El Papa pide a cada obispo verificar que sus parroquias son seguras para niños y mayores vulnerables
En una vigorosa carta a los presidentes de las conferencias episcopales de todo el mundo y a los superiores de órdenes religiosas, el Papa Francisco reitera que “se debe continuar haciendo todo lo posible para erradicar de la Iglesia el flagelo del abuso sexual de menores y adultos vulnerables”, al tiempo que se abren caminos de “reconciliación y curación para quien ha sufrido abusos”.
En un párrafo absolutamente clave del documento, que extrañamente ha sido omitido en la versión española, Francisco pide que “los pastores y los responsables de las comunidades religiosas estén disponibles al encuentro con las víctimas y sus seres queridos: se trata de ocasiones valiosas para escuchar y para pedir perdón a quienes han sufrido mucho”.
Escuchar a las víctimas y sus familias no sólo es un deber de justicia, sino el elemento que cambia por completo la sensibilidad de los obispos hacia este problema. La indicación del Papa es muy clara en el texto original italiano, que es el oficial, y figura también en la traducción inglesa, pero no en la española, que sin duda será corregida pronto.
El Papa –que ha intervenido personalmente para “desatascar” algunos casos mal atentidos- responsabiliza personalmente a cada obispo diocesano y a los superiores mayores religiosos de “la tarea de verificar que en las parroquias y en otras instituciones de la Iglesia se garantice la seguridad de los menores y los adultos vulnerables”.
Les urge, además, “a establecer programas de atención pastoral” que incluyan “servicios psicológicos y espirituales”.
La carta coincide con la primera reunión de la Comisión Pontificia de Protección de Menores, una vez completada sus miembros el pasado mes de diciembre.
Pide «colaboración plena»
La comisión, que preside el cardenal de Boston, Sean O’Malley, incluye expertos de nivel mundial en la prevención y terapia de abusos como la francesa Catherine Bonnet o la británica Sheila Hollins, así en tareas de gobierno como la ex primera ministra polaca Hanna Suchocka. Hay también víctimas de abusos por parte de sacerdotes como la irlandesa Marie Collins, que se ha convertido en especialista en protección de menores.
En su carta a todos los obispos y superiores religiosos, el Papa les pide “vuestra colaboración plena y atenta con la Comisión para la tutela de los menores” a la que ha encomendado “la asistencia a vosotros y a vuestras Conferencias, mediante un intercambio mutuo de «praxis virtuosas» y de programas de Educación, formación e instrucción” para hacer frente a esa lacra.
El Papa recuerda la circular de la Congregación de la Doctrina de la Fe del 3 de mayo de 2011 que pidió a todas las conferencias episcopales la elaboración de directrices de prevención y acción en cada país. Ahora les reitera la importancia de que “las Conferencias Episcopales adopten un instrumento para revisar periódicamente las normas y comprobar su cumplimiento”. En muchos países son públicas.
La Comisión Pontificia de Protección de Menores, cuyas oficinas se encuentran junto a la Casa Santa Marta, la residencia del Papa, se reunirá en el Vaticano del 6 al 8 de febrero. Además de ayudar a las diócesis y conferencias episcopales a prevenir y erradicar abusos, la Comisión pondrá toda su experiencia y recursos en su futura web, de modo que sirvan a todos los gobiernos, instituciones y personas que quieran consultarlos.
El problema es gigantesco, y va mucho más allá de las instituciones religiosas. Según el Centro de Control de Enfermedades (CDC) norteamericano, un sexto de los chicos y un cuarto de las chicas de Estados Unidos han sufrido abusos sexuales antes de llegar a los 18 años. En la India, la situación es infinitamente peor. La mitad de las chicas sufren abusos antes de llegar a esa edad.
[Nota de ReL: en Estados Unidos los obispos establecieron una normativa pública conjunta de protección contra abusos en 2011 (de 26 páginas, aquí en español) y cada diócesis añade sus propias reglas. En España y la mayoría de países hispanos no hay nada parecido.]