Se ha hecho costumbre que, cada vez que el Papa visita un país, aparezcan por allí y por allá organizaciones, asociaciones y plataformas con las más folklóricas denominaciones, oponiéndose al viaje, convocando manifestaciones reaccionarias o haciendo declaraciones poco educadas.
Con motivo de la próxima visita pastoral de Benedicto XVI a España (se va a poder seguir la visita tanto por Popular TV como por la web oficial creada para este fin), algunos medios ya han comenzado a ofrecerles espacios.
Daniel Arasa comentaba en ForumLibertas.com la atención que se le daba en la prensa, por ejemplo, a un grupo de «cristianos de base» (véase Mal periodismo… contra el Papa Benedicto XVI, 27.09.2010) que se oponen a la llegada del Santo Padre.
Sobre ellos hacía la siguiente observación interesante y realista: «Independientemente de la opinión favorable o adversa que cada uno tenga, cualquiera que conozca un poquito la actual realidad eclesial en Cataluña y España sabe que, cuantitativamente, estos presuntos “cristianos de base” caben todos en un autobús y aún sobran asientos». Después aborda la manipulada tratativa que da El periódico de Cataluña sobre esta información concreta.
Esos «cristianos de base» no son el único grupo que ha querido acaparar reflectores. Mediante Facebook y algún blog (a los cuales no enlazamos para no regalarles publicidad), un grupo de gays y lesbianas han convocado para el 7 de noviembre de 2010, precisamente cuando el Papa esté en Barcelona, a un acto masivo de “besos” en la plaza de la catedral. Con ese gesto quieren reivindicar su lucha por «los derechos sexuales y afectivos».
No son los únicos que quieren notoriedad. La asociación cristiana de gays y lesbianas de Cataluña ha reclamado que los homosexuales puedan “casarse” canónicamente, además de pedir el acceso de mujeres a puestos pastorales.
Por último (aunque seguramente por estos días las más variadas y folklóricas denominaciones de asociaciones seguirán apareciendo), la asociación de teólogos Juan XXIII (a la que Francisco José Fernández de la Cigoña llama lobby antieclesial) aprovechó la coyuntura para emitir una declaración donde “denuncian” que la visita del Papa a España será un acto de “papolatría”, además de acusar a Benedicto XVI de ejercer antidemocráticamente su ministerio como Pontífice, entre otras cosas.
Y de todo esto, ¿qué es lo que más llama la atención? Desde luego, no el que los pronunciamientos o convocatorias vengan de grupos a los que conozcan multitudes (y que siendo honestos apenas si logran adhesiones, lo que evidencia su impacto e importancia social, civil y religiosa) sino el protagonismo que se les regala en algunos periódicos y agencias de noticias.
A costas del Papa –que sí congrega millones de personas unidas por el vínculo de la fe– no son pocos los que buscan sus cinco minutos de fama. Y a veces desesperadamente aunque eso signifique un titular ocasional en la prensa ordinariamente opuesta a la Iglesia a la que tanto se quiere zarandear.