 hermanos de la Orden de San Juan de Dios del Sanatorio Marítimo de Calafell, solo que en lugar de fusilarlos en la carretera, se les lleva hasta la playa, para hacer la escena más cinematográfica. Estos mártires fueron beatificados en 1992.
Ahora, ¡por fin!, nos encontramos con una película que se estrenará el 25 de marzo: There be dragons, inspirado en la vida de san José María Escrivá, el santo fundador del Opus Dei.
La película transcurre durante la persecución religiosa de la Guerra Civil española, que da ocasión a que se presenten los «dragones» a los que hace referencia su título: Los dragones son todas las cosas que te hacen sufrir, esas situaciones en las que te pone la vida, como la aceptación de la muerte, la culpa, los celos, la traición”. Se presentan en la vida de todos, pero Roland Joffé (director de Los gritos del silencio (1984) y La Misión (1986), por citar sus obras más célebres) los ha visto en las circunstancias bélicas de la España de aquel tiempo y en los personajes que los encarnan en la película y rodean a San Josemaría.
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