Con el párroco dentro
La mejor Iglesia es la que arde
Con el cura dentro
No, no me he vuelto revolucionario, ni jacobino, ni "rojo comecuras" (tendría que autofagocitarme). Es que acabo de estar en el ENE 2013 (Encuentro de Nueva Evangelización) en Valladolid junto con gente de toda España y de algunos otros lugares del mundo que quieren lo que yo: ser evangelizadores en la Nueva Evangelización.
El título del post, ya sabeis que me gusta poner títulos que llamen la atención, responde a algo que he visto claro en este Encuentro.
Los humanos en general y los curas en particular no terminamos de ir al punto neurálgico de los problemas cuando algo está mal. A mi me pasa, como a mucha gente, que cuando no estoy contento con algo pienso que la culpa es de los demás y al final me acabo dando cuenta de que el problema está en mí. Cuando estoy enfadado con el mundo y este no me entiende, aquel me ha hecho una faena, el otro no me ayuda, nadie me apoya, todos me ponen la zancadilla... suelo hacer una cosa:
¡Juan Luis!,... para... ¿no será que el problema eres tú?,- me digo.
La respuesta siempre es...
- Pues, va a ser que sí...
Y entonces empiezo a encontrar un camino de solución a mis problemas y mis curas, mis amigos, mis feligreses, mi obispo, mi vicario, mi familia... empiezan a caerme bien otra vez.
En el ENE fue super-inspiradora la charla que dio Mark Jobe, un pastor de una Iglesia Evangélica de Chicago en los Estados Unidos. Al parecer esta Iglesia es un fenómeno de evangelización masiva. Ahora no me voy a plantear el hecho de que toda esa gente se hacen evangélicos y no católicos, sino de que se hacen masivamente cristianos.
Mark, después de contarnos lo que ocurría en su iglesia, mientras se nos caía a todos la baba de envidia (sana), nos planteó la siguiente cuestión:
- El reto mas grande para tu parroquia en esta situación que puede ser desanimante, porque son pocos, casi todos gente mayor, no hay hombres, no hay jóvenes, hay poco compromiso... el reto mayor es darse cuenta de que el problema más grande de la parroquia SOY YO.
Misil a mi linea de flotación como pastor.
El problema está en mí. El problema es que no tengo fuego en el corazón. No tengo una fe al rojo vivo. Si Dios puede trabajar en mí El puede hacer cosas grandes porque todo empieza con los líderes.
Todos los métodos, técnicas, programas y proyectos pastorales solo darán fruto si tengo una fe al rojo vivo, si comienzo todo con oración y ayuno, ayunar es decirle a Dios que hay algo de lo que tengo mas hambre que de comer y es de que El venga y transforme a la gente, a mi parroquia. La segunda cosa para tener una fe al rojo vivo es decidir no vivir para mí mismo, sino para la Misión y la tercera creer de verdad la urgencia y el poder del mensaje de la Cruz. La gente no se ha encontrado con el Señor, aunque sean religiosos, y necesitan encontrarse con el Señor.
Como nos dijo Monseñor Juan Antonio Reig Plá, obispo de Alcalá, al que machacan y persiguen y vituperan por decir lo que tiene que decir y llamar al pan pan y al vino vino, he de pedir todos los dias al Señor que me conceda tener el corazón lleno de la misma compasión que El tiene cuando ve a las masas hambrientas que vagan como ovejas sin pastor.
En la misa de envío que presidió don Juan Antonio los sacerdotes orábamos, imponiendo las manos a los seglares que se iban acercando, para que luego el obispo, dándoles la bendición con el Santísimo, los enviase como evangelizadores. Cuando llegaba el turno de nuestros grupos, algunos sacerdotes también nos arrodillabamos al lado de ellos para recibir la oración y el envío. El último día, en la rueda de testimonios, una mujer, con lágrimas en los ojos, decía que estaba llena de agradecimiento cuando vio a los sacerdotes revestidos arrodillados junto a sus fieles... En ese momento me dí cuenta de una cosa:
- Voy a intentar mandar menos y ejercer mucho más el liderazgo.
Es esencial para la Nueva Evangelización que los pastores entendamos que somos enviados junto con nuestros hermanos a evangelizar, que ellos no son simplemente la "mano larga" de los curas, sino protagonistas de la evangelización que necesitan líderes, no tenientes coroneles. En muchas facetas los laicos pueden ser líderes. ¡Ójala que yo sepa liderar en mi parroquia un buen grupo de laicos que a su vez lideren a otros!... y... ¡ójala que a mí me lideren también!
