Tu matrimonio como Dios lo pensó
…te quiero Andrés. Comentario para Matrimonios: Juan 6, 22-29
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EVANGELIO
Trabajad no por el alimento que perece, sino por el que perdura para la vida eterna.
Lectura del santo Evangelio según san Juan 6, 22-29.
Después de que Jesús hubo saciado a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el mar.
Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del mar notó que allí no había habido más que una barca y que Jesús no había embarcado con sus discípulos, sino que sus discípulos se habían marchado solos.
Entretanto, unas barcas de Tiberíades llegaron cerca del sitio donde habían comido el pan después que el Señor había dado gracias. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo has venido aquí?».
Jesús les contestó:
«En verdad, en verdad os digo: me buscáis no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios».
Ellos le preguntaron:
«Y, ¿qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?».
Respondió Jesús:
- «La obra de Dios es ésta: que creáis en el que él ha enviado».
Palabra del Señor.
…te quiero Andrés.
A veces buscamos a Jesús por el bien que causa en nosotros, pero no por Él mismo. ¿Qué experiencia de amor puede vivir alguien con el que se cuenta sólo por el interés?
Busquemos a Cristo por Él mismo, bastante suerte tenemos con tener la oportunidad de estar con Él. Ya bastante nos ha dado como para seguir pidiendo.
Aterrizado a la vida matrimonial:
Andrés: Marta ¿me quieres por mí mismo o por lo que recibes de mí?
Marta: Es cierto, Andrés, que tengo que purificar mi amor, porque en cuanto me descuido, estoy pendiente sólo de lo que recibo de ti para calibrar tu amor por mí. Y sé que no se trata de buscar mi interés, sino de entregarme a ti como Cristo.
Andrés: A mí me pasa igual. Pero veo que cuando decidimos entregarnos totalmente el Señor hace grandes cosas en nosotros y por nosotros.
Marta: El Señor es grande.
Andrés: El Señor lo es todo.
Madre,
Aumenta mi generosidad para estar dispuesto a entregarme como Tú. ¡Entregarme! Tan sencillo y, sin embargo, una labor de toda la vida. Alabado sea el Señor que tanto nos ama. Amén.