XIII siglos de la invasión agarena que puso en peligro la civilización en España
por Manuel Morillo
Estamos en los prolegómenos del XIII centenario de la conmemoración del principal acontecimiento que ha influido en la Historia de España y que le ha dado la singularidad sobre el resto de naciones cristianas, obligándole, primero, a ser la guardiana de Europa y preparándola para ser la extensora de la civilización occidental al resto de continentes.
En la primavera de 711 una expedición formada por unos 9.000 hombres y mandada por Táriq Ibn Ziyad, gobernador de Tánger, entró en la península sin el conocimiento de Musa ibn Nusair, el gobernador árabe en Ifriqiyya, Túnez. Esta expedición surcaría el estrecho el 27 de abril de 711 y conquistaría Algeciras, donde Tariq aumentó el número de hombres y desde donde se enfrentó a Don Rodrigo el 19 de julio de 711, en la batalla de Guadalete*.
Un año más tarde, y al saber la noticia, Musa cruzaría el estrecho para controlar las conquistas bereberes y del Imperio Árabe.
Empezaban ocho siglos de lucha por la defensa de la Libertad y la Verdad en la confrontación más duradera entre dos cosmovisiones contrapuestas.
Pues bien, ni la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, dependiente del Ministerio de Cultura, creada con el objetivo de la “preparación, organización y ejecución de las actividades referidas a las conmemoraciones culturales, científicas e históricas del Reino de España y sus Comunidades y Ciudades Autónomas", ni ningún otro organismo oficial relevante tienen previsto celebrarlo.
Quizá sea afortunadamente, porque dados los políticos que someten España, el enfoque que podían haber dado al asunto se asemejaría al que dieron a la celebración del Quinto Centenario del Descubrimiento de América.
Mil trescientos años después de la invasión agarena España está de nuevo siendo invadida.
Los paralelismos son muy grandes, como acertadamente indicaba Rafael García Serrano:
Muy rápidamente podemos encontrar personajes análogos al egoísta rey Rodrigo, velando sólo por los intereses familiares, al obispo traidor Don Oppas, entregando a los católicos, o al rencoroso conde D. Julián ...
Nota aclaratoria para víctimas de la Logse:
La fotografía (entonces no existía) no es del Conde Don Julián saludando al que fuera obispo de Toledo Don Oppas .
Es el Duque de Suárez saludando al que fuera obispo de Toledo Don Vicente.
Tampoco en ese primer momento el pueblo español supo reacciónar y recibió a los invasores sin conciencia de los que se le venía encima.
Talmente como en la actualidad.
Esperemos que la recuperación de la libertad y la integridad de España esta vez no cueste tanto tiempo.
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*Llamada así porque tradicionalmente se localizó junto al río Guadalete, aunque los últimos estudios la sitúan a orillas del río Guadarranque.
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