La verdad es que ahora que lo pienso... el Papa Francisco lo está haciendo.
No, no me he vuelto revolucionario, ni jacobino, ni "rojo comecuras" (tendría que autofagocitarme). Es que acabo de estar en el ENE 2013 (Encuentro de Nueva Evangelización) en Valladolid junto con gente de toda España y de algunos otros lugares del mundo que quieren lo que yo: ser evangelizadores en la Nueva Evangelización.
El título del post, ya sabeis que me gusta poner títulos que llamen la atención, responde a algo que he visto claro en este Encuentro.
Los humanos en general y los curas en particular no terminamos de ir al punto neurálgico de los problemas cuando algo está mal. A mi me pasa, como a mucha gente, que cuando no estoy contento con algo pienso que la culpa es de los demás y al final me acabo dando cuenta de que el problema está en mí. Cuando estoy enfadado con el mundo y este no me entiende, aquel me ha hecho una faena, el otro no me ayuda, nadie me apoya, todos me ponen la zancadilla... suelo hacer una cosa:
¡Juan Luis!,... para... ¿no será que el problema eres tú?,- me digo.
La respuesta siempre es...
- Pues, va a ser que sí...
Y entonces empiezo a encontrar un camino de solución a mis problemas y mis curas, mis amigos, mis feligreses, mi obispo, mi vicario, mi familia... empiezan a caerme bien otra vez.
En el ENE fue super-inspiradora la charla que dio Mark Jobe, un pastor de una Iglesia Evangélica de Chicago en los Estados Unidos. Al parecer esta Iglesia es un fenómeno de evangelización masiva. Ahora no me voy a plantear el hecho de que toda esa gente se hacen evangélicos y no católicos, sino de que se hacen masivamente cristianos.
Mark, después de contarnos lo que ocurría en su iglesia, mientras se nos caía a todos la baba de envidia (sana), nos planteó la siguiente cuestión:
- El reto mas grande para tu parroquia en esta situación que puede ser desanimante, porque son pocos, casi todos gente mayor, no hay hombres, no hay jóvenes, hay poco compromiso... el reto mayor es darse cuenta de que el problema más grande de la parroquia SOY YO.
Misil a mi linea de flotación como pastor.
El problema está en mí. El problema es que no tengo fuego en el corazón. No tengo una fe al rojo vivo. Si Dios puede trabajar en mí El puede hacer cosas grandes porque todo empieza con los líderes.
Todos los métodos, técnicas, programas y proyectos pastorales solo darán fruto si tengo una fe al rojo vivo, si comienzo todo con oración y ayuno, ayunar es decirle a Dios que hay algo de lo que tengo mas hambre que de comer y es de que El venga y transforme a la gente, a mi parroquia. La segunda cosa para tener una fe al rojo vivo es decidir no vivir para mí mismo, sino para la Misión y la tercera creer de verdad la urgencia y el poder del mensaje de la Cruz. La gente no se ha encontrado con el Señor, aunque sean religiosos, y necesitan encontrarse con el Señor.
Como nos dijo Monseñor Juan Antonio Reig Plá, obispo de Alcalá, al que machacan y persiguen y vituperan por decir lo que tiene que decir y llamar al pan pan y al vino vino, he de pedir todos los dias al Señor que me conceda tener el corazón lleno de la misma compasión que El tiene cuando ve a las masas hambrientas que vagan como ovejas sin pastor.
En la misa de envío que presidió don Juan Antonio los sacerdotes orábamos, imponiendo las manos a los seglares que se iban acercando, para que luego el obispo, dándoles la bendición con el Santísimo, los enviase como evangelizadores. Cuando llegaba el turno de nuestros grupos, algunos sacerdotes también nos arrodillabamos al lado de ellos para recibir la oración y el envío. El último día, en la rueda de testimonios, una mujer, con lágrimas en los ojos, decía que estaba llena de agradecimiento cuando vio a los sacerdotes revestidos arrodillados junto a sus fieles... En ese momento me dí cuenta de una cosa:
- Voy a intentar mandar menos y ejercer mucho más el liderazgo.
Es esencial para la Nueva Evangelización que los pastores entendamos que somos enviados junto con nuestros hermanos a evangelizar, que ellos no son simplemente la "mano larga" de los curas, sino protagonistas de la evangelización que necesitan líderes, no tenientes coroneles. En muchas facetas los laicos pueden ser líderes. ¡Ójala que yo sepa liderar en mi parroquia un buen grupo de laicos que a su vez lideren a otros!... y... ¡ójala que a mí me lideren también!
La verdad es que ahora que lo pienso... el Papa Francisco lo está haciendo.
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