Carta a los obispos de España (con todos mis respetos)
Bueno,
señores obispos de mi cada vez menos religiosa España, ¿qué pasa?, ¿qué ocurre?
Les escribo por lo siguiente. La emisora COPE anda en horas muy bajas -lo
pasado, pasado está, pero sigo sin comprenderlo-, y ahora que el canal
televisivo Popular parecía retomar el vuelo, y ser entretenido además de
formativo, y tener gancho, con programas que habían hecho doblar la audiencia
en apenas un mes, leo que todos fuera, que se acaba, que fin, que vale. Que
nada, que no les gusta. Parece ser que el estilo “tan religioso” que estaba
imprimiendo María+Visión,
pues como que no, como que era causa de cierta urticaria y sarpullido en
algunas de sus excelentísimas reverencias que Dios guarde y libre de todo mal.
¿Por? Habrá que explicarlo. Habrá que dar razones a los telespectadores. Digo.
Explicarlo clarito. Pues corren el peligro de que el asunto se enmarañe, se
infecte, y se acabe pensando -yo no me lo puedo creer- que se trata más bien de
una maniobra en busca de pasta, de liquidez, de peculio. Eso no puede ser verdad.
Ay, mis amados y entrañables obispos de España…, pues no lo entiendo.
Sinceramente, no entiendo nada. Cada vez les entiendo menos y será por eso que
intento rezar más por ustedes. Lo digo de verdad, no crean. ¿No estamos a lo
que estamos? ¿No son nuestro “negocio” las almas? ¿No es nuestro afán la
santidad personal y del personal? ¿O es que entre tantas reuniones, consejos,
seminarios, o vistosas teologías, estamos perdiendo de vista lo fundamental?
Y
no se engañen -aunque ya sé que lo saben igual es bueno recordarlo- lo
fundamental es la Eucaristía y el Inmaculado Corazón de María. La intimidad con
ellos: la vida de oración. La adoración, la perspectiva de la Providencia. Lo
digo y lo remacho: Dios y Su Madre bendita. Oración y sacramentos. ¿Qué pasa?
¿Qué ocurre? ¿Qué ha cambiado desde hace unas semanas a esta parte para que de
pronto María+Visión
no sea una buena opción para Popular TV? ¿Qué se ha torcido? ¿Qué nuevos
intereses han entrado en juego? No me fío, no me fío. Y me asusta la ingenuidad
-quiero pensar que se trata de ingenuidad- de algunos de ustedes, pero sobre
todo lo que más miedo me da es que los obispos de mi patria no estén a la
altura de la santidad que debieran, y que es lo que nos pide a todos Cristo. Es
el quicio, lo único, el todo. Es por eso que rezo, y por lo que ahora escribo.
Porque seamos claros: ¿de que nos sirve a los católicos un obispo que no sea
santo? Yo se lo digo: absolutamente de nada. Sobra. Como sobran tantos y tantos
entramados clericales y celotipias y deslealtades con el Papa. Ahora toca lo de
Popular María+Visión.
Y yo me pregunto: ¿en qué baso yo mi fe? ¿En qué la basan ustedes? Cuando toman
una decisión, ¿en qué piensan?, ¿en qué deben de pensar? Supongo que en las
almas y en la voluntad de Dios. Con visión sobrenatural, digo. Con fe.
En
este desierto espiritual y desmembramiento moral en el que se está convirtiendo
España la sed de Dios es acuciante (igual que se multiplican los espejismos).
Salta a la vista. Cualquiera de nosotros se da cuenta en su actividad cotidiana
laboral, o con su familia y amigos, o con otras personas con las que
coincidimos. Cualquiera lo ve, lo percibe. Hablas de Dios, de tu experiencia, y
se te quedan con el alma abierta en pleno bar o en el AVE. Les digo esto porque
esa es la realidad. Esta misma mañana un joven profesional me decía: “me estás
abriendo nuevos horizontes”. (Lo sé, es el Espíritu Santo, no me voy a colgar
medallas que no me corresponden). Pero es que un poco antes me había dicho: “La
vida es un asco”. Y así continuamente. Por eso en este ambiente desacralizado e
hipermaterialista María+Visión
no sobra en España. Por eso me extraña esta medida tan inhóspita. Señores
obispos, la gente necesita referencias claras, transparentes; necesitan que se
les hable de vida interior y de piedad, de la confesión y del rosario. Con
garbo y esperanza. ¿Quieren subarrendar Popular TV a una empresa más
generalista y más boyante en el pago? Estupendo. ¿Y el alma? ¿Y las almas y su
conversión? ¿Y la recristianización de lo que nos toca: de Occidente, de
Europa, de España? ¿Y la santidad? ¿Dónde queda Dios en todo este asunto? ¿Y
María?
Espero que sepan lo que hacen. Cuentan con mi oración por sus personas e intenciones, aunque no acabe de entender ciertas actitudes y decisiones